Hemos tenido la posibilidad de probar a fondo un vehículo, que pese a su apariencia de turismo convencional, esconde unos valores más que satisfactorios en su utilización fuera del asfalto.
EDICIÓN EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA 4X4.
Cabe recordar que este fabricante dota a todos los modelos de su gama de tracción total permanente desde hace décadas, por lo que lo del 4×4 les suena. Los niveles de calidad nipones se dan por hechos y sus diseños, aúnan modernidad con líneas que no pasan de moda. En este caso hemos disfrutado del modelo “pequeño”, y nada menos que durante más de una semana, lo que nos ha servido para conocerlo bien.
CON TODA CONFIANZA.
El fabricante a través del departamento de prensa de su filial española, nos cedió una unidad del modelo equipada con motor diesel y cambio manual, del acabado “Executive Plus” el mas equipado. Para nuestra tranquilidad, dado que el coche solo incorporaba kit anti-pinchazos, que es la equitación de serie para el mantenimiento de los neumáticos, se nos hizo entrega junto con el coche de dos ruedas, para subsanar posibles problemas. Apuntamos los kilómetros que tenia, 6579 y nos dispusimos a cargarlo y comenzar el viaje. A bordo, se perciben calidad en los materiales con todo muy a mano y buena posición de conducción. No obstante hay que acostumbrarse, ya que no se va tan alto como en un todo terreno, ni tan tirado como en un turismo. Pensamos que podría resultar incomodo con el paso de los kilómetros, pero luego no fue así. El cuero es agradable y uno no se escurre, aunque preferimos la tela. Bien la climatización y mejor aun el ordenador de a bordo, que dispone de varias pantallas de información, aunque la que más nos gusta es la que indica instantáneamente como tracciona cada rueda, algo útil si en un cruce de puentes o en una zona con mínima adherencia una o más de las ruedas deja de agarrar correctamente. Los reposacabezas, se pueden regular en profundidad respecto a la distancia con nuestra nuca lo que permite bien colocados, garantizar su perfecta función en caso de un impacto trasero. En tráfico urbano, tan ágil como un pequeño utilitario, la cámara trasera ayuda en aparcamientos y maniobras y sus medidas contenidas, se agradecen. Llegados a las vías rápidas, el coche mantiene su buen comportamiento. Con el control de crucero clavado en los 120 km/hora, el motor gira a poco más de 2000 r.p.m. y el odómetro no nos dio fallos ni por exceso ni por defecto. A ese ritmo si necesitamos potencia extra, el coche responde y bien. Cruzado el estrecho y metidos en carreras convencionales del país alauí, mantiene el buen hacer y se porta de forma correcta sin grandes inclinaciones en los apoyos, gracias a unos tarados de suspensión enérgicos algo que nos gusta. Los frenos por su parte no dieron la más mínima muestra de fatiga en ninguna circustancia. Por si hubiera sido poco, en el trayecto de vuelta desandando el camino, nos sorprendió en plena autovía llegando a la meseta una fuerte granizada, de las que hace que algunos conductores incluso detengan su marcha sobre el arcén. El XV mantuvo el buen comportamiento, avanzando sin problemas sobre las pequeñas bolas de hielo que se desperdigaban sobre el asfalto. El sistema de tracción se encarga del trabajo sucio. Devolvimos el coche a la marca con 10431 kilómetros en el marcador, exactamente 3952 más que cuando lo recogimos, de esta cifra alrededor del 15 % se llevo a cabo fuera de asfalto.
CUANDO EL TERRENO EMPEORA.
Uno de los valores de este Subaru, es su propulsor, no solo por sus prestaciones sino por su concepción y posición en el vehículo. El ser de tipo bóxer con los cilindros opuestos, hace que una vez ubicado, obtenga una distancia al suelo mayor que en un motor convencional. Esto hace que la altura libre sea uno de los argumentos del XV. El resto de la mecánica está protegida en lo posible y las piezas expuestas son mínimas. Incluye además unas curiosas mini faldillas para evitar algún que otro impacto en el tren trasero. Tardamos un par de días en abordar nuestra primera pista. Esta de fieme compacto pero de las resbaladizas, sin relieves que destacar. El coche se mueve con soltura y las prestaciones de asfalto se mantienen, se puede rodar muy rápido, hay que tener en cuenta que estamos ante un coche de caja baja y peso contenido (alrededor de tonelada y media en nuestras circustancias), por lo que las inercias son mas de turismo que de todo terreno. En días sucesivos, tuvimos la oportunidad de rodar por caminos en peor estado. En estas condiciones hay que saber adaptarse a las circunstancias, ya que en zonas onduladas, aparecen los rebotes sobre todo en el tren trasero, pero sabiendo adecuar nuestro ritmo a la situación del camino, no tendremos problemas. En zonas trialeras, se agradece el sistema que ayuda al arranque en pendiente tanto hacia adelante como hacia atrás, lo que permite castigar el embrague lo justo. Aquí el arranque por botón y el reconocimiento de mando a distancia, tan cómodos en el día a día, se convirtieren en un inconveniente si sufrimos arranques sucesivos o algún que otro “calado”. Es una acción farragosa ya que el proceso de pulsar el botón, luego el embrague y de nuevo el botón, se nos hace incomodo. En cuanto una rueda pierde tracción, el sistema corrige de inmediato la circunstancia y el avance no se ve comprometido. En bajadas pronunciadas, el cambio en primera sujeta el coche de forma correcta, aunque la reductora que incorpora el modelo básico vendría perfecta. En arena hay que tener en cuenta que el desinflado no es recomendable por el conjunto llanta/neumático de medidas totalmente enfocadas a rodar por asfalto, pero se puede avanzar siempre que el ángulo de ataque lo permita, ya que en rodadas profundas o subidas pronunciadas puede llegar a tocar. También el sistema de tracción ayuda, pero deberemos ser exigentes con el número de vueltas de motor y atacar con decisión la arena para salir airosos. Aquí la caja automática podría haber sido de ayuda. Por último pudimos hacer un tramo de pista recién repasado con el firme impecable en una zona de montaña con continuas subidas, bajadas y curvas de todo tipo incluidas horquillas con fuerte pendiente y zonas donde se ve mucho tramo de lo que vamos a recorrer, lo que permite rodar con toda la anchura del camino a nuestra disposición. Aquí el XV es el rey, tan solo el dibujo de los neumáticos queda algo justo, anda se tiene y frena que da gusto y se muestra a todas luces de lo más eficaz, pudiendo llevar un ritmo altísimo. Cuando pierde tracción avisa, pero corrige por sí mismo de inmediato.
