junio 12, 2014

Todas las noticias de junio 12, 2014 en el mundo del 4x4

PRUEBA RACING: POLARIS CAN AM T-3 JATÓN 4WD.

PEQUEÑO CANADIENSE. El preparador argentino afincado en España, lleva varias temporadas preparando bugiese ligeros de la marca. Hemos tenido la oportunidad de conocer uno. EDICION EN PAPEL EN LA RAVISTA AUTOAVENTURA 4X4 La categoría, crece y se asienta en todas las competiciones de la disciplina, tanto nacionales como internacionales, siendo el Dakar americano una de ellas. En esta carrera desde hace varias ediciones, participan los Can Am que prepara el preparador argentino afincado en España Jatón 4WD. Hasta ahora nos había sido imposible conocer el modelo de cerca, ya que los clientes del equipo, adquirían el vehículo con intención de hacerlo correr y este llegaba justo para participar en la carrera, quedándoselo en sus países de origen posteriormente. Ha sido ahora cuando un par de unidades de estos han vuelto a la base después de correr cuando hemos tenido la oportunidad de conducir uno, en una jornada en la que Jatón en el turolense Rincón de Barrachina en Teruel rodó un spot publicitario para promocionar los vehículos en los países árabes. PREPARACION ABSOLUTA. El vehículo tiene encima muchas más horas y trabajo del que en principio pudiera parecer. Lo primero que se hace, aparte de desmontar completamente el vehículo, es llevar a cabo una estructura tubular específica, en primer lugar para cumplir con la normativa F.I.A. y en segundo lugar para hacer todo un ejercicio de recolocación de piezas vitales para mejorar el reparto de masas. Este último aspecto es consecuencia de la configuración del modelo tal y como se comercializa, ya que la accesibilidad mecánica es farragosa, al estar el motor justo detrás de los asientos y tener que desmontar estos para cualquier labor de mantenimiento o reparación. Este problema en un uso cotidiano no es problemático, pero en carrera donde se debe arañar tiempo de todo, inadmisible. Tras pasar por Jatón, ahí queda ubicado el depósito de gasolina, que tiene 170 litros de capacidad, que garantizan más de 800 kilómetros de autonomía. El propulsor que es un Rotax bicilindrico de 1.000 c.c. y 101 c.v. de potencia, se ubica en la parte delantera, de forma retrasada, y con dos tapas a los pies de los ocupantes que permiten un rápido acceso cuando es necesario. No acaban ahí las soluciones del preparador. Ha ubicado el gato en la parte trasera, donde se ha situado una estructura para ubicar dos ruedas mas de repuesto (a nuestro Can Am le faltaban para la prueba ya que se coloca solo cuando es necesario) y llaman la atención dos cosas. Por un lado el pequeño radiador de la parte alta, que es para refrigerar la gasolina y que no se evapore dentro del depósito con las altas temperaturas de la carrera americana y una barra flexible con un banderín en la parte alta que permite hacer “visible” el vehículo en las zonas de dunas. Este ultimo accesorio esta sacado de las unidades similares que se utilizan en las minas chilenas a cielo abierto donde los pequeños buggies se mezclan con los enormes dumper de carga  La suspensión es de doble trapecio marca de la casa en ambos trenes y el conjunto muelle-amortiguador está completamente confiado a los franceses de Donerre, que han diseñado referencias específicas para el modelo, tan a la ultima como los de los coches y los camiones que también equipan, incorporando el sistema de detección de inclinación patentado por el fabricante. Frenos de disco en las cuatro ruedas, neumáticos unos Maxxis montados en llanta Braid que rinden correctamente según los hombres del equipo. A BORDO: RAPIDO Y SENSIBLE A LOS REGLAJES. El Can Am estaba tal y como había acabado la carrera americana, recién bajado del barco, con poca gasolina y una sola rueda de repuesto. Tras arrancarlo y esperar unos minutos el propio Ariel Jatón, llevo a cabo un par de giros para comprobar que todo estaba en orden y nos cedió el vehículo. Nos ubicamos sin problemas, ya que el piloto del coche el ruso Pavel Loginov