El termino carreras-cliente, se ha utilizado históricamente para modelos a medio camino entre la serie y la competición, bien desinflando prototipos de circuito para ser utilizados en el tráfico diario o bien inflando modelos de concesionario hasta convertirlos en un coche de competición camuflado. Este es un claro ejemplo. Desde la compañía, conocedores de que bajábamos a cubrir el Rally Clásicos del Atlas, nos propusieron que lo hiciéramos con uno de los vehículos que tenían preparados y que además se encuentra a la venta. El BMW X-3 que habitualmente utiliza el equipo de competición para desplazar personal a las carreras. Se nos entrega con 196490 kilómetros. El coche se nos entrega incompleto y nos explicamos. Dispone de una baca realizada a medida donde va alojada la rueda de repuesto y soportes para diferentes accesorios como tienda de campaña, planchas o gato mecánico. Para la ocasión no está montada. Tampoco está llevada a cabo la configuración de la parte trasera que sustituye los asientos por un soporte para cajoneras por un lado y para nevera por otro. Así las cosas, nuestro X-3 queda como un 4×4 familiar con cinco asientos, lo normal. ¿Lo normal? Este coche se sale de la norma. Aparentemente, tan solo lo elevado de la carrocería, las llantas y la toma de admisión elevada le hacen parecer “diferente”, porque hasta el cabrestante está perfectamente camuflado e integrado en el paragolpes delantero, pero nada más lejos de la realidad. Estructuralmente, el vehículo se desmontó por completo y recibió un arco antivuelco integral que protege todo el habitáculo, pero que a la hora de la verdad pasa totalmente desapercibido. Es una de las especialidades de la casa y se nota. No impide la operación de subida y bajada, no molesta desde el puesto de conducción y queda perfectamente integrado en el X-3. Incorpora un sistema de suspensión desarrollado por ARC, que hace ganar al vehículo unos centímetros de altura, disponiendo de dos amortiguadores Ohlins en el tren delantero con trapecios hechos a medida y cuatro en el trasero, en este último caso por si el vehículo va con mucha peso a desplazar. Lleva separadores que abren unos centímetros las vías y neumáticos específicos para rodar fuera del asfalto. Otra de las preparaciones típicas de ARC es la protección de bajos que queda confiada a una plancha de Dural que va de matricula a matricula, garantizando así la integridad de la mecánica. Está recibe tan solo una mejora a destacar que complementa de forma perfecta la preparación y es la sustitución de los grupos de origen por unos de BMW M5 que acortan ostensiblemente el desarrollo pero que hacen ganar en par al coche en cualquier circunstancia. MANEJABLE Y EFECTIVO. En tráfico urbano, se comporta como un utilitario mas, medidas contenidas, y buena manejabilidad. En vías rápidas, comienza a mostrar sus argumentos en base a unas aceleraciones fulgurantes, empuja sin descanso y parece echar a volar si apretamos el acelerador a fondo. En carreteras de montaña, es una delicia, vira plano de forma noble y sin sustos aunque lo forcemos. Si vamos con poco peso en las curvas más cerradas aparece algo de sobrevirage que se agradece. EN EL MONTE, UN DISPARO. Con lo bien que va en asfalto, ¿mantendrá su bien comportamiento cuando el terreno se complica? Si. La ganancia en altura, ayuda en los pasos más complicados impidiendo que toquemos donde otros vehículos, reputados 4×4 lo hacen, y la suspensión independiente y sus buenos recorridos le ayudan en los pasos más trialeros. Hay par de sobra y no deberíamos complicarnos la vida la trialera mas seria, ya que debemos recordar que la ausencia de chasis en este modelo rebaja el peso de forma considerable. En la arena es toda una satisfacción, se puede rodar en caminos y pistas arenosos en marchas más largas de lo que cabria esperar, ya que siempre empuja de forma progresiva sin llegar a escarbar. Es en definitiva un buen compañero de aventuras. Con capacidad para equipaje e implementos y desde luego el más rápido en cualquier circunstancia. En cuanto al consumo, teniendo en cuenta que hicimos más del 10% de los kilómetros fuera de pista y que en ningún momento fuimos a ahorrar, superamos por poco los once litros, cifra que con cautela se puede mejorar ostensiblemente. Devolvemos el X-3 con 199918 kilómetros, 3428 mas que cuando nos subimos a bordo. Es en definitiva un coche para todo, desde acompañarnos a un acontecimiento social demostrando que es un vehículo de representación, con “algo” mas hasta acompañarnos en nuestras rutas y viajes de forma impecable, rápido donde se puede correr y capaz donde hace falta tracción y recorridos de suspensión. Tiene lo mejor del modelo de serie, complementado con soluciones utilizadas habitualmente en competición. ¿Su precio? Mucho menos de lo que pudiera parecer. La respuesta en www.arc-racing.com