Prueba Hyundai Kona PHEV. Llegando a lo que quiere el cliente final.
La marca coreana, lanzó el modelo hace seis años habiendo vivido varias actualizaciones. Ahora no solo se han puesto al día detalles estéticos sino que el modelo ha crecido en dimensiones. Existen versiones 4×4, pero la más inteligente en los tiempos que vivimos en cuanto a restricciones nos ha parecido que debía ser la hibrida enchufadle, que la convierte en un verdadero todo terreno sobre todo por poder circular sin problemas en zonas de restricciones, que son hoy en día los pasos más difíciles de franquear. Exteriormente el frontal mantiene las líneas generales salvo en las ópticas que han cambiado de posición de forma radical ocupando ahora las esquinas de la carrocería. Son originales pero pueden parecer expuestas a impactos. Otro factor diferencial es la horizontal sobre el capó que le da un aire futurista. En el lateral, se mantiene el aire de familia incorporando los pliegues rectos que le aportan personalidad. Las generosas protecciones laterales son de agradecer, sobre todo en el tráfico urbano, y el spoiler trasero está muy bien integrado. En la parte trasera, las ópticas también se van a la esquina tenemos también la horizontal de lado a lado. El futuro ya está aquí. El interior está muy logrado. Se nota amplitud y buenos acabados, además de un montón de huecos para colocar objetos. Asientos cómodos y buenas sensaciones en general. Las plazas traseras, son correctas para dos, aunque un tercer ocupante en el asiento central tendrá poco espacio para las piernas. El maletero corresponde al tamaño del vehículo. Tenemos 466 litros con los asientos traseros en su posición original. Hay un doble fondo que permite colocar los cables de carga. Abatidos alcanzaremos unos generosos 1300 litros. El motor rinde 141 caballos, suficientes para mover el Kona, y el consumo medio anunciado por el fabricante puede llegar a bajar de los cinco litros, cifra que no comprobamos pero que por el kilometraje realizado y sin rodar para ahorrar nos parece asequible. En marcha vivimos un clima agradable con suavidad en todos los mandos que en muchos casos mantienen el interruptor sin caer en el toque digital. Tan solo nos resulto algo peculiar el sistema de funcionamiento del cambio que está oculto tras el volante como si fuera la manecilla de los intermitentes. Cuestión de acostumbrarse. El cambio DSG complementa el conjunto muy bien. El tráfico urbano es perfecto para el Kona, aunque no hay que olvidar que es algo más grande en dimensiones que su versión anterior. El apoyo del motor eléctrico es perfecto sobre todo para contar con la etiqueta ECO, pero mantiene la filosofía de un pequeño familiar que no nos dará problemas al mantener el propulsor térmico convencional. Bien en carretera y vías rápidas y agradecido por su uso fácil y noble. En cuanto a tamaño, en la imagen aparece entre un Bayón y un Santa Fe. Nos faltaría el Tucson, pero desde luego se puede decir que Hyundai tiene tallas de SUV para todos los gustos. Para hacernos con uno hay que desembolsar 28490 euros en las versiones más básicas. La nuestra que es la hibrida enchufable en acabado Tecno sube hasta los 36000€. Para los que quieren un coche que valga para todo y no les de problemas en años venideros en cuanto a legislación el Kona es la horma de su zapato. En el monte, poca historia. Decíamos al principio que existen versiones con tracción total, pero solo ganaríamos en pistas y caminos en muy buen estado, porque por altura libre (16-17 centímetros según versiones), protección de bajos y neumáticos totalmente de asfalto, mejor no complicarse. No obstante disponemos de tres modos de conducción (Eco-Sport-Snow), siendo este ultimo el indicado para situaciones de baja adherencia. En la marca existen opciones más camperas de modelos que permiten un uso más intensivo.