tiene buena envergadura y a rodar. Tras unos metros de adaptación a los pedales y sobre todo a la dirección, muy directa, comenzamos a rodar aumentando el ritmo, comprobando las bondades del buggie, más blando de suspensión de lo que esperábamos pero con un comportamiento noble en cualquier caso. Vamos solos y se nota. En las curvas a izquierdas ningún problema, pero en las otras… cuidado, la inclinación lateral no trasmite confianza, por lo que invitamos tras una breve parada a que Jatón nos acompañe. Ahora el coche esta más asentado y se puede rodar con mas tranquilidad y más rápido ya que el argentino nos anima a ello. En los saltos aterrizamos con el morro muy bajo, consecuencia sin duda de la falta de peso en el tren trasero por la ausencia de dos de las ruedas de repuesto y la escasez de combustible. Tras unos pocos kilómetros, nos sentimos como si hubiéramos estado horas rodando. El vehículo no permite relajación alguna, lo que se traducirá en una seria exigencia mental para los ocupantes, por no hablar de las incomodidades propias de los buggies ligeros en los que cualquier agente externo (polvo, lluvia, piedras…) se convierte en amigo para siempre. EL PREPARADOR: MARCHAMO INTERNACIONAL. Con quien más hablamos fue con Eduardo Blanco, responsable del equipo a nivel comercial, encargándose de la captación de pilotos y de la idealización de los mismos. La primera pregunta esta clara: ¿Cómo se llega a tantos países con vuestra oferta? La verdad es que somos un pequeño Arca de Noe, tenemos clientes de casi una docena de países y tres continentes. El boca a boca es nuestra mejor publicidad, y por supuesto que asistimos a multitud de pruebas internacionales, incluso cuando no participamos. ¿Os habéis especializado en dos vehículos? Si. Como todo terreno la Hylux, nos parece una base inmejorable. Es Toyota, tiene menos electrónica que muchos 4×4 del mercado y se puede trabajar un abanico en niveles de preparación que permite tener unidades sencillas para participar en carreras de fin de semana y

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PRUEBA: GALLOPER EXCEED. EL COCHE DEL MILLON.

No están los tiempos para gastos desmesurados, y menos para caprichos, pero tener un 4×4 con una mínima preparación para hacer un uso frecuente del mismo fuera del asfalto, aun es posible con un presupuesto mínimo. Este Galloper es un buen ejemplo de ello. Con seis mil euros, (un millón de las antiguas pesetas) se puede tener un 4×4 en toda regla. EDICIÓN EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA 4X4 En un mercado en el que la oferta de vehículos 4×4 nuevos es cada vez más escasa, y no precisamente barata, ante el continuo aumento de los SUV, de los utilitarios “levantados” y demás modelos con aspecto campero, por lo que si queremos un todo terreno de verdad y que cueste poco, estamos obligados a bucear en el mercado de segunda mano. Galloper como marca ya revoluciono el sector en su día con precios rompedores. De la mano de Mitsubishi se comercializaban en su red, vehículos con carrocerías antiguas bajo la marca Galloper, a precios mucho más baratos que los últimos modelos japoneses de Mitsubishi, (de hecho las ventas se desviaban a la marca barata y el mercado de segunda mano de vehículos de la propia marca se resintió). Su publicidad era clara “algún día todo el mundo tendrá un Galloper”, y la verdad es que entre 4×4 y monovolúmenes se les veía en las calles y carreteras con frecuencia. Ahora están prácticamente desaparecidos, pero de encontrar uno en buen estado son una buena opción de compra. El que ilustra estas páginas, era conocido por su actual propietario, sabia el uso que había tenido, tenía poco más de sesenta mil kilómetros reales y se encontraba en muy buen estado. En concreto era un Exceed Confort Intercooler turbo 2.5 de 105 c.v. matriculado en el año 2.000. Pagó cuatro mil euros por él. A esto hubo que sumar todas las modificaciones, ahorrándose mucho al ser bastantes las llevadas a cabo en una empresa familiar, lo que recorta el presupuesto de