diciembre 21, 2020

Todas las noticias de diciembre 21, 2020 en el mundo del 4x4

prueba wrangler rubicon

Prueba. Jeep Rubicón. 4×4 objeto de culto.

Es la tercera vez que traemos el modelo a nuestra web y en vez de buscarle las vueltas parece que es él el que se manifiesta. “sigo aquí”. Con todos los argumentos que el modelo atesora y que tanto gustan a los puristas entre los que nos encontramos. Chasis macizo de largueros y travesaños, ejes rígidos en ambos trenes, caja de trasferencias con reductora, control de descensos, bloqueo de diferencial trasero delantero y central…. La inminente llegada de versiones hibridas con posibilidad de recarga por enchufe, hará que los esfuerzos de la marca se centren en estos últimos acabados, mas comerciales, más interesantes para el cliente final y lo que es mejor, sin perder cualidades dinámicas fuera del asfalto pero pudiendo disfrutar de la etiqueta “eco”, que le permitirá rodar por nuestras ciudades sin problemas. Por eso hemos querido poner a prueba a un autentico “último mohicano”, que a buen seguro con el paso del tiempo no perderá valor y será admirado por los entendidos como uno de los pocos todo terrenos de verdad comercializados y lo que es mejor, uno de los escasísimos a los que un vez comprados no había que hacerles nada porque lo traen todo. Y es que el Rubicón, aparte de lo antes comentado, se comercializa con neumático de taco y con todas las mejoras incluidas en la tarjeta técnica. Su precio supera los 60000 euros, cifra que puede parecer elevada, pero para que otro todo terreno de los apenas dos-tres modelos que se pueden adquirir con características similares (no hablamos de pick up) le  haga frente teniendo en cuenta que habría que añadirle los cinco neumáticos de campo como mínimo, un Land Cruiser largo y poco más seria competencia, el Mercedes G le duplica de largo el precio y otros posibles rivales no se comercializan oficialmente en nuestro país. Con estas premisas, nos subimos a un Wrangler Rubicón 2.0 de chasis largo y cinco puertas. Es de carrocería de  de fibra con techo de lona corredizo en un color blanco que le hace parecer más grande de lo que es. El propulsor incorpora un turbo alimentador, para conseguir trabajar con menos cubicaje y por ende controlar los consumos. Más manejable que nunca. En ciudad, solo hay que tener en cuenta la longitud a la hora de algunas maniobras, pero por lo demás, es lo mejor para moverse por la urbe. El resto de conductores te mira con respeto a sabiendas que su utilitario, su SUV o lo que sea, tiene la batalla perdida en cuanto se produzca un impacto y es que el Wrangler impresiona. Se acabaron los que te cambian de carril en el último momento, o los que pretenden saltarse un ceda el paso por poner unos ejemplos. El radio de giro es bueno, y la postura de conducción elevada ayuda en todas las maniobra que son apoyadas por la cámara trasera en caso de que el movimiento sea complicado. Mejor en carretera. El propulsor de 270 caballos, se