Podría pensarse que por nuestra vinculación personal, con el equipo, la marca y la piloto esto parece estar preparado, y que todo lo que contemos está más que teledirigido, pero nada más lejos de la realidad. El equipo esta aun haciendo balance de la actuación de las dos unidades inscritas en el recién celebrado Dakar americano, resumido en que la elección de vehículo, el tipo de preparación, el mantenimiento y el resultado han sido los correctos y se ha conseguido el objetivo final de acabar la carrera. La marca, esta todavía estupefacta por el retorno obtenido por los únicos coches de su marca inscritos en la prueba, ambos en la misma estructura, ya que si bien Isidre Esteve ha tenido una repercusión espectacular, lo de Cristina Gutiérrez ha sido simplemente estratosférico. Como dice un buen amigo mío: “no ha salido en Jara y Sedal”, refiriéndose a que la piloto burgalesa ha batido un record de aparición en medios, llegando claramente al público en general, situación que ha cambiado incluso el programa de colaboración de la propia Mitsubishi España, que pensaba parar provisionalmente de apoyar el proyecto, pero visto lo visto, ha decidido mantener su presencia. Por último la propia deportista, que ha pasado en menos de un año de suspirar por participar algún día en la carrera a haberla terminado y trabajar para volver a correrla aun en mejores condiciones habiendo hecho historia al ser la primera española en conseguirlo. Con esta coyuntura, se preparó para medios especializados una sesión de pruebas del coche de carreras a la que evidentemente, no podíamos faltar. El Complejo La Cigüeña, que gestiona Teo Martin fue el escenario elegido, donde se dispuso un trazado corto pero suficiente como para poder valorar mínimamente las prestaciones del Montero. Primeramente la propia Cristina, nos dio una vuelta de reconocimiento a bordo de un ASX para que pudiéramos comprobar el tipo y condiciones del recorrido. Siguiente paso, darnos una vuelta con ella. El coche estaba literalmente como acabó la carrera. Un lavado, un buen puñado de kilómetros dando vueltas a publico e invitados en el VI Festival 4×4 de Les Comes y listo para la jornada. Arrastra la paliza de los más de 10000 kilómetros en tierras americanas, dos travesías del Atlántico y lo anteriormente citado. Lleva adherido un ruido sospechoso en el tren trasero: “el diferencial trasero, no te preocupes nos dice Manuel Cabrera, patrón de DKR”. En esas condiciones nos dispusimos a rodar. Ya habíamos acompañado a Gutiérrez en eventos anteriores y desde luego que la carrera americana le ha venido bien. Pese a que nuestro resultado favorito de Cristina es su Subcampeonato absoluto de 2015 por la dificultad que representa, su evolución desde entonces ha sido ejemplar, con mayor solidez y mejores prestaciones, y lo que es mejor su buen ritmo es absolutamente natural, le sale de forma inconsciente. Nos vuelve a dar el “viaje” que nos ha dado con el ASX pero con un ritmo infernal, llevando el coche con absoluta soltura y lo que es mejor sin aparente esfuerzo. Forman desde luego un tándem ideal y parece que el coche está hecho a medida de sus cualidades. Pasamos al lógico cambio de asiento. Este, hay que desplazarlo un par de centímetros para que podamos rodar algo más cómodos. Una vez a bordo, comprobamos por enésima vez la marca de la casa de las preparaciones DKR. Tanto los hombres de ARC como los de Miracar, tienen la practicidad como primer mandamiento y todo esta mas que pensado, basado en la experiencia de más de ¡35 años! en la carrera (si han leído bien, el Lada Niva con el que José Carlos Cabrera y Eusebio Abascal participaron en la edición de 1982 siendo los primeros españoles en coche en hacerlo, ya pasó por las Manos de Cabrera) en preparaciones dakarianas. Se parte de la buena base que da el modelo japones, y todo queda a la vista y con facilidad para las reparaciones y la detección de averías. Salimos a rodar, y lo primero que nos llama la atención es la suavidad con la que se maneja todo, volante y sobre todo los pedales tiene un tacto agradable y progresivo. Pese a la paliza que lleva el coche, todo parece recién montado. Acelera con decisión y con un sonido que envuelve el habitáculo y demuestra buena tracción lo que optimiza las prestaciones. La dirección es directa, y permite llevar el coche por el sitio con soltura y el freno es efectivo, y actúa al mínimo roce del pedal, algo que ayuda a llevar el coche que tiende a sacar la parte trasera con agilidad. La piloto nos lo confirma, “con pequeños toques de freno, se coloca muy fácil”, echamos en falta en el recorrido algún salto para exigir aun más a la suspensión, pero esta trabaja de forma correcta, tanto en pista buena como en las zonas bacheadas. No es precisamente un “escaño” cómodo para meterse dos semanas de carrera, pero es sin duda la opción más razonable para todo privado que tiene como objetivo acabar la prueba. Lo dicho pese a la amistad, es obligatorio reconocer, que todos los implicados han hecho muy bien su papel.