Prueba. Ford Ranger Stormtrak. Sigue habiendo 4×4 en el mercado.
Con la versión 2023 en el horizonte, de la que hay ya pedidos en firme sobre todo de la versión Raptor, la alta de gama, ¿es buen momento para hacerse con una de las unidades disponibles aun en concesionarios? Hemos podido disfrutar de una, además de serie limitada, y desde luego que nos ha convencido. Las pick up son el reducto del mercado más afín a lo que es un todo terreno convencional. Aun comercializándose versiones básicas pensadas para uso profesional, eso sí dotadas de buenos paquetes de equipamiento, las mas equipadas se han convertido en una opción muy seria para uso familiar, por los acabados y calidad de vida a bordo. La Ford Ranger, es todo un éxito de ventas en nuestro continente, siendo la más vendida en Europa el año pasado, dando satisfacción a los clientes de Ford de perfil más aventurero y acercando a clientes de otras marcas. Para dar un toque más exclusivo, se ponen en el mercado series limitadas, muy atractivas y lo que es mejor con todos los accesorios en la ficha técnica original. La Stormtrack, incorpora detalles exteriores como frontal y llantas específicos con neumáticos mixtos, logos y adhesivos repartidos por la carrocería, arco en la zona de carga, tapa de la misma con accionamiento eléctrico y bola de remolque. La tapicería de cuero con el nombre bordado y detalles en color completan el interior de esta serie. A nivel mecánico mantiene el propulsor 2.0 biturbo de 213 caballos, que nos ha respondido bien siempre. En cuanto al consumo, aunque el fabricante anuncia uno combinado inferior a 10 litros a los 100 kilómetros, habrá que hilar muy fino no para igualar, sino para acercarse a la cifra. A bordo, nos sentiremos como en cualquier turismo o berlina moderno, con unos acabados muy buenos, un tacto impecable y sobre todo una posición de conducción erguida como en los 4×4 de verdad, que permite afrontar muchos kilómetros con comodidad. Los asientos traseros, tienen buen espacio, pero como todos los modelos del segmento están hipotecados por la verticalidad de la carrocería en la parte posterior del habitáculo. Un lujo la recogida y extensión de la tapa de carga de modo eléctrico, que facilita enormemente las labores colocar bultos. La propia caja está protegida para evitar toques. En marcha, en tráfico urbano tan solo las calles y giros angostos nos obligaran a extremar las precauciones, teniendo u rodar cómodo en vías rápidas y correcto en carreteras secundarias con inclinaciones mínimas. El precio arranca en 49500 euros, por el que obtendremos un todo terreno de verdad, con capacidad para cinco ocupantes, un espacio de carga más que generoso, y no sufriremos las limitaciones de modelos SUV, de precio más alto, presencia más moderna, pero absolutamente inútiles si salimos del asfalto. Los interesados, tendrán que moverse. Quedan pocos. En el monte, dispuesta a todo. Son pocos los modelos nuevos que se pueden adquirir y dirigirse a rodar fuera del asfalto sin problemas. Y este es uno. Conociendo sus limitaciones por tamaño (mide más de cinco metros), lo que nos puede comprometer alguna maniobra en zonas estrechas y tortuosas, el resto será cuestión de tacto. El resto pasa por sacar partido de las ayudas a la conducción que tiene: tracción 4×4 con reductora, bloqueo de diferencial trasero, control de descensos… Esto unido al neumático mixto, algo casi olvidado por los fabricantes a la hora de equipar los modelos de serie con tracción total, son toda una garantía para poder meternos en líos. Lleva protecciones de bajos, lo que garantiza la durabilidad de los mismos en zonas muy rotas. Ahora bien, siempre habrá que tener en cuenta sus ángulos característicos sobre todo el de salida y el hecho que movemos más de dos toneladas y media de peso. Las ballestas traseras, hacen echar en falta los muelles del acabado Raptor, pero cumplen bien su función, con un recorrido de suspensión correcto. Puede cargar más de una tonelada, para lo que la solución mecánica empleada es la ideal.