material y sobre todo de mano de obra, rondando todo lo instalado los mil quinientos euros. Homologarlo todo costó cuatrocientos treinta mas, y pasar la I.T.V. otros ochenta, para tenerlo todo legalizado y en orden de marcha cien mas, quedándonos así en el umbral del millón de pesetas de gasto, que es una cifra abordable frente a lo que cuesta un vehículo nuevo. PREPARACION, LO JUSTO. La idea era mejorar los ángulos característicos, proteger la mecánica y ganar en tracción, es decir, lo básico. Como el presupuesto era mínimo, varias de las piezas fueron llevadas a cabo por el propietario con sus propias manos, dejando tan solo lo imprescindible para ser instalado por un taller profesional, por supuesto una empresa que llevara a cabo el tema de la homologación esta  y la posterior I.T.V. Así las cosas, de forma artesanal se llevaron a cabo el paragolpes delantero (chapa de 3 milímetros 50 euros de costo) donde se alojan dos faros Hella Comet 450 de largo alcance (150 euros) y se reubica la placa de matrícula, el trasero, (chapa de 2 milímetros 70 euros) recolocando en este ultimo todo el sistema de iluminación y las anillas de remolque, las taloneras laterales (50 euros) y el protector del depósito de combustible (chapa de tres milímetros 50 euros). Todo esto lo llevó a cabo Albert Abelenda, el propietario, en las instalaciones de una empresa de su familia que se dedica a la realización de estructuras metálicas. Las piezas a realizar eran muy cuadradas y con las dobleces muy claras por lo que llevarlas a cabo era complicado pero menos. Sumado todo los desembolsado superamos por trescientos los seis mil euros lo que supone ajustarse al presupuesto todo lo posible. La mano de obra lo hubiera disparado, pero es una ventaja que tiene el  propietario. Posteriormente se instalaron las protecciones de bajos en la zona de la dirección, del carter y la caja de trasferencias de la marca Almont 4wd de aluminio de 6 milímetros (500 euros). Se coloco una toma de aire elevada de Snorkels Europe (99 euros), se sustituyeron las llantas originales por otras en medidas 8”x16” (200 euros) y se montaron unos neumáticos de taco Cooper en medida 265775R16 123/120Q, heredadas (530 euros) de otro usuario que cambiaba de medida, unos aletines de goma Acriu (50 euros) en los cuatro pasos de rueda “tapan” la nueva monta del tren rodante.  Para ganar en altura se colocó un body-lift de 3 centímetros de grosor (35 euros). DE TODA LA VIDA. El vehículo, nos sigue gustando estéticamente. Caja corta y cuadrada, buena visibilidad y aspecto serio al ser el coche de un color metalizado oscuro. El acabado de las piezas artesanales es más que digno e ideal teniendo en cuenta el costo que tuvo su realización, El interior está bien mantenido y la tapicería no está excesivamente usada. Es una maravilla rodar con un vehículo con el concepto que popularizo el todo terreno. Tracción trasera con la delantera conectable, y posibilidad de inserción de una caja de reducción ¡todo ello de uso mecánico! y no eléctrico, lo que hace ganar en fiabilidad de uso. Los neumáticos son efectivos y la ganancia en altura permite abordar los pasos complicados de cualquier ruta. Definitivamente por menos de lo que cuesta un utilitario nuevo podemos tener un 4×4 en toda regla, con las mejoras básicas para ganar en efectividad, legalizado y listo para practicar nuestra afición favorita. Además a este le auguramos larga vida, por la juventud y entusiasmo de su propietario, quien ojala pueda en el futuro tener otro aun mejor, pero seguro que de este Galloper no se olvida. Es una pena que los sucesivos planes de incentivos para la compra de vehículos nuevos, la falta de uso, las cada vez mayores prohibiciones y restricciones para rodar en pistas y caminos hayan mandado y estén mandando vehículos de costo cercano a este (por abajo) a los desguaces y la chatarra. Los Suzukis de Linares, Ladas, Nissan, Opel… cada vez se ven menos y de

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PRUEBA RACING: POLARIS CAN AM T-3 JATÓN 4WD.

