VERSIÓN PERSONAL. El modelo es conocido, y preparado en mayor o menor medida por sus propietarios. En esta encontramos algunas soluciones poco vistas. EDICIÓN EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA 4X4. El FJ Cruiser, es uno de los modelos que proporcionalmente más se preparan. Su adquisición, de por sí ya implica ciertos conocimientos sobre el sector, por lo que es muy difícil ver alguno que se mantenga absolutamente de serie con el paso del tiempo. En este caso pertenece a un aficionado que si bien por la rotulación no pasa desapercibido, mecánicamente a simple vista no deja ver todo lo que lleva incorporado. CONJUNTO EQUILIBRADO. Este FJ Cruiser ha recibido mejoras en todos los aspectos. Exteriormente, la rotulación es muy llamativa y si ya el modelo de por si no pasa desapercibido, rotulado es todo un anuncio rodante, algo que le viene bien a su propietario. Destacan los paragolpes, Perfomance, el delantero incorporando luces de Xenón de largo alcance y un cabestrante T-Max 12.500 con cable de plasma y el trasero con bola de remolque de quita y pon. Las taloneras laterales cumplen su función y han recibido un añadido a gusto del dueño, para facilitar las labores de subida y bajada al vehículo. Algo que corresponde a la carrocería pero que no se ve, es un cuidadoso trabajo en las cuatro aletas para que los neumáticos, que tienen generosas medidas 285/70/17, además de los separadores Hoffman que amplían la anchura de vías en 6 centímetros, y el aumento de los recorridos de suspensión, no rocen por muy forzada que sea la maniobra. Protecciones integrales de bajos de la marca Asfir, de seis milímetros de grosor, garantizan la integridad de las piezas mecánicas inferiores. Los soportes de la antena de la emisora y la toma de admisión de aire elevada completan lo que a primera vista se puede considerar como fuera de la configuración de serie. Mecánicamente, el motor ha recibido modificaciones en el regulador de admisión, un filtro de aire KN, y modificaciones en la centralita. Para que el propulsor respire bien, toda la línea de escape ha sido modificada, siendo retocados artesanalmente los silenciosos. En el vano motor, se ha colocado una caja de fusibles independiente que da fe del buen funcionamiento de los accesorios y un compresor de aire para inflar los neumáticos. Para que el propulsor no se quede sin alimento, se ha instalado un depósito suplementario de 100 litros con su propio testigo de nivel y su bomba de extracción. Esto teniendo en cuenta los 75 litros del de origen, hace que la autonomía de este FJ Cruiser no sea un problema. Las suspensiones de origen han sido sustituidas por un conjunto muelles amortiguadores King de última generación. En el interior, lo más llamativo es el tapizado de los asientos a gusto del dueño que eligió tela y color. También destacan los diferentes soportes para la emisora y los aparatos de navegación. En el espacio de carga, se han colocado unas cajoneras de quita y pon, que permiten optimizar la colocación de los objetos necesarios para realizar un viaje. Todos los trabajos están bien rematados y ni que decir tiene que están convenientemente homologados y con la I.T.V. al día, algo que se da ya casi por hecho en cualquier preparación. USO AMABLE Y EFICAZ. Nos toca probarlo. Lo primero que notamos es el ronco y grave sonido que surge del sistema de escape. Resulta agradable, diferenciador y nada intrusivo. Nos dirigimos tras unos pocos kilómetros de asfalto, a una pista que aparentemente está en perfecto estado. El FJ Cruiser se mueve con total agilidad, (dos pasajeros, nada de carga y poco combustible ayudan) y tiene un comportamiento fantástico. Aparecen de forma tangencial profundas roderas, pero el preparador, nos invita a mantener el ritmo. Aquí es donde la suspensión sale a relucir, buen aplomo y ausencia total de rebotes invitan a mantener el ritmo. El vehículo va bien siempre y confirma que se trata de un modelo ideal para preparar y personalizar al gusto de cada usuario. Nos dirigimos a una zona trialera. En este caso un coche aparentemente enfocado a viajar y rodar por pistas y caminos, mantiene su eficacia. Las suspensiones tienen un buen recorrido y permiten abordar pasos complicados. Es imprescindible la modificación que se ha llevado a cabo en los pasos de rueda, ya que del contrario nuestro avance se vería comprometido por el tamaño de los neumáticos y el dibujo de los mismos. Esta montura del tren rodante es un fijo del preparador que confía en esa marca por relación calidad/precio y por haberle demostrado una buena eficacia. Es difícil poner en apuros a este Toyota, que a buen seguro tendrá satisfecho a su propietario. Desde el preparador se nos transmite el detalle de todas y cada una de las modificaciones llevadas a cabo, haciendo hincapié en su filosofía de modificar lo imprescindible, ya que según sus palabras, los coches de serie van bien y solo hay que tocar los puntos que vayan a recibir mayor exigencia, quitando de la cabeza todo aquello que pueda ser superfluo. En este caso, no vio necesario el suplemento metálico de las cajoneras, ni el tener que cambiar la tapicería, pero la satisfacción del cliente le compensa. PROYECTO JOVEN, PERO SOLIDO. Cuando peor pintaba todo, en pleno 2.008, a Alfredo Calzada no se le ocurrió otra cosa que abrir un taller en una zona industrial de la madrileña localidad de Alcalá de Henares. A contracorriente total. Pero los números le dan la razón. Un taller repleto, con vehículos en lista de espera y cuatro personas a pleno rendimiento, son prueba del buen momento que ha alcanzado la empresa. Se apoya en industrias auxiliares (estructura, chapa, electricidad), que se encuentran en su mayoría en su mismo polígono. Su tratamiento con los clientes es un tanto especial, ya que en la medida de los posible, sus trabajos se limitan a lo que realmente puede incorporar un 4×4 en función del uso que le va a