nota en todo momento, con buenas aceleraciones y empujando en cualquier circunstancia. El techo de lona transmite algo más de ruido que el “cerrado”. Los sonidos exteriores, tanto del propio motor como los aerodinámicos y los del taco del neumático que también se oyen. La operatividad del mismo es sencilla y con todo el techo recogido los ocupantes podrán disfrutar de un descapotable en toda regla. Detalles como los asientos de piel tanto delanteros como traseros (tienen el detalle de llevar el logo Rubicón bordado) bordado, el cuero, el navegador, el climatizador y el equipo de sonido, nos permiten vivir a bordo como si estuviéramos en una berlina. La postura de conducción y de los pasajeros totalmente erguida es la que tiene que ser acorde con la necesidad de controlar las medidas  del coche. La visibilidad delantera es algo justa, pero es lo que toca con un diseño único y genuino. Tan genuino que en estas últimas versiones, es posible desmontar techo y puertas y abatir el parabrisas, siendo entonces mas exclusivo aun. En el monte, imparable. Qué decir de este vehículo, que no se haya dicho ya. Acostumbrados a electrónica y ayudas varias para circular fuera del asfalto, de muchos pretendidos “todo terreno” del mercado, el Wrangler supone toda una solución para avanzar fuera del asfalto sin complicaciones. Por potencia por capacidad de tracción y por andar es el todo terreno de referencia, con escasísimos modelos que se le puedan comparar tal y como salen del concesionario. Nos hemos movido por el termino municipal de Los Molinos, desde cuyo Ayuntamiento, ven normal el que los todo terrenos rueden por sus pistas y caminos, teniendo ermitas, embalse, picaderos y demás localizaciones típicas del medio natural como escenario.  Solo deberemos tener cuidado con el ángulo ventral, expuesto en las crestas y pasos donde se pueda dar con los bajos, ya que el resto de los característicos es muy bueno. El propulsor tiene bajos suficientes para movernos a golpe de pequeños toques en las zonas más trialeras. Se agradece que muchos de los mandos a activar sean mecánicos y no electrónicos como las principales palancas de uso. Los sensores de aparcamiento y la cámara posterior ayudan para no tocar con nada y tan solo deberemos  tener la precaución de desactivar el “start/stop”, para que en una postura complicada, el coche al frenarlo totalmente no se pare y tengamos que volver a dar al botón de arranque para continuar con nuestro avance.   Puestos a ponerle pegas, seguimos encontrando dos carencias. Por un lado la ausencia de cerradura en el capó, lo que permite abrirlo con tan solo accionar el broche externo y por otro la falta de reposapiés para el izquierdo en el puesto de conducción, algo que en viajes largos y en algún paso técnico se puede llegar a echar en falta. Ambos elementos están disponibles en el amplio catalogo que Mopar tiene para el Wrangler. Este es otro dato a tener en cuenta. Es el modelo del marcado con mayor cantidad de