PEQUEÑO CANADIENSE. El preparador argentino afincado en España, lleva varias temporadas preparando bugiese ligeros de la marca. Hemos tenido la oportunidad de conocer uno. EDICION EN PAPEL EN LA RAVISTA AUTOAVENTURA 4X4 La categoría, crece y se asienta en todas las competiciones de la disciplina, tanto nacionales como internacionales, siendo el Dakar americano una de ellas. En esta carrera desde hace varias ediciones, participan los Can Am que prepara el preparador argentino afincado en España Jatón 4WD. Hasta ahora nos había sido imposible conocer el modelo de cerca, ya que los clientes del equipo, adquirían el vehículo con intención de hacerlo correr y este llegaba justo para participar en la carrera, quedándoselo en sus países de origen posteriormente. Ha sido ahora cuando un par de unidades de estos han vuelto a la base después de correr cuando hemos tenido la oportunidad de conducir uno, en una jornada en la que Jatón en el turolense Rincón de Barrachina en Teruel rodó un spot publicitario para promocionar los vehículos en los países árabes. PREPARACION ABSOLUTA. El vehículo tiene encima muchas más horas y trabajo del que en principio pudiera parecer. Lo primero que se hace, aparte de desmontar completamente el vehículo, es llevar a cabo una estructura tubular específica, en primer lugar para cumplir con la normativa F.I.A. y en segundo lugar para hacer todo un ejercicio de recolocación de piezas vitales para mejorar el reparto de masas. Este último aspecto es consecuencia de la configuración del modelo tal y como se comercializa, ya que la accesibilidad mecánica es farragosa, al estar el motor justo detrás de los asientos y tener que desmontar estos para cualquier labor de mantenimiento o reparación. Este problema en un uso cotidiano no es problemático, pero en carrera donde se debe arañar tiempo de todo, inadmisible. Tras pasar por Jatón, ahí queda ubicado el depósito de gasolina, que tiene 170 litros de capacidad, que garantizan más de 800 kilómetros de autonomía. El propulsor que es un Rotax bicilindrico de 1.000 c.c. y 101 c.v. de potencia, se ubica en la parte delantera, de forma retrasada, y con dos tapas a los pies de los ocupantes que permiten un rápido acceso cuando es necesario. No acaban ahí las soluciones del preparador. Ha ubicado el gato en la parte trasera, donde se ha situado una estructura para ubicar dos ruedas mas de repuesto (a nuestro Can Am le faltaban para la prueba ya que se coloca solo cuando es necesario) y llaman la atención dos cosas. Por un lado el pequeño radiador de la parte alta, que es para refrigerar la gasolina y que no se evapore dentro del depósito con las altas temperaturas de la carrera americana y una barra flexible con un banderín en la parte alta que permite hacer “visible” el vehículo en las zonas de dunas. Este ultimo accesorio esta sacado de las unidades similares que se utilizan en las minas chilenas a cielo abierto donde los pequeños buggies se mezclan con los enormes dumper de carga  La suspensión es de doble trapecio marca de la casa en ambos trenes y el conjunto muelle-amortiguador está completamente confiado a los franceses de Donerre, que han diseñado referencias específicas para el modelo, tan a la ultima como los de los coches y los camiones que también equipan, incorporando el sistema de detección de inclinación patentado por el fabricante. Frenos de disco en las cuatro ruedas, neumáticos unos Maxxis montados en llanta Braid que rinden correctamente según los hombres del equipo. A BORDO: RAPIDO Y SENSIBLE A LOS REGLAJES. El Can Am estaba tal y como había acabado la carrera americana, recién bajado del barco, con poca gasolina y una sola rueda de repuesto. Tras arrancarlo y esperar unos minutos el propio Ariel Jatón, llevo a cabo un par de giros para comprobar que todo estaba en orden y nos cedió el vehículo. Nos ubicamos sin problemas, ya que el piloto del coche el ruso Pavel Loginov tiene buena envergadura y a rodar. Tras unos metros de adaptación