Prueba Ford Mustang Match e 4 X. Eléctrico 4×4 con espíritu deportivo.
Utilizando el nombre del legendario deportivo de la marca, el fabricante americano puso en el mercado un SUV 100% eléctrico, que pretende pelear en el segmento de los vehículos alejados de las clásicas combustiones. Exteriormente, la línea es atractiva con toques deportivos. Lo que más llama la atención es la ausencia de manecillas en las puertas que se abren automáticamente al pulsar un botón. Los abombamientos de las aletas, los pasos de ruedas son característicos de los SUV, detalles muy en boga. Frontal sin entradas de aire como en la práctica totalidad de modelos de este tipo, con un aspecto afilado y agresivo, sin duda todo un acierto, ya que se le distingue en la distancia. La trasera, es la que más se parece al Mustang deportivo original, sobre todo por las ópticas. Bien resuelta y complementando un diseño muy logrado. El logotipo del caballo al galope, aparece por multitud de espacios, recordando así el nombre del modelo, nada que ver con el mítico deportivo norteamericano. El interior es amplio y novedoso en diseño. Materiales correctos y tacto agradable. El salpicadero está lejos lo que aumenta considerablemente la sensación de espacio. Destaca la descomunal pantalla central de 15,5 pulgadas, a la que hay que acostumbrarse. Parece que la vamos a tocar sin querer para todo pero uno se acostumbra. A la hora del a verdad dispone de una de 15,5 pulgadas que se dispone en el centro y que es la misma que nos ayudara en las maniobras al reflejar las imágenes de la cámara trasera. Los asientos traseros son amplios para dos, salvo que sean muy altos ya que la línea del techo restando algo de espacio vertical. El piso es plano por lo que de viajar u pasajero en el centro, tendría las piernas en posición más cómoda que El maletero es algo justo, cubicando 402 litros dispone de una tapa que acoge el cableado para recargarlo y el kit anti pinchazos por qué no cuenta con rueda de repuesto. Bajo el capó, encontramos otro hueco de 81 litros que compensa la capacidad del maletero. A nivel mecánico solo se ve la tapa del depósito del líquido de los limpia parabrisas. Puestos a bordo, lo que más nos llama la atención son los más de 540 kilómetros de autonomía que anuncia, sin duda la cifra más elevada en principio de todos los eléctricos que hemos conducido. A la hora de la verdad, la autonomía varía mucho según el uso, y deberemos conformarnos con cerca de 100 menos y rodamos mucho tiempo por vías rápidas a buena velocidad. En marcha ausencia de ruidos y movimiento suave en cualquier circunstancia. Nos parece más grande desde dentro, no hay que olvidar que este Ford pasa holgadamente de los cuatro metros y medio de longitud, pero siempre nos pareció manejable. Dispone de 351 caballos, y tres modos de conducción. Active, Whisper y Untamed, siendo este último el más prestaciones, incorporando de paso sonido artificial para que se nos note llegar. En definitiva una opción interesante para lo que se mueve en el segmento, por la que deberemos abonar 64900 euros. Disfrutaremos de un eléctrico diferente, de carácter deportivo y con buena autonomía. En el monte, asfalto delicado y poco más. La tracción total es una ventaja, permitiéndonos una conducción más segura en superficies deslizantes y sobre todo en nieve. Pero tendremos en contra la escasa altura libre y lo expuesto de la parte baja de la carrocería sobre todo en el tren delantero. También el peso que supera las dos toneladas se nos puede volver en contra. Por lo tanto caminos en muy buen estado y poco más. Los neumáticos, tampoco ayudan, unos 255-55 en llanta de 19 pulgadas, que sería bueno ser sustituidos por unos de invierno si es que vamos a usar el Mustang por zonas en los que la meteorología en invierno es adversa.