PRUEBA LARGA DURACIÓN: 4000 KILÓMETROS CON EL CITRÖEN AIRCROSS 4X4.
POR PISTAS SIN FIN. Acompañando a la Caravana del Clásicos del Atlas, hemos tenido oportunidad de probar a fondo este modelo en nuestro país y Marruecos, como uno de los pocos de la marca de los dos chevrones con posibilidades de ser adquirido con tracción 4×4.. EDICIÓN EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA 4X4. El modelo es consecuencia de la colaboración del grupo PSA con Mitsubishi, ya que el Aircross comparte salvo los detalles diferenciales de la carrocería el resto del vehículo con su primo hermano el Peugeot 4008 y su primo a secas el Mitsubishi ASX. Al recogerlo en las instalaciones donde se encuentra la flota de prensa de la marca, lo primero que hicimos es, dada la moda reinante en la mayoría de marcas, nos abalanzarnos sobre el maletero para comprobar si llevaba rueda de repuesto o el triste kit antipinchazos, y… ¡perfecto! Una rueda como mandan los cánones sin ser la de aleación como las otras cuatro pero equivalente y capaz en caso de pinchazo, algo a tener en cuenta dado el uso que iba a tener el coche en días sucesivos. Comprobamos que se trataba del acabado Executive, el más completo con asientos de cuero, techo de cristal y otros lujos propios de una versión bien equipada. Nos colocamos en el asiento de forma más que fácil, ya que son de reglaje eléctrico y comprobamos que el coche es muy nuevo, no tiene ni 2000 kilómetros de marcador. En marcha, suavidad y facilidad de manejo, lo que permite moverse en tráfico urbano de forma ágil. En maniobras y aparcamientos, estamos ayudados por la cámara trasera que siempre facilita las cosas. En vías rápidas de circunvalación de la ciudad, más de lo mismo, siendo muy agradable en todo. Tras cargar el maletero a conciencia, algo a lo que ayuda lo bajo se su plano inferior, nos disponemos a comenzar el viaje. Las primeras sensaciones, son buenas, tarados de suspensión correctos, sistema de control de crucero fácil de entender y activar/desactivar pero sobre todo, asientos cómodos de verdad. El cuero nos preocupo en un principio, pero esta micro perforado y por tacto pasa desapercibido en las frías mañanas y los calurosos mediodías algo que a veces con la piel es un incordio, pero por muchas horas que se estuvimos al volante, nos resultaron siempre confortables y para nada provocaban el que el cuerpo te pida cambiar de postura o bajarte a estirar las piernas. Hubo tramos de muchos cientos de kilómetros sin parar, y llegado el momento no se resentía la espalda para nada. Ocasionalmente, llevamos pasajeros en el asiento de atrás, y pese a que los que ocupábamos los delanteros debíamos llevar las banquetas muy atrás por la propia envergadura, dejábamos espacio más que suficiente, aunque de ser cinco el del centro viajaría algo justo. En cuanto a las prestaciones, el motor de 115 caballos se nos antojaba algo escaso de potencia, sobre todo en adelantamientos, y en tramos de montaña, pero el coche de cuando lo recogimos a cuando lo devolvimos era otro, ya que el motor agradeció los kilómetros que le hicimos y parecía más suelto y capaz, cosas del rodaje. Buena insonorización lo que hace el viaje aun más placentero a lo que colabora también la suavidad y el tacto de volante interruptores y mandos. Hay que decir que los trayectos en nuestro país, los hicimos en su totalidad con la tracción 4×2, poniendo por precaución el 4×4 en todos los desplazamientos por carretera en suelo marroquí, algo que nos parece útil en vías rápidas e imprescindible en carreteras nacionales y locales, ya que suelen estar sucias, reparadas y alternado tramos sin asfalto.. Además hizo mal tiempo y nos llovió con frecuencia, por lo que siempre rodamos en esas condiciones, algo que se agradece en la conducción, que es mucho más segura. El sistema solo se pone en tracción total si detecta perdida de tracción, lo que permite un plus de confianza a la hora de conducir y permite adoptar ritmos más elevados en los tramos más largos. El tema frenos esta más que conseguido ya que no notamos la más mínima fatiga ni siquiera al final de bajadas de puerto prolongadas, donde se usa con más intensidad. Cuando salimos del asfalto, si la pista es de buen firme y sin irregularidades, el Aircross mantiene sus argumentos se muestra igual de eficaz, cómodo y ágil, debiendo tan solo prestar atención a nuestros neumáticos que al ser de perfil bajo pueden sufrir daños con un borde cortante o alguna piedra suelta. Si el terreno se rompe, hay que extremar las precauciones. En este caso hay que ser conscientes de lo que llevamos. Nuestra primera prueba de fuego fue subir la primera trialera que preparó la organización del Clásicos del Atlas como salida de la primera especial. Con inercia desde abajo subimos sin problemas, pero una vez parados para cubrir la ceremonia de salida, nos tuvimos que pensar cómo conseguir alcanzar la cima. El hecho de que la primera marcha sea de desarrollo convencional, hunde las posibilidades de avance, y eso que contamos con el sistema de ayuda de arranque en pendiente. Teniendo en cuenta que la caja de cambios es de seis velocidades, y las pretensiones de todo terreno ligero del modelo, no hubiera estado de más una primera más corta, que serviría no solo salir de esta y otras situaciones similares, sino también abordar bajadas con más garantías. La solución, para continuar, pasa por volver a bajar hasta el principio de la trialera y hacerla de nuevo hasta arriba sin paradas, castigar el embrague para salir a mitad de cuesta, o subir marcha atrás, ya que en esta situación el desarrollo del cambio sí que es corto. Una vez arriba, si comprobamos que muchos SUV de relumbrón fracasarían en el intento, y nuestro Aircross hizo cumbre como un jabato. En días sucesivos, las pistas no supusieron ningún problema, solo hay que estar atento a no dañar el neumático y rodar con cautela. Los