a los pedales y sobre todo a la dirección, muy directa, comenzamos a rodar aumentando el ritmo, comprobando las bondades del buggie, más blando de suspensión de lo que esperábamos pero con un comportamiento noble en cualquier caso. Vamos solos y se nota. En las curvas a izquierdas ningún problema, pero en las otras… cuidado, la inclinación lateral no trasmite confianza, por lo que invitamos tras una breve parada a que Jatón nos acompañe. Ahora el coche esta más asentado y se puede rodar con mas tranquilidad y más rápido ya que el argentino nos anima a ello. En los saltos aterrizamos con el morro muy bajo, consecuencia sin duda de la falta de peso en el tren trasero por la ausencia de dos de las ruedas de repuesto y la escasez de combustible. Tras unos pocos kilómetros, nos sentimos como si hubiéramos estado horas rodando. El vehículo no permite relajación alguna, lo que se traducirá en una seria exigencia mental para los ocupantes, por no hablar de las incomodidades propias de los buggies ligeros en los que cualquier agente externo (polvo, lluvia, piedras…) se convierte en amigo para siempre. EL PREPARADOR: MARCHAMO INTERNACIONAL. Con quien más hablamos fue con Eduardo Blanco, responsable del equipo a nivel comercial, encargándose de la captación de pilotos y de la idealización de los mismos. La primera pregunta esta clara: ¿Cómo se llega a tantos países con vuestra oferta? La verdad es que somos un pequeño Arca de Noe, tenemos clientes de casi una docena de países y tres continentes. El boca a boca es nuestra mejor publicidad, y por supuesto que asistimos a multitud de pruebas internacionales, incluso cuando no participamos. ¿Os habéis especializado en dos vehículos? Si. Como todo terreno la Hylux, nos parece una base inmejorable. Es Toyota, tiene menos electrónica que muchos 4×4 del mercado y se puede trabajar un abanico en niveles de preparación que permite tener unidades sencillas para participar en carreras de fin de semana y

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PRUEBA: GALLOPER EXCEED. EL COCHE DEL MILLON.

No están los tiempos para gastos desmesurados, y menos para caprichos, pero tener un 4×4 con una mínima preparación para hacer un uso frecuente del mismo fuera del asfalto, aun es posible con un presupuesto mínimo. Este Galloper es un buen ejemplo de ello. Con seis mil euros, (un millón de las antiguas pesetas) se puede tener un 4×4 en toda regla. EDICIÓN EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA 4X4 En un mercado en el que la oferta de vehículos 4×4 nuevos es cada vez más escasa, y no precisamente barata, ante el continuo aumento de los SUV, de los utilitarios “levantados” y demás modelos con aspecto campero, por lo que si queremos un todo terreno de verdad y que cueste poco, estamos obligados a bucear en el mercado de segunda mano. Galloper como marca ya revoluciono el sector en su día con precios rompedores. De la mano de Mitsubishi se comercializaban en su red, vehículos con carrocerías antiguas bajo la marca Galloper, a precios mucho más baratos que los últimos modelos japoneses de Mitsubishi, (de hecho las ventas se desviaban a la marca barata y el mercado de segunda mano de vehículos de la propia marca se resintió). Su publicidad era clara “algún día todo el mundo tendrá un Galloper”, y la verdad es que entre 4×4 y monovolúmenes se les veía en las calles y carreteras con frecuencia. Ahora están prácticamente desaparecidos, pero de encontrar uno en buen estado son una buena opción de compra. El que ilustra estas páginas, era conocido por su actual propietario, sabia el uso que había tenido, tenía poco más de sesenta mil kilómetros reales y se encontraba en muy buen estado. En concreto era un Exceed Confort Intercooler turbo 2.5 de 105 c.v. matriculado en el año 2.000. Pagó cuatro mil euros por él. A esto hubo que sumar todas las modificaciones, ahorrándose mucho al ser bastantes las llevadas a cabo en una empresa familiar, lo que recorta el presupuesto de material