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Prueba. Jeep Rubicón. 4×4 objeto de culto.

Es la tercera vez que traemos el modelo a nuestra web y en vez de buscarle las vueltas parece que es él el que se manifiesta. “sigo aquí”. Con todos los argumentos que el modelo atesora y que tanto gustan a los puristas entre los que nos encontramos. Chasis macizo de largueros y travesaños, ejes rígidos en ambos trenes, caja de trasferencias con reductora, control de descensos, bloqueo de diferencial trasero delantero y central…. La inminente llegada de versiones hibridas con posibilidad de recarga por enchufe, hará que los esfuerzos de la marca se centren en estos últimos acabados, mas comerciales, más interesantes para el cliente final y lo que es mejor, sin perder cualidades dinámicas fuera del asfalto pero pudiendo disfrutar de la etiqueta “eco”, que le permitirá rodar por nuestras ciudades sin problemas. Por eso hemos querido poner a prueba a un autentico “último mohicano”, que a buen seguro con el paso del tiempo no perderá valor y será admirado por los entendidos como uno de los pocos todo terrenos de verdad comercializados y lo que es mejor, uno de los escasísimos a los que un vez comprados no había que hacerles nada porque lo traen todo. Y es que el Rubicón, aparte de lo antes comentado, se comercializa con neumático de taco y con todas las mejoras incluidas en la tarjeta técnica. Su precio supera los 60000 euros, cifra que puede parecer elevada, pero para que otro todo terreno de los apenas dos-tres modelos que se pueden adquirir con características similares (no hablamos de pick up) le  haga frente teniendo en cuenta que habría que añadirle los cinco neumáticos de campo como mínimo, un Land Cruiser largo y poco más seria competencia, el Mercedes G le duplica de largo el precio y otros posibles rivales no se comercializan oficialmente en nuestro país. Con estas premisas, nos subimos a un Wrangler Rubicón 2.0 de chasis largo y cinco puertas. Es de carrocería de  de fibra con techo de lona corredizo en un color blanco que le hace parecer más grande de lo que es. El propulsor incorpora un turbo alimentador, para conseguir trabajar con menos cubicaje y por ende controlar los consumos. Más manejable que nunca. En ciudad, solo hay que tener en cuenta la longitud a la hora de algunas maniobras, pero por lo demás, es lo mejor para moverse por la urbe. El resto de conductores te mira con respeto a sabiendas que su utilitario, su SUV o lo que sea, tiene la batalla perdida en cuanto se produzca un impacto y es que el Wrangler impresiona. Se acabaron los que te cambian de carril en el último momento, o los que pretenden saltarse un ceda el paso por poner unos ejemplos. El radio de giro es bueno, y la postura de conducción elevada ayuda en todas las maniobra que son apoyadas por la cámara trasera en caso de que el movimiento sea complicado. Mejor en carretera. El propulsor de 270 caballos, se nota en todo momento, con buenas aceleraciones y empujando en cualquier circunstancia. El techo de lona transmite algo más de ruido que el “cerrado”. Los sonidos exteriores, tanto del propio motor como los aerodinámicos y los del taco del neumático que también se oyen. La operatividad del mismo es sencilla y con todo el techo recogido los ocupantes podrán disfrutar de un descapotable en toda regla. Detalles como los asientos de piel tanto delanteros como traseros (tienen el detalle de llevar el logo Rubicón bordado) bordado, el cuero, el navegador, el climatizador y el equipo de sonido, nos permiten vivir a bordo como si estuviéramos en una berlina. La postura de conducción y de los pasajeros totalmente erguida es la que tiene que ser acorde con la necesidad de controlar las medidas  del coche. La visibilidad delantera es algo justa, pero es lo que toca con un diseño único y genuino. Tan genuino que en estas últimas versiones, es posible desmontar techo y puertas y abatir el parabrisas, siendo entonces mas exclusivo aun. En el monte, imparable. Qué decir de este vehículo, que no se haya dicho ya. Acostumbrados a electrónica y ayudas varias para circular fuera del asfalto, de muchos pretendidos “todo terreno” del mercado, el Wrangler supone toda una solución para avanzar fuera del asfalto sin complicaciones. Por potencia por capacidad de tracción y por andar es el todo terreno de referencia, con escasísimos modelos que se le puedan comparar tal y como salen del concesionario. Nos hemos movido por el termino municipal de Los Molinos, desde cuyo Ayuntamiento, ven normal el que los todo terrenos rueden por sus pistas y caminos, teniendo ermitas, embalse, picaderos y demás localizaciones típicas del medio natural como escenario.  Solo deberemos tener cuidado con el ángulo ventral, expuesto en las crestas y pasos donde se pueda dar con los bajos, ya que el resto de los característicos es muy bueno. El propulsor tiene bajos suficientes para movernos a golpe de pequeños toques en las zonas más trialeras. Se agradece que muchos de los mandos a activar sean mecánicos y no electrónicos como las principales palancas de uso. Los sensores de aparcamiento y la cámara posterior ayudan para no tocar con nada y tan solo deberemos  tener la precaución de desactivar el “start/stop”, para que en una postura complicada, el coche al frenarlo totalmente no se pare y tengamos que volver a dar al botón de arranque para continuar con nuestro avance.   Puestos a ponerle pegas, seguimos encontrando dos carencias. Por un lado la ausencia de cerradura en el capó, lo que permite abrirlo con tan solo accionar el broche externo y por otro la falta de reposapiés para el izquierdo en el puesto de conducción, algo que en viajes largos y en algún paso técnico se puede llegar a echar en falta. Ambos elementos están disponibles en el amplio catalogo que Mopar tiene para el Wrangler. Este es otro dato a tener en cuenta. Es el modelo del marcado con mayor cantidad de

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