Prueba Cupra Born. Un eléctrico deportivo.
No tiene tracción 4×4, ni es un SUV ni tan siquiera un crossover, pero de la oferta de vehículos 100% eléctricos, es de las apuestas más deportivas que puede encontrar el cliente final. Los eléctricos siguen teniendo sus limitaciones, pero este nos ha llamado la atención y lo hemos querido conocer de cerca. Concebido originalmente como un modelo de Seat, finalmente ha caído en la gama Cupra siendo un hermano casi gemelo del Volkswagen ID.3, de apariencia mucho más tranquila. Exteriormente, su línea es muy agresiva con un frontal afilado y generosas tomas de aire con los detalles en tono cobre habituales de la marca. El lateral mantiene esas líneas diferentes con un aire fluido y pequeños aditamentos aerodinámicos en el faldón lateral. Llantas de 20 pulgadas, también con tonos cobre completan un modelo armonioso y diferente. La parte de atrás es más convencional, destacando un prominente alerón en la parte superior del portón y difusores en la zona baja. Ópticas en la línea de los otros Cupra, pero desde luego personalidad propia que no deja indiferente. Desde el minuto uno, quisieron hacer marca y lo están consiguiendo. El interior mantiene la línea de la marca, minimalista y con toques deportivos. Buenos materiales y todo bien ensamblado. A la hora de movernos un mando junto al cuadro permite cualquier maniobra y detener el vehículo. Tanta modernidad tiene su precio, y todos los mandos, son táctiles, lo que no permite asegurar que lo que hayamos tocado haya obedecido a nuestros deseos. Asientos específicos y espacio bien aprovechado, con bastantes huecos. Las plazas traseras se pueden aprovechar bien para tres al carecer de cualquier elemento mecánico que ocupe el piso en su parte central. El maletero de 385 litros con cinco ocupantes alcanza los 1276 litros si abatimos la segunda fila. La versión probada, monta un propulsor eléctrico que equivale a 204 caballos, con tracción al eje trasero, y una autonomía a anunciada de más de 400 kilómetros. Lo interesante es que se puede elegir un modo de conducción deportivo que endurece la suspensión y hace más firme la dirección lo que unido a una tracción de propulsión convierte a este Born en una autentica bomba, ya que el motor mueve con soltura los 1800 kilogramos de peso eso, sí con un centro de gravedad muy bajo, lo que permite rodar con alegría en cualquier circunstancia. Las vías rápidas no dan el mínimo problema pero los tramos de montaña son una delicia con este coche. Pensado para el tráfico urbano, en ciudad tendremos un perfecto aliado, amigo de las maniobras y por lo contenido de sus dimensiones fácil de aparcar. Fuera del asfalto, mejor poco. Escasa altura libre, neumáticos de mínimo perfil y tracción a un solo eje, no invitan a la aventura. Lo bueno es ser el rey de los semáforos y de los desplazamientos rápidos, mientras nos dure la batería.