Prueba Jeep Wrangler 4xe. Un 4×4 del siglo XXI
No vamos a descubrir ahora un modelo más que conocido por todo buen aficionado. De hecho el probamos también las últimas versiones llegadas al mercado del Wrangler, las puedes disfrutar utilizando el buscador de la web. Ahora con mínimos cambios estéticos, llega una versión hibrida enchufable, que responde a las circunstancias a las que el cliente final de nuestro continente se ve obligado a cumplir. Esto se traduce en que aparte de ser muy competitivo en el monte, se pueda entrar hasta el corazón de las ciudades sin el más mínimo problema. En Jeep tan solo se comercializa este acabado en la versión de cinco puertas ya que en la corta no sería factible la instalación de baterías por pura falta de espacio. Exteriormente, las modificaciones son mínimas, variando a primera vista tan solo en el modelo de estriberas, las llantas específicas y la funda de la rueda de repuesto. Otras de las diferencias se centran en logos, siempre en azul y en el caso de nuestra unidad el del 80 aniversario del modelo, y por supuesto en la toma de recarga que se sitúa junto al retrovisor exterior del conductor. Esta es sencilla de operar, ya que no tiene mecanismo de apertura, y permite colocar tanto el cable de carga convencional como el rápido. Los tiempos de recarga de las baterías en el primer caso son de 6h 30 minutos y en el segundo de dos horas 30 minutos. A bordo también poca novedad, ya que se mantiene el interior de anteriores modelos incorporándose en tres puntos nuevas botonaduras, como detalle más destacado. La más importante es la del modelo de conducción que presenta tres posibilidades. Hibrida, eléctrica y de máxima recarga. En el primer caso, que es de uso por defecto del vehículo se encarga de todo, moviéndose en eléctrico a bajas velocidades y maniobras, si es que tenemos carga. El segundo permite con la batería completa rodar alrededor de 50 kilómetros. El tercero, hace los posible por recargar las baterías en cuanto las condiciones del trayecto lo permiten. Otro botón esta vez en el centro, permite forzar aun más la recarga actuando sobre los frenos. Por último con el cambio en modo secuencial, existe uno que permite mantener una velocidad constante hasta 8 kilómetros por hora para poder superar zonas complicadas. Se programa y se puede modificar a voluntad. Una ayuda más a la hora de tener que abordar un paso delicado. Como complemento, en la pantalla de la zona central que permite todo tipo de conectividad, disponemos de dos cámaras. La habitual trasera imprescindible en maniobras y aparcamientos, dada la longitud del vehículo y una delantera que permite controlar el terreno cercano a nuestro avance. Los asientos de cuero son agradables y permiten una cómoda posición de conducción, la habitual en los todo terreno de verdad. Solo echamos en falta el reposapiés izquierdo para que los desplazamientos fueran impecables. Los traseros mantienen su estructura y espacio, perfectos para dos y justos para tres. Aunque la postura hará los desplazamientos mas confortables que en otros coches de diferente estructura. Bajo la banqueta se encuentran las baterías, aprovechando un hueco que permite que la electrificación no se note por espacio. El maletero de 533 litros (1910 si abatimos los asientos traseros) se mantiene, alojando el cable industrial que por tamaño debe de ir suelto. No pasa los mismo con el domestico que en una bolsa ocupa un hueco bajo la bandeja inferior del espacio de carga. Existen anillas para fijar la carga tanto en el maletero como en el portón trasero, lo que permite que nada vaya suelto. El motor es un dos litros que da 272 caballos, que unidos a los dos eléctricos elevan la potencia hasta los 380. El cambio de ocho velocidades mantiene el sistema Select Track. En vías rápidas, podremos hacer nuestros desplazamientos con total confort, con la única molestia de algún que otro ruido aerodinámico, procedente de los retrovisores y de lo vertical del parabrisas. En carreteras de montaña no hay que olvidar que rodamos con tracción trasera, y ser progresivos con el acelerador. Siempre hay que tener presente nuestro peso y nuestra altura. Lo bueno, controlar bien los sistemas de ayuda de los motores eléctricos y lo que es mejor, disfrutar de moverse por la ciudad con un “0” en el cristal delantero. Lógicamente, tantas ventajas se pagan y para hacerse con uno de estos Wrangler 4xe, hay que disponer de 75000 euros. Ahora, seremos poseedores de un todo terreno de verdad, muy capaz fuera del asfalto y absolutamente libre de circular por el centro de cualquier ciudad por muchas restricciones medioambientales que existan. EN EL MONTE, MANTENIENDO LOS VALORES. Solo dos cosas a tener en cuenta. Que los neumáticos de serie son totalmente de asfalto y que al incorporar todo el sistema eléctrico, movemos 2270 kilógramos de peso. Por lo demás, sigue siendo de los modelos más capaces del mercado fuera del asfalto. Avanza sin rechistar y cuenta con buenos recorridos de suspensión, por no hablar de un sistema de tracción eficaz y la ayuda en lo más complicado del control de velocidad. Con unas ruedas mixtas tendremos suficiente para un uso más o menos intensivo. Y después de conquistar lugares recónditos, hacer los mismo con el centro de las ciudades.