Es el modelo con el que la marca entro en el segmento, y ha tenido considerable éxito en nuestro mercado. Un tamaño que gusta, a mitad de camino del Arona y el Tarraco, y una horquilla de clientes finales muy amplia, ya que existen versiones básicas con tracción a un solo eje, y deportivas como la que hemos probado con tracción total y máximo equipamiento. De hecho es uno de los modelos con mayores ventas a particulares en nuestro país. Concepto que gusta. Se trata de la versión TDI de 150 caballos y la recogemos en las instalaciones del fabricante con 4690 kilómetros. Exteriormente es muy atractiva y con el tamaño correcto para ser el primer coche de cualquier familia. Líneas modernas, con los rasgos propios de un SUV. Altura de la carrocería mayor que la de un turismo, buena visibilidad, cuatro puertas, portón posterior… Lo que busca el cliente final. Nuestra unidad montaba la rueda de emergencia que en su interior incorpora un altavoz de graves. Seat, gentilmente nos facilito una rueda extra por si teníamos algún pinchazo (finalmente, este no se produjo), ocupando parte de los 500 litros de maletero que nos pareció correcto respecto del volumen del vehículo. También contábamos con bola de remolque escamoteable, un extra que vendrá bien a muchos usuarios que piensen en este coche a la hora de remolcar una caravana, barco, motos etc. El interior, es agradable y cuenta con buenos materiales. Los asientos son cómodos sujetan bien sobre todo en la zona lumbar y no cansan con el paso de los kilómetros. El trasero es perfecto para dos ocupantes y algo justo para tres. Se puede abatir por partes lo que aumenta las posibilidades de uso. En asfalto, un disparo. En tráfico urbano, es más fácil de manejar de los que parece por su tamaño, y nos dirigimos a una vía rápida, donde el coche se mostró como un gran rodador. Destacar que el control de crucero no es excesivamente intrusivo algo que en muchos modelos llega a ser hasta molesto. Posteriormente nos dirigimos a una carretera variada y de buen piso para exprimir con ganas el Ateca. En concreto la N-502 entre Talavera de la Reina y Herrera del Duque. Buen asfalto y toda clase de trazados desde rectas con buena visibilidad durante centenares de metros hasta pellas en subida y bajada, pasando por horquillas, rasantes y curvas de diferente radio. Quienes hayan pasado por allí, saben a qué me refiero. Comenzamos tranquilos con la rueda del Drive Profile en el modo “eco”. Es un conmutador que permite adaptar la respuesta del vehículo a las condiciones del terreno. Tiene media docena de posiciones. El coche es agradable y el cambio DSG cumple a la perfección con su función haciendo que los kilómetros pasan sin sentir. Giramos la rueda hasta la posición “sport”, y la cosa cambia. Los cambios son ahora más fulgurantes cuando pisamos el acelerador, ya que el motor sube de vueltas con más alegría. Si queremos dar una vuelta de tuerca, podremos usar la palanca del cambio en modo secuencial llevando así el motor más alto de vueltas, pero si verdaderamente lo que nos va es lo “racing”, las levas en el volante, nos ayudaran a sacar el máximo al coche, que desde luego tiene sus 150 caballos muy aprovechados. Lo mejor, un bastidor que parece aguantarlo todo, unos tarados de suspensión duros y unos frenos que parecen no cansarse. Llegados a las carreteras marroquíes, donde hasta en la vías rápidas, hay sorpresas en forma de obras, coches lentos que aparecen de la nada, animales sueltos etc, El Ateca destaca sobre manera ya que las aceleraciones vertiginosas se agradecen, y la capacidad de frenada también, con el complemento de que los adelantamientos son fulgurantes. En campo, sin complicarse la vida. Salir del asfalto, con lo que sabíamos del coche nos animaba sobre todo si encontrábamos pistas y caminos en buen estado, algo que simplemente en zonas de obras, ya se deja notar. Llegados a superficies más irregulares, la cosa cambia. La dureza de la suspensión pasa factura y se notan demasiado las alteraciones del camino en forma de piedras, ondulaciones y baches. Hay que bajar el ritmo, pero el coche pasa. Hicimos la prueba de rodar con los diferentes modos del Drive Profile y el sistema es definitivo, notándose la mejora en las posiciones pensadas para pavimento deslizante desde el primer segundo. Hay que tener en cuenta que la versión FR es algo más de un centímetro más baja que las de sus compañeros de gama, lo que le hace perder no solo en altura libre, sino también en ángulos característicos, sobre todo el delantero que dando el spoiler muy expuesto. La situación la compensa la dureza de la suspensión que no permite que la caja se hunda, pero que como comentamos nos recuerda instantáneamente que estamos en “territorio hostil”. En los pasos cóncavos, máximo cuidado con el frontal y en arena abordar superficies con poca ondulación, ya que podemos hacer de «qui¡tanieves». Se agradece la camara de 360 grados, muy util sobre todo en maniobras. En definitiva si vamos a salir del asfalto, con este Seat, podremos tener un vehículo muy polivalente, muy capaz en la nieve, y en superficies deslizantes en general, pero si vamos a movernos con frecuencