Teníamos ganas de conocer esta última versión del modelo, no en vano quien escribe estas líneas, fue propietario durante una docena de años de un Sportage, de primera caja y primera serie un MRDi. De los de gasolina de 130 caballos 16 válvulas (también lo había de ocho), con chasis macizo, reductora, bloqueo de diferencial trasero… Luego vino la versión diesel, la que se hizo más popular. Me dio bien resultado, en asfalto y mucho mejor fuera de él ya que pesaba poco y como iba bien calzado pasaba por sitios impensables a priori. Ahora estamos ante la última versión y pese a la variada oferta existente en el segmento, el acierto con el diseño exterior ha sido clave para llegar a ser el modelo más vendido de la marca. Recogimos el vehículo con 18375 kilómetros. Exteriormente, hemos de decir que nos gustaba más la caja anterior por parecer más agresiva. Aunque esta mantiene sobre todo en el frontal un aspecto musculoso. Desde luego en los dos casos un acierto total, que es normal que se refleje en las ventas. Nuestra unidad es de el acabado GT Line Extrem, luciendo detalles en la carrocería que marcan su aspecto deportivo e incorpora el acabado Premium, el más completo. A nivel interior, el Sportage está bien concebido. Los asientos delanteros con cómodos aunque se echa en falta algo más de apoyo lumbar. En la parte trasera, dos adultos viajaran con más espacio que muchos modelos de más empaque y tamaño, siendo algo justo el asiento central. Los materiales son de buena calidad y el ajuste es correcto, sin escuchar ruidos ni cuando le retorcimos. En cuanto a equipamiento, es completísimo con complementos de vehículos de mayor nivel, pantalla táctil, asientos calefactados, techo panorámico, etc. El Drive Wise, paquete de la marca de ayuda a la conducción es completo agradeciéndose un control de crucero no intrusivo y un avisador de cambio de carril práctico y sistema de aviso de cansancio entre otras aptitudes encaminadas a crecer en lo que conducción autónoma se refiere. El maletero tiene buena capacidad aun configurado para cinco ocupantes, y abatiendo el asiento trasero, la capacidad de carga se multiplica. La boca de carga es enorme y con un borde muy bajo lo que facilita meter grandes bultos. Bajo el fondo, hay un generoso hueco que alberga una rueda de repuesto de emergencia. Se echa en falta una quinta rueda, pero esto es siempre mejor que el triste kit antipinchazos. El motor, es un 1.6 de gasolina turbo alimentado que da 136 caballos, se muestra correcto sin más, hemos rodado con dos personas sin equipaje y no se echa en falta más potencia, pero si le apretamos se vuelve rumoroso y parece forzado. Si llevamos familia y carga, deberemos optar por adquirirlo con un propulsor más potente el de 177 caballos. Opinión, sobre catalogo por qué no lo hemos probado. El fabricante anuncia un consumo medio de 5,2 litros, y teniendo en cuenta que no tratamos de ahorrar y que rodamos kilómetros fuera de asfalto, nos quedamos por encima de los siete. Devolvimos el Kia con 18850 kilómetros, 475 más que cuando fuimos a por él. BUEN COMPORTAMIENTO. Rodar con el Sportage es siempre agradable, bien insonorizado, cómodo y con mucho equipamiento, el paso de los kilómetros parece no sentirse. El tarado de suspensiones, más bien seco se agradece, sobre todo en carreteras secundarias y de montaña, impidiendo inclinaciones excesivas de carrocería. Un dato a tener en cuenta. Es más grande de los que parece desde el puesto de conducción, sobre todo de batalla, por lo que en tráfico urbano deberemos mentalizarnos de las medidas que manejamos. EN CAMPO, DEFENDIENDOSE CON GANAS. Llega la hora de salir del asfalto y rodamos primero por pistas en buen estado donde el Sportage se porta dignamente, se agradecen los tarados de suspensión comentados, aunque algunas irregularidades del terreno, se trasmitan. Se puede rodar a buen ritmo. Antes de seguir avanzando, deberemos agradecer, que este Kia tiene aparte de la trasera, cámara de 360º, lo que se agradece tanto en las maniobras como en pasos complicados. Además, aparte de la tracción total, contamos con bloqueo de diferencial central, y control de descensos, por lo que se pueden atacar caminos rotos y algunas trialeras que las cotas del vehículo nos permitan. En contra, tenemos una altura libre, no muy generosa, unas protecciones de bajos justas y sobre todo un neumático enfocado totalmente al asfalto. Simplemente con cambiarlo por uno de dibujo mixto, nos pondría a bordo de otro coche. Las llantas de 19 pulgadas, con ruedas en medida 245/45 limitan la elección, pero existen en el mercado modelos mixtos en medida equivalente para rodar con más garantías fuera del asfalto, sin tener problemas en la ITV. Recomendamos unos 235/50 que nos harán ganar casi un centímetro de altura libre, que nos vendrá muy bien en nuestras rutas. Si el camino se complica, deberemos controlar lo expuesto del spoiler de la parte baja frontal y tener en cuenta que el buen comportamiento en carretera y pistas, es consecuencia de unos recorridos de suspensión limitados, por lo que a poco que se ondule el terreno alguna de las ruedas se quedará en el aire. En definitiva, manteniendo unos buenos estándares de calidad, una imagen deportiva, y un espacio interior generoso, estamos ante un vehículo que solo con estar bien calzado, nos permitiría más alegrías de las normales fuera del asfalto. Qué pena que la marca no apueste por un acabado básico que solo incluyera las ayudas a la conducción, llanta de menos diámetro y neumático mixto, a un precio rompedor. Sigue habiendo un hueco de ventas para los 4×4 de bajo costo y uso profesional. LA OPINION DE RAFAEL ROMERO PELEGRINI. Importante la visión de un cliente final de la marca, y quien mejor que el ingeniero de desarrollo del equipo de competición que forman ARC-Miracar, propietario de un de un Sorento 2500 CRDI de 170 caballos, que ha modificado para salir al