y sobre todo de mano de obra, rondando todo lo instalado los mil quinientos euros. Homologarlo todo costó cuatrocientos treinta mas, y pasar la I.T.V. otros ochenta, para tenerlo todo legalizado y en orden de marcha cien mas, quedándonos así en el umbral del millón de pesetas de gasto, que es una cifra abordable frente a lo que cuesta un vehículo nuevo. PREPARACION, LO JUSTO. La idea era mejorar los ángulos característicos, proteger la mecánica y ganar en tracción, es decir, lo básico. Como el presupuesto era mínimo, varias de las piezas fueron llevadas a cabo por el propietario con sus propias manos, dejando tan solo lo imprescindible para ser instalado por un taller profesional, por supuesto una empresa que llevara a cabo el tema de la homologación esta  y la posterior I.T.V. Así las cosas, de forma artesanal se llevaron a cabo el paragolpes delantero (chapa de 3 milímetros 50 euros de costo) donde se alojan dos faros Hella Comet 450 de largo alcance (150 euros) y se reubica la placa de matrícula, el trasero, (chapa de 2 milímetros 70 euros) recolocando en este ultimo todo el sistema de iluminación y las anillas de remolque, las taloneras laterales (50 euros) y el protector del depósito de combustible (chapa de tres milímetros 50 euros). Todo esto lo llevó a cabo Albert Abelenda, el propietario, en las instalaciones de una empresa de su familia que se dedica a la realización de estructuras metálicas. Las piezas a realizar eran muy cuadradas y con las dobleces muy claras por lo que llevarlas a cabo era complicado pero menos. Sumado todo los desembolsado superamos por trescientos los seis mil euros lo que supone ajustarse al presupuesto todo lo posible. La mano de obra lo hubiera disparado, pero es una ventaja que tiene el  propietario. Posteriormente se instalaron las protecciones de bajos en la zona de la dirección, del carter y la caja de trasferencias de la marca Almont 4wd de aluminio de 6 milímetros (500 euros). Se coloco una toma de aire elevada de Snorkels Europe (99 euros), se sustituyeron las llantas originales por otras en medidas 8”x16” (200 euros) y se montaron unos neumáticos de taco Cooper en medida 265775R16 123/120Q, heredadas (530 euros) de otro usuario que cambiaba de medida, unos aletines de goma Acriu (50 euros) en los cuatro pasos de rueda “tapan” la nueva monta del tren rodante.  Para ganar en altura se colocó un body-lift de 3 centímetros de grosor (35 euros). DE TODA LA VIDA. El vehículo, nos sigue gustando estéticamente. Caja corta y cuadrada, buena visibilidad y aspecto serio al ser el coche de un color metalizado oscuro. El acabado de las piezas artesanales es más que digno e ideal teniendo en cuenta el costo que tuvo su realización, El interior está bien mantenido y la tapicería no está excesivamente usada. Es una maravilla rodar con un vehículo con el concepto que popularizo el todo terreno. Tracción trasera con la delantera conectable, y posibilidad de inserción de una caja de reducción ¡todo ello de uso mecánico! y no eléctrico, lo que hace ganar en fiabilidad de uso. Los neumáticos son efectivos y la ganancia en altura permite abordar los pasos complicados de cualquier ruta. Definitivamente por menos de lo que cuesta un utilitario nuevo podemos tener un 4×4 en toda regla, con las mejoras básicas para ganar en efectividad, legalizado y listo para practicar nuestra afición favorita. Además a este le auguramos larga vida, por la juventud y entusiasmo de su propietario, quien ojala pueda en el futuro tener otro aun mejor, pero seguro que de este Galloper no se olvida. Es una pena que los sucesivos planes de incentivos para la compra de vehículos nuevos, la falta de uso, las cada vez mayores prohibiciones y restricciones para rodar en pistas y caminos hayan mandado y estén mandando vehículos de costo cercano a este (por abajo) a los desguaces y la chatarra. Los Suzukis de Linares, Ladas, Nissan, Opel… cada vez se ven menos y de

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