Archivo. Jornada de entrenos de Hausiarte Sport. Probar para mejorar.
A principios de la temporada 2006, pudimos asistir a la jornada de test del equipo vasco, que en aquel entonces preparaba los vehículos, y los mantenía y daba asistencia a varios equipos de esa autonomía. Nos invitaron a vivirlo de cerca y no dudamos en acudir. Eran otros tiempos, un buggie ligero era el de Schlesser tras hacer régimen, y los todo terreno eran mayoría absoluta en los parques cerrados. Mitsubishi era la marca elegida por la totalidad de pilotos del equipo con diversidad de carrocerías pero con el Montero como protagonista. Algunos seguían el Mundial, pero en su mayoría tenían el Nacional como escenario de acción. Balda, Ormazabal, Urkiola, Topo… curtidos en mil batallas y con un denominador común, su buen espíritu deportivo. El primer paso, a primera hora de la mañana fue repasar los coches antes de sacarlos del taller, y comprobar que estaban en orden de carrera, con todas las ruedas de repuesto contempladas a bordo y buena cantidad de combustible. Presiones repasadas, minutos arrancados al ralentí y la indumentaria correspondiente como si se fuera a competir de verdad. La seguridad, lo primero. Facundo Vitoria, máximo responsable técnico, dio a conocer el plan de trabajo para que todos supieran lo que deberían hacer en cada momento. Después, todos en caravana al tramo. Este, era una pista de montaña con subidas y bajadas muy ratoneras y otras zonas más rápidas, zonas impecables y otras trituradas para que hubiera de todo. Con la conformidad y autorización de las autoridades locales, se cerró al tráfico todo el recorrido para poder rodar con todas las garantías. En varias tandas, todos los coches llevaron a cabo el tramo, como si de una prueba se tratara, repitiendo uno tras otro a una mínima distancia para no molestarse. Los tiempos no contaban, solo el comportamiento, para poder así evaluar las posibles mejoras en mecánica y reglajes. Tras varias pasadas, se hizo un primer parón donde se comprobaron los vehículos antes de seguir. De nuevo en marcha, hasta hacer un buen número de kilómetros, y poder sacar conclusiones. La más importante, dar fe de que todo funcionaba correctamente y no presentarse a verificar sin saber siquiera si el coche arranca, que muchas veces se va a competir bajo mínimos en ese apartado o con piezas o accesorios a estrenar sin saber que rendimiento pueden llegar a dar. Eran otros tiempos, hace más de tres lustros pero las buenas intenciones hay que mantenerlas. Se acabo con la foto de grupo y una buena comilona. Allí son así.