Prueba Nissan Qashqai e-Power 4×4. Solución inteligente para los tiempos que corren.
El modelo es de sobra conocido y en su última actualización, ha incorporado una versión hibrida a su sistema de motorización, practica y sobre todo muy recomendable para la coyuntura automovilística actual. Pero vayamos por partes. El Qashqai es de los SUV que más éxito atesoran desde su lanzamiento y en las sucesivas actualizaciones que nos han ido llegando. Sus líneas siempre han gustado y en general se ha ido adecuando a las necesidades del cliente final, que opta mayoritariamente por la tracción a un solo eje y el buen equipamiento. En época de restricciones comenzaron sus soluciones para seguir vigentes en el mercado pero con este e-Mode han dado con la tecla. Etiqueta ECO, posibilidad de rodar en eléctrico, repostaje como el de toda la vida y cero enchufes. Los beneficios de la hibridación sin el engorro de la electrificación. Para ello cuenta con un motor de combustión de toda la vida que alimenta una batería de litio que a su vez da vida a un propulsor eléctrico que transmite la potencia a ambos ejes. Mientras tengamos combustible en el depósito, a rodar sin preocupaciones. En orden de marcha disfrutaremos de 190 caballos, cifra suficiente para mover el vehículo, teniendo en cuenta que pesa más que sus compañeros de gama. Esto es lo fácil, ya que habrá quien se esmere en conducir de la forma más eficiente posible, y desde luego lo conseguirá. El motor térmico se pone en marcha en función de la exigencia a la que se vea sometido el vehículo, por lo que siendo cautelosos, la batería mantendrá su carga por más tiempo. Exteriormente, es gemelo a sus hermanos de gama, delatándole tan solo los logos específicos de este acabado. Nuestra unidad en un tono gris que últimamente incluyen este y otros fabricantes en su paleta de colores a la hora de comercializar, nos recuerda a los coches de Policía Nacional de los setenta. El interior nos resultó muy convincente. Independientemente del diseño y lo espacioso del habitáculo, los acabados y sobre todo el tacto nos resultaron suaves y blandos, transmitiendo una mayor calidad de lo que ofrece la media. Las plazas traseras también son correctas y con espacio para las piernas en la central al no haber árbol de transmisión. El maletero mantiene las medidas de sus hermanos de gama, superando en configuración normal los 500 litros de capacidad y no cuenta con rueda de repuesto. En marcha, la ciudad es un terreno perfecto para sacarle el jugo a este Nissan. La función e-Mode, supone poder conducir en el tráfico urbano sin apenas tocar el freno, gracias a la frenada regenerativa. Conociéndolo bien, se puede rodar en eléctrico más tiempo y sobre todo optimizar el consumo de combustible. En vías rápidas, el motor de explosión funciona en cuanto exigimos al Qashqai con el acelerador, pero tendremos siempre respuesta inmediata con el par instantáneo que garantiza el motor eléctrico. Los desplazamientos son como los de cualquier otro vehículo, disfrutando de la inmediatez del sistema y sobre todo de sus bajas emisiones. En resumidas cuentas, es una opción muy válida, contamos con etiqueta ECO, un diseño actual, una vida a bordo que ya quisieran vehículos de mayor fuste y una eficacia de uso que nos permite olvidarnos de cables y enchufes. Eso sí, deberemos desembolsar más de 45000 euros para hacernos con uno. El amortizarlo depende del plan de vida de cada cliente. En el monte, con capacidad de defenderse. El peso y la escasa altura libre, juegan en contra, pero unos neumáticos mixtos serian suficientes para permitirnos rodar fuera del asfalto con solvencia en pistas y caminos en buen estado o en carreteras nevadas o de asfalto deslizante.