Texto: Verito Lacasito. Fotos: Eduardo Celdran. Dos años antes, empezó esta historia, tomando un café frente al Atlántico. Parecía que no iba a llegar nunca… pero por fin es puente!! Y no un puente cualquiera, un súper puente porque nos hemos ido con el Club Iberutas 4×4 a las ¡Azores! Este viaje comenzó diferente a lo que estamos acostumbrados en 4×4, la primera reunión fue en la T2 del aeropuerto, para embarcar las maletas. Y lo más sorprendente de todo es que pasamos el control sin ninguna incidencia, pese a todos los que íbamos. Las maletas iban bien rellenas (eslinga, compresor, kit repara pinchazos, rollo de cinta, bridas de diferentes tamaños, guantes, fusibles de coche y sobre todo de emisoras y sus antenas de imán, tomas dobles de mechero o duplicador, Velcro tipo 3M o Wurth….) Comenzamos la aventura con la primera anécdota del día, un pequeño retraso a la hora de coger el segundo vuelo, Lisboa-San Miguel, porque el avión ha pinchado una rueda! Pudimos ver en directo como cambiaban la rueda delantera del avión. A la llegada a la Ilha De Sao Miguel, nos estaba esperando nuestro compi Vítor para llevarnos en un par de coches 4×4 y una minivan al hotel. ¡Qué pasada de hotel!, habitaciones enormes y al borde de un acantilado… Hotel Pedras do Mar (Súper recomendable) http://pedrasdomar.com/en/hotel/ Lo malo fue que llegamos todos tan cansados que cancelamos la primera copa para coger unas pocas de energías. En azores son 2h menos y eso se notó. Llego el primer día “las chicas” fuimos a dar un paseo por el centro de Ponta Delgada mientras “los chicos” recogían los 4×4 de Alquiler. La primera parada que nos hicieron Anabela y Carla, nuestras guías, fue en el mercado central… (Que bien nos conocen) Allí, aprovechamos para comprar algo de fruta, imanes y algún que otro detalle. De ahí, a la siguiente parada, la farmacia donde picamos también varias de nosotras, para acabar viendo la catedral y tomar un cafecito en la plaza central. Tengo que hacer especial mención a Raquel que demostró una vez más su dotes comerciales para conseguir casi todo lo que se propone… en este caso la wifi de la tienda de al lado de la cafetería. Una vez todos en marcha y cada uno en su 4×4, Pick up o SUV, decidimos hacer una pequeña ruta alternativa hasta llegar al sitio de comer. Como os imagináis fue demasiado corta ya que aquí comen a la 13:30! Comentaría algo del restaurante pero ya no me acuerdo mucho… salvo que nos pusieron un buffet. De lo que si me acuerdo es que nuestros guías, una vez más mostraron su amabilidad dándonos un chupito de licor de Maracuyá que estaba buenísimo. Y además nos dejaron una nevera… que como ya sabéis es el accesorio más importante del 4×4, (ahí guardamos los hielos para nuestras paradas). Después de comer, entre vegetación, continuamos ruta hacia la cresta del Lago das Sete Cidades, bueno mejor dicho, lo intentamos. A algunos de nuestros compis les dieron un Nissan X-Trail como vehículo para el campo… y pudimos comprobar que es un coche solo para carretera y caminos ocasionales. Ya que en el primer repecho se quedaron atascados y no eran capaces de avanzar sin eslingarlos. Una riada había movido las piedras y dejado regueras. Al final, al no poder superar la rampa, tuvieron que dar la vuelta y buscar un camino alternativo más sencillo, al mirador, acompañados de Eduardo, lo hicieron sin más contratiempos que alguna rascada en algún baden del camino. Llegaron arriba un poco mas tarde, pero la verdad es que esta vez no se perdieron nada ya que debido a la niebla no pudimos ver las maravillosas vistas del volcán y el lago… menos mal que nos enseñaron alguna foto. Visitamos también “Caldeira Velha”. Por un momento, no sabía si seguía en las Azores o me había trasladado al Brasil tropical. Lo más curioso fue encontrarnos espacios donde el agua manaba a 100ºC. Formando unas piscinas naturales, donde los bañistas, parecían encontrarse muy a gusto. Sorprendentemente llegamos al hotel con tiempo, (algo que ha pasado durante todo el viaje). Nos aseamos un poquito, que esa noche teníamos evento…. Paloma pidió matrimonio a Jesús! Contrató música y todo! No lo he comentado antes pero falto por llegar una maleta. Justo se perdió la maleta de Paloma con el álbum de la pedida, menos mal que llegó a tiempo para la cena. El día siguiente, iniciamos la segunda ruta, haciendo una parte de los tramos del European Rallye Azores. Comenzamos con unos paisajes verdes, de todas las tonalidades, pastos salpicados de vacas, llegando al lago Sao Bras, muy bonito con un tupido bosque alrededor. Bajando a Sao Brás pudimos contemplar la costa sur desde una gran altura. Incluso se creó la polémica de si podíamos estar a 700 mts sobre el nivel del mar o no. Hacia mediodía, a las 12:30h exactamente, llegamos a Lagoa das Furnas. A esa hora en punto sacan de la tierra el plato más típico, un “cozido” que se ha hecho dentro de la tierra con el calor de los geiseres. Una vez fuera las ollas, son transportadas al restaurante Toni, en furgoneta. Así que nosotros detrás, fuimos hasta el pueblo a comérnoslo y de paso nos encontramos con una pequeña procesión. Tenemos que decir que el Cozido no se parece en nada al español (porque estaba muy bueno, solo que no tiene ni sopa, ni garbanzos). Por la tarde, con la barriga llena, continuamos ruta, subiendo al mirador del lago y como el tiempo acompañaba, pudimos disfrutar de un Gin-tonic, servido y preparado en el Pick Bar. Disfrutando de una de las mejores vistas de la isla: el lago Furnas creado en el cráter de un volcán, y el pueblo de Furnas de Povoa Çao desde lo alto. De camino, disfrutamos de más paisajes, El Lago do Fogo, donde la niebla se echó en 5 minutos, bajando a continuación paramos en una cascada, en