MECANICA SIN PROBLEMAS.
Llevamos a cabo el viaje sin el más mínimo problema. Comprobamos un par de veces los niveles para asegurarnos que las “constantes vitales” se mantenían correctas y a mitad de recorrido llevamos a cabo una protocolaria limpieza del filtro del aire. Lo más castigado deberían haber sido los neumáticos, dadas las “trampas” que las carreteras marroquíes tienen de forma habitual, y sobre todo los bordes de las mismas de forma irregular y amenazadora para los flancos de las ruedas, pero mantenían un impecable aspecto pese a ser el elemento que más ha sufrido durante la semana.
LA OPINION DEL USUARIO.: “EL SUBARU ES EL COCHE DEFINITIVO”.
Uno de los participantes del Clásicos de Atlas, utiliza habitualmente en la misma un Subaru Legazy de 1992, y cuando vio el que llevábamos no pudo evitar acercarse y conocerlo en persona. Juan Manuel León, es un canario que mantiene su coche en Galicia para optimizar los desplazamientos a Marruecos. “El Subaru atesora cualidades que deberían tener todas las marcas”, afirma. “Su sistema de tracción total es un valor de seguridad indiscutible” continua. “Además, muchas de las cosas que llevan ahora los nuevos Subaru ya las lleva mi modelo que tiene más que un cuarto de siglo encima, lo que confirma que no están equivocados en su línea de desarrollo”. Concluye.
CONSUMO.
No hemos rodado en ningún momento con intención de ahorrar, ni tampoco hemos derrochado, utilización normal, dos pasajeros y bastante carga para el viaje que abordábamos. En recorrido a buena velocidad, (nunca mutable), mantenida con el control de crucero, se alcanzan los 10 litros, cifra que aumenta en carretera de montaña utilizando el cambio para tirar de marchas cortas, hasta los 13. En utilización más conservadora, llegamos a clavar los 6,5 litros que anuncia el fabricante como consumo minimo en recorrido combinado. La media de nuestro viaje bajo por poco de los ocho litros de media.
A MEJORAR.
Poco necesita este modelo para convertirse en más que un todo camino, en un 4×4 más capaz de lo que aparenta. Nos sigue pareciendo un detalle rácano la ausencia de rueda de repuesto, (casi TODAS las marcas se han apuntado a la moda) aunque esta se puede adquirir como opción, (solo la llanta cuesta algo más de 600 euros lo que puede hacer desistir a más de uno), aunque nos reste espacio en el maletero (en algunos países como Australia se ve a los XV con soporte de quinta rueda exterior como en un 4×4 convencional, pero aquí es ciencia ficción). De decidirse a utilizarlo en el monte una quinta rueda y neumáticos más camperos son más que recomendables. También como accesorio se venden dos protecciones metálicas de bajos que sustituyen a las de plástico de origen, no llegan a los 300 euros de costo y merece la pena sustituirlas si es que pensamos salir al monte con alguna asiduidad.
CONCLUSIÓN.
Nos gusta este coche, vale realmente para todo, tiene un andar agradable, esta poco visto y fuera del asfalto dejaría en ridículo a más de un todo terreno de los convencionales. Su precio parte de los 20900 euros para la versión básica. El que ilustra estas páginas de tarifa, 31750, el precio más alto. También se pude adquirir con posibilidad de utilizar G.L.P. lo que no sube el costo final y supone pagar la mitad por el litro de combustible. Nos gustaría que la reductora que equipa el modelo de propulsor de gasolina pequeño, estuviera en toda la gama y de paso que este diesel montara caja de cambios automática como sus hermanos de gasolina, algo que comercialmente está por llegar. Bien calzado de neumáticos y exprimiéndole, será la sorpresa allá donde pueda actuar. Solo nos penalizará el Angulo de ataque y los recorridos de suspensión, que son los que son. Además su aspecto nos puede salvar de más de una. Puestos al habla con propietarios del modelo que lo usan para rutas, y lo sacan al monte, nos han hecho saber que en más de una ocasión, los responsables de medio ambiente de según qué comunidades autónomas, cuando ven un XV rodando por según que pistas espetan: “se va a cargar el coche por estos caminos, dese la vuelta que nosotros estamos aquí para multar a los de los todo terreno, que si pasan”. Media vuelta y a otra cosa con nuestro “utilitario”.