El equipo tras algunos sinsabores por el retraso en la puesta a punto del modelo, parece haber alcanzado la velocidad de crucero en el tema. Los primeros test llevados a cabo en Frenese, Montlehery y Creusot, obligaron a plantear modificaciones estructurales, para ganar en competitividad. Los últimos test, celebrados en Chateau Lastours dejan entrever que el modelo esta en el buen camino.
Stéphane Peterhansel y sobre todo Cyril Despres han debido adaptarse en el caso del primero a la conducción «todo atrás» y en el del segundo a esta asignatura y al paso de las motos a los coches. Tras rodar con el vehiculo, han alabado las bondades del mismo sobre todo cuando el terreno esta muy roto. Mientras tanto Carlos Sainz, hace kilómetros en pos de dar con los mejores reglajes a la hora de hacer el 2.008 DKR competitivo.