Prueba largo kilometraje. 3000 kilómetros con el Skoda Kodiaq. Completo y eficaz sin arruinarnos.
La marca, que tenía ya en su catalogo vehículos con posibilidades para circular fuera del asfalto ha dado una vuelta de tuerca presentando modelos específicos en el segmento SUV, con versiones 4×4, siendo el Kodiaq el primero de ellos. Skoda España, nos ha cedido una unidad durante dos semanas para que la probáramos a fondo. Nuestro Skoda con acabado Style 2.0 TDI 190 c.c. DSG 7 velocidades 4×4, es a primera vista todo un espectáculo. Grande y atractivo llama nuestra atención y la de los transeúntes, que le dan vueltas donde los aparquemos, con curiosidad e interés. ¡Un Skoda! Exclaman muchos y es que en la mente de los clientes finales aun no tienen a la marca como referencia en SUV de representación, pero la tendrán. Facilidad de acceso y espacio por todos los lados, con posibilidad real de que cinco adultos viajen cómodamente y lo que es mejor sin dejarse nada en casa ya que el maletero verdaderamente parece no tener fondo, que lo tiene, con muchos huecos para objetos y lo que es mejor, rueda de repuesto aunque sea de las de emergencia, lo que se traduce en que un simple pinchazo no es una tragedia. Por acabar con el espacio de carga, las posibilidades de organizar nuestros efectos es infinita algo a lo que ayudan los accesorios que ofrece Skoda como fondos de goma o sistemas de separación para mascotas o poder cargar hasta el techo por no hablar de la linterna portátil o la toma de 12v que se mantiene operativa aunque el vehículo este parado y cerrado. La tercera fila de asientos queda realmente escondida y una vez operativa permite a dos pasajeros viajar si es que su complexión no es muy grande. A bordo, se percibe calidad y tacto agradable, los asientos son cómodos y no nos provocaron rechazo corporal con el paso de los kilómetros. A destacar el accionamiento en altura del asiento del copiloto algo prácticamente inexistente en asientos de reglaje manual en la práctica totalidad de modelos del mercado. Además nuestro acompañante podrá hacernos llegar bebida fresca en cualquier circunstancia gracias a la guantera refrigerada. Buena posición de conducción, pero siempre sin olvidar que movemos un modelo de generoso tamaño, ya que algunas veces por diseño no controlemos las medidas sobre todo las esquinas del frontal que parecen no tener fin. El día es agradable e invita a que retiremos el techo y rodemos con el cielo a la vista. Todo un salón para viajar. VERDADERAMENTE POLIVALENTE. Nuestros primeros movimientos fueron en tráfico urbano y volvimos a constatar que deberemos acostumbrarnos al tamaño, sobre todo en giros en calles estrechas y a la hora de aparcarlo. Una vez cargado, abordamos el primer trayecto interurbano que nos llevaría hasta el camping Puerto Peña en plena Siberia Extremeña. En autovía, las ayudas a la conducción se hacen patentes agradeciéndose algunas como el aviso del cambio involuntario de carril y resultándonos demasiado intrusivas otras como el control de crucero adaptativo que en ocasiones y según quien llevemos delante, supone un engorro. Ya en una nacional convencional, el Kodiaq se muestra como un verdadero rodador, con comportamiento ágil y rápido, la carretera N-502 de Talavera de la Reina a Herrera del Duque es muy variada y entretenida y se le puede sacar el jugo al cambio DSG que es toda una delicia. Los frenos son eficaces, los tarados de suspensión correctos y los kilómetros parecen no existir. Buena insonorización y listado interminable de extras desde sistemas de frenado inteligente, hasta ayudas electrónicas a la conducción, pasando por infoentretenimiento a la última o paraguas camuflados en las puertas delanteras. EN EL MONTE, SORPRENDENTEMENTE EFICAZ. No parece a priori un modelo para uso intensivo, pero tras hacer un uso continuo y real durante días fuera del asfalto, podemos asegurar, que dejaría en ridículo a modelos con imagen más “campera”. No debemos olvidar tamaño, peso (se acerca a las dos toneladas) y ángulos característicos, que son a priori circunstancias que pueden volverse en contra de nuestro avance. Nuestro campo de pruebas ha sido Andalucía, incluyendo zonas como la campiña cordobesa o el monte bajo de la Sierra de Baza, con terreno seco y duro al principio y días de lluvia y barro exagerados. Todo ello consecuencia de cubrir la segunda edición del Guadalquivir Classic Rally. En pistas de buen firme mantiene sus bondades y se puede rodar rápido. Si el camino empeora, la suspensión trabaja bien, sin rebotes desagradables y con buena progresión para un vehículo que tiene que valer para todo. Con los sistemas de ayuda que incluyen modo “off road” y asistente de arranque sobre superficies deslizantes, además de poder arrancar en pendiente y contar con control de descensos, salimos de muchas, destacando que el ABS no es para nada intrusivo. El límite nos lo puso una inclinación lateral, en la que el barro nos dejo atascados. Tuvimos que preparar nuestra escapada, liberando los neumáticos del barro acumulado y esperar a que se secara algo el terreno debajo del coche ya que no paraba de llover. Las ayudas a la conducción fueron vitales para volver a ponernos en marcha, con testigos, que es lo mejor para acabar de convencer al prójimo. Kilómetros de buen camino, pero muy deslizantes y delicados hicieron que pudiéramos comprobar las bondades de la electrónica, pudiendo incluso comprobar lo que es moverse con y sin su ayuda. De haber contado con unos neumáticos de mejor dibujo, nuestra vida hubiera sido mas fácil, pero por lo demás, satisfechos con el Kodiaq. Mejoraría ostensiblemente con unos neumáticos de dibujo más técnico, y cambiando la medida de origen 235/50 por la 225/55 lo que nos hará ganar un centímetro de altura libre sacrificando anchura, sin tener problemas en el futuro con la I.T.V. Una vuelta de tuerca seria adquirirlo con llanta de 17” que nos daría más balón y más posibilidades de monta. Si a esto unimos sustituir las protecciones de plástico por unas gemelas metálicas convertiremos nuestro Kodiaq en un vehículo muy