ASISTENCIA RAPIDA.
Tener la intención de disponer de un vehículo capaz de seguir una carrera de varias etapas en territorio hostil, de forma ágil, y con garantías de mantener el ritmo de la competición, aparte de cumplir con la misión básica de estar puntualmente donde se necesita, se convierte en realidad con este pick-up.
Edición en papel en la revista Autoaventura 4×4.
Hacer que un coche destinado al seguimiento puro y duro de una competición, lo sea con todas las garantías, pasa por acercarlo en lo posible a los parámetros de la competición. Argumentos como la robustez, la fiabilidad, y como no las prestaciones, parecen prioritarios, pero no hay que olvidar otros como la autonomía, la capacidad de carga y sobre todo la seguridad de los ocupantes, ya que cabe recordar, que en carrera y sobre todo fuera pista se corre y mucho. A veces más que los coches de carreras.
ESTRUCTURA ESPECÍFICA.
El trabajo prioritario fue dotar al modelo de medidas y soluciones mecánicas a nivel estructural más apropiadas para el fin que se busca. Así las cosas, el chasis se recorto en 35 centímetros, lo que obligo a llevar también reducciones de la carrocería y de la cúpula del especio de carga. Para acabar de optimizar la estructura se sustituyo el tren trasero original por el de un Mitsubishi Montero Sport con bloqueo del diferencial al 100% a fin de sustituir las ballestas por muelles. Ya puestos, los frenos de serie de tambor, son ahora de disco. Sin dejar esta zona, el depósito de combustible, recibe otro gemelo en paralelo, lo que hace que el total de carga ronde los 150 litros. El espacio de carga queda algo limitado al tener que instalar la rueda de repuesto y su correspondiente soporte, pero no obstante hay espacio para herramienta y equipaje.
COMPLEMENTOS DE COMPETICION.
A fin de dar garantías de utilización en carrera, se ha instalado un arco de seguridad desmontable, los ocupantes tan solo podrán ser cuatro, pero viajaran cómodamente sujetos por asientos baquet, con sus correspondientes arneses. Reposapiés, palanca de cambios, cortacorrientes, interruptores y sistemas de medición de distancias, completan el ambiente absolutamente rating del modelo. Mecánicamente, se han buscado mejoras basadas en soluciones clásicas y muy probadas. La suspensión es doble en ambos trenes y corresponde a un juego específico de muelles y amortiguadores de la marca Oram. Los bajos están protegidos por piezas específicas Asfir en el depósito y parte central, y artesanales en el resto de piezas espuertas a impactos. Los laterales se complementan con taloneras reforzadas que incorporan anclajes para el gato, para en caso de tener que levantar el vehículo, hacerlo con facilidad.
MECANICA MEJORADA.
En este aspecto también se han mejorado las prestaciones, y aparte de la doble batería, se ha instalado una centralita Adonis especifica, un intercooler frontal, toma de admisión elevada y el escape ahora con salida lateral se ha modificado artesanalmente para que quede poco expuesto, atravesando el chasis con formas especificas para ello. La iluminación de origen se ha cambiado por bombillas de led, y recibe el apoyo de una barra longitudinal en el techo del mismo material, lo que garantiza una perfecta iluminación del camino en cualquier circunstancia. Este apartado lo completan unas completas luces anti polvo ubicadas en la parte alta de la caja de carga posterior. Lleva compresor y calderón de aire, y transformador de 12v a 220w. Llantas Braid Monoblock y neumáticos de tacos en medida 235/85/16 completan las líneas maestras de las mejoras. Toda la preparación esta convenientemente homologadas y permiten rodar a la L-200 de forma perfectamente legal.
MARCHA RAPIDA.
El coche presenta una imagen impecable y absolutamente “racing”, realmente parece de carreras, la caja recortada, las llantas y las faldillas, le hacen parecer listo para verificar. Una vez arrancado, el sonido bronco que surge del escape, marca aun mas lo comentado y si nos subimos, ya la atmosfera de competición es total. Los acabados y los remates son correctos y tan solo la toma elevada, con algunos daños en la capa de pintura deja entrever “heridas” de guerra. Una vez en marcha, la firmeza de las suspensiones se nota y es muy de agradecer, teniendo en cuenta que rodamos solos y sin combustible ni carga. La L-200 corre mucho y se puede llevar un ritmo elevado. No obstante los hombres de TR2, presumen no solo de que se pueda rodar rápido sino de que se mantienen intactas las capacidades todo terreno a la hora de franquear un obstáculo. Ni cortos ni perezosos, abordamos una trialera y el vehículo se retuerce sin tacha y hay que forzar mucho la situación para que las ruedas pierdan el contacto con el suelo. En esos casos el bloqueo del tren trasero supone una buena ayuda.
A continuación es el propio Francesc Termens el que toma los mandos, y pone el vehículo mucho mas al límite haciendo que pensemos que estamos a bordo de un coche de carreras, carreras. Se explica:”Por experiencia, en carreras la asistencia a veces va más justa de tiempo de lo deseable y si es una prueba en campo abierto, como las del continente africano, más aun, por lo que es bueno que dispongamos en los equipos por lo menos de un vehículo de estas características. Es ideal para que hasta cuatro mecánicos circulen con todas las garantías tanto de día como de noche, sin preocuparse de la autonomía, y llevando herramienta a bordo para intervenir en cualquier punto de la carrera por inaccesible que sea.
Nos ha gustado el concepto, muy visto en los parques de asistencia, y que en esta unidad parece convenientemente optimizado y actualizado. Lo más atractivo es que se ha pensado en todo, en la mejora del vehículo desde su configuración de serie, en las capacidades más importantes a tener en carrera, en la comodidad en cuanto a vida a bordo de sus ocupantes y sobre todo en algo que a veces pasa a un segundo plano, la seguridad de los mismos.
-Preparación muy pensada para rodar rápido y con garantías en una carrera africana.
-Los acabados y la practicidad de lo instalado son dignos de destacar.