PRUEBA RACING: POLARIS CAN AM T-3 JATÓN 4WD.
PEQUEÑO CANADIENSE. El preparador argentino afincado en España, lleva varias temporadas preparando bugiese ligeros de la marca. Hemos tenido la oportunidad de conocer uno. EDICION EN PAPEL EN LA RAVISTA AUTOAVENTURA 4X4 La categoría, crece y se asienta en todas las competiciones de la disciplina, tanto nacionales como internacionales, siendo el Dakar americano una de ellas. En esta carrera desde hace varias ediciones, participan los Can Am que prepara el preparador argentino afincado en España Jatón 4WD. Hasta ahora nos había sido imposible conocer el modelo de cerca, ya que los clientes del equipo, adquirían el vehículo con intención de hacerlo correr y este llegaba justo para participar en la carrera, quedándoselo en sus países de origen posteriormente. Ha sido ahora cuando un par de unidades de estos han vuelto a la base después de correr cuando hemos tenido la oportunidad de conducir uno, en una jornada en la que Jatón en el turolense Rincón de Barrachina en Teruel rodó un spot publicitario para promocionar los vehículos en los países árabes. PREPARACION ABSOLUTA. El vehículo tiene encima muchas más horas y trabajo del que en principio pudiera parecer. Lo primero que se hace, aparte de desmontar completamente el vehículo, es llevar a cabo una estructura tubular específica, en primer lugar para cumplir con la normativa F.I.A. y en segundo lugar para hacer todo un ejercicio de recolocación de piezas vitales para mejorar el reparto de masas. Este último aspecto es consecuencia de la configuración del modelo tal y como se comercializa, ya que la accesibilidad mecánica es farragosa, al estar el motor justo detrás de los asientos y tener que desmontar estos para cualquier labor de mantenimiento o reparación. Este problema en un uso cotidiano no es problemático, pero en carrera donde se debe arañar tiempo de todo, inadmisible. Tras pasar por Jatón, ahí queda ubicado el depósito de gasolina, que tiene 170 litros de capacidad, que garantizan más de 800 kilómetros de autonomía. El propulsor que es un Rotax bicilindrico de 1.000 c.c. y 101 c.v. de potencia, se ubica en la parte delantera, de forma retrasada, y con dos tapas a los pies de los ocupantes que permiten un rápido acceso cuando es necesario. No acaban ahí las soluciones del preparador. Ha ubicado el gato en la parte trasera, donde se ha situado una estructura para ubicar dos ruedas mas de repuesto (a nuestro Can Am le faltaban para la prueba ya que se coloca solo cuando es necesario) y llaman la atención dos cosas. Por un lado el pequeño radiador de la parte alta, que es para refrigerar la gasolina y que no se evapore dentro del depósito con las altas temperaturas de la carrera americana y una barra flexible con un banderín en la parte alta que permite hacer “visible” el vehículo en las zonas de dunas. Este ultimo accesorio esta sacado de las unidades similares que se utilizan en las minas chilenas a cielo abierto donde los pequeños buggies se mezclan con los enormes dumper de carga La suspensión es de doble trapecio marca de la casa en ambos trenes y el conjunto muelle-amortiguador está completamente confiado a los franceses de Donerre, que han diseñado referencias específicas para el modelo, tan a la ultima como los de los coches y los camiones que también equipan, incorporando el sistema de detección de inclinación patentado por el fabricante. Frenos de disco en las cuatro ruedas, neumáticos unos Maxxis montados en llanta Braid que rinden correctamente según los hombres del equipo. A BORDO: RAPIDO Y SENSIBLE A LOS REGLAJES. El Can Am estaba tal y como había acabado la carrera americana, recién bajado del barco, con poca gasolina y una sola rueda de repuesto. Tras arrancarlo y esperar unos minutos el propio Ariel Jatón, llevo a cabo un par de giros para comprobar que todo estaba en orden y nos cedió el vehículo. Nos ubicamos sin problemas, ya que el piloto del coche el ruso Pavel Loginov tiene buena envergadura y a rodar. Tras unos metros de adaptación a los pedales y sobre todo a la dirección, muy directa, comenzamos a rodar aumentando el ritmo, comprobando las bondades del buggie, más blando de suspensión de lo que esperábamos pero con un comportamiento noble en cualquier caso. Vamos solos y se nota. En las curvas a izquierdas ningún problema, pero en las otras… cuidado, la inclinación lateral no trasmite confianza, por lo que invitamos tras una breve parada a que Jatón nos acompañe. Ahora el coche esta más asentado y se puede rodar con mas tranquilidad y más rápido ya que el argentino nos anima a ello. En los saltos aterrizamos con el morro muy bajo, consecuencia sin duda de la falta de peso en el tren trasero por la ausencia de dos de las ruedas de repuesto y la escasez de combustible. Tras unos pocos kilómetros, nos sentimos como si hubiéramos estado horas rodando. El vehículo no permite relajación alguna, lo que se traducirá en una seria exigencia mental para los ocupantes, por no hablar de las incomodidades propias de los buggies ligeros en los que cualquier agente externo (polvo, lluvia, piedras…) se convierte en amigo para siempre. EL PREPARADOR: MARCHAMO INTERNACIONAL. Con quien más hablamos fue con Eduardo Blanco, responsable del equipo a nivel comercial, encargándose de la captación de pilotos y de la idealización de los mismos. La primera pregunta esta clara: ¿Cómo se llega a tantos países con vuestra oferta? La verdad es que somos un pequeño Arca de Noe, tenemos clientes de casi una docena de países y tres continentes. El boca a boca es nuestra mejor publicidad, y por supuesto que asistimos a multitud de pruebas internacionales, incluso cuando no participamos. ¿Os habéis especializado en dos vehículos? Si. Como todo terreno la Hylux, nos parece una base inmejorable. Es Toyota, tiene menos electrónica que muchos 4×4 del mercado y se puede trabajar un abanico en niveles de preparación que permite tener unidades sencillas para participar en carreras de fin de semana y