COMO EN LOS BUENOS TIEMPOS.
La feria, recuperaba para este año el que fue su emplazamiento habitual, el Palacio de Cristal de la Casa de Campo. Esto ha sido un acierto, ya que cualquier actividad exterior se acerca mucho mas al público y el propio palacio, permite un protagonismo que en Ifema donde se celebro el pasado año, queda totalmente diluido por el propio gigantismo de aquella instalación.
20.000 metros cuadrados, ocupaban los más de trescientos expositores llegados de un total de diez países. Otro hecho a resaltar fue la buena colocación de los mismos ya que lejos de mezclar la oferta, esta estaba bien posicionada, lo que permitía al visitante hacer hincapié en las zonas de su interés.
Destacar la presencia de vehículos 4×4 a la venta, entre particulares, lo que hace demuestra que los todo terreno veteranos cada vez cuentan más para el aficionado. Restauradores, competiciones, maquetas, repuestos… todo tuvo su espacio y su interés, en una feria que parece no entender de crisis.
