Prueba Racing: Yamaha YXZ 1000R/SE. El que faltaba.
Por nuestras páginas han pasado hasta cuatro marcas de buggies ligeros enfocados a la competición. En este caso se trata de la propuesta de Yamaha para el segmento, que tiene factores diferenciales importantes respecto a la competencia. EDICIÓN EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA 4X4. La categoría no para de crecer, con cada vez mas unidades en los parques cerrados y con buenos resultados en todas las carreras, no solo en nuestro país sino también en carreras internacionales. Nuestros lectores más fieles, recordaran que hablamos del modelo dentro del reportaje del Salón de Birmingham, donde el importador para aquel país lo ofrecía listo para correr con un precio competitivo. En esta ocasión, se trata de una unidad del concesionario gerundense de la marca, Trivimón, que se ha desarrollado para que el piloto Pep Busquets, la ponga a punto para competición. Pep no quiere ni oír hablar de correr, lo está haciendo por amistad y porque algún otro piloto se anime a hacerlo debutar en competición. No obstante todo parece la punta de lanza de la entrada de la marca de forma oficial en competición. Yamaha gusta mucho de hacer acabados “R” y con este buggie ligero, no se ha quedado atrás. Han partido de un chasis tubular al que se incorpora un motor de tres cilindros ultra compacto de 998 centímetros cúbicos que tiene el corte de inyección en los 10.500 revoluciones por minuto y una potencia de 115 caballos alcanzando una velocidad punta de 140 kilómetros por hora, con un consumo combinado de 13 litros cada 100 kilómetros. La inyección es de triple tobera de 4,1 centímetros con inyectores de cuatro orificios de salida, lo que se traduce en una respuesta inmediata cuando se aprieta el acelerador. La suspensión esta confiada a unos amortiguadores Fox Podium RC2 de 2,5 pulgadas con deposito de precarga con un recorrido de 40, 6 centímetros en las ruedas delanteras y 43,2 centímetros en las traseras con diferentes posibilidades de reglajes en precarga, rebote y compresión siendo los muelles de la misma marca. Para frenar lleva disco hidráulico doble en cada rueda, dirección electro asistida y neumáticos Maxxis AT 27×9 R14. Todo ello se envuelve en una carrocería de agresivo diseño y figura afilada. Hasta ahí es comparable a la competencia, pero lo que realmente le hace diferente es que monta una caja de cambios secuencial de cinco velocidades y marcha atrás, lo que unido a unas transmisiones de alto rendimiento le permiten sacar todo el partido al propulsor. Sus dimensiones alto/ancho/largo son respectivamente en metros 3, 12/1,62/1,83 con un peso en orden de marcha y depósitos llenos (el de combustible de serie tiene 34 litros) que roza los 700 kilogramos. La batalla es de 2,30 metros, con un radio de giro de seis y la altura libre al suelo 33 centímetros. Son dimensiones ideales para rodar por el monte. A primera vista, llama la atención el aspecto general, ya que se le ve muy malote con un morro muy afilado, los colores de competición de la marca le dan un aspecto muy de carreras y en general trasmite robustez y agresividad. Destaca el compartimento en la parte posterior para colocar la silla de ruedas del piloto, en la zona prevista en principio para la rueda de repuesto. La accesibilidad mecánica es perfecta con posibilidad inmediata de llegar al motor, suspensiones, frenos, etc. En el catalogo de la marca, se ofrece material de rescate Warn, con cabrestante, poleas, ganchos y cable de plasma específicos para el modelo perfectos para hacer rutas extremas, cofres de carga, parabrisas, soportes de rueda de repuesto, faros supletorios, etc. Lo que supone que quien quiera un YXZ para excursiones y viajes, lo podrá equipar a conciencia. En este caso, asientos baquet, cinturones de arnés y poco mas estaban instalados, estando en fase de homologación el resto de temas de seguridad que por deseo del concesionario, cumplirá la normativa F.I.A. El trabajo deportivo está siendo llevado a cabo por Tot Curses y está previsto que debute en competición en la tercera carrera del certamen a disputarse en Jaen durante la segunda quincena de Mayo con Joan Font como piloto. UN VEHÍCULO MUY CAPAZ. Acompañamos a Busquets, que está muy convencido de las propiedades del Yamaha, sus palabras hay que tenerlas en cuanta ya que ha pilotado en carrera y conducido en la vida civil diversos modelos de este tipo de vehículos y de diversas marcas. Maneja los mandos del volante de forma casi instintiva, rápida y con eficacia, y nos ponemos a rodar por un camino muy en cuesta, ratonero, con continuos cambios de terreno, plagado de montículos que los lugareños hacen para evitar regueros con las lluvias y mucha piedra suelta. El prototipo se defiende bien, y el cambio ayuda a pasar rápido por todo tipo de curvas. Llegados a una zona recta, el Yamaha parece echar a volar, ya que la aceleración es continua y parece no tener fin, de vuelta a las curvas, el cambio permite frenar mucho mas tarde que en otros vehículos similares de trasmisión automática, esto gustara mucho a los pilotos que se sentirán mas en un coche que en otros buggies ligeros. Las suspensiones son eficaces y parecen no dar muestras de fatiga aunque nuestro recorrido fuera de tan solo unos pocos kilómetros. Busquets, se muestra en plena forma aunque no para de repetirnos que no está por la labor de volver a competir. Invitados a probarlo, cambiamos de puesto. Subirnos es fácil la puerta deja un hueco amplio y la envergadura de Pep nos permite sentarnos de forma cómoda. El interior es más de avión que de coche con un tablero de instrumentos que tiene aura de caza bombardero y que en el de Busquets ha sido recolocado para poder poner los mandos de conducción en el volante. Tras repetirnos un par de veces el sistema de utilización de las levas del volante para los cambios de marcha, nos comenzamos a mover más pendientes de no fallar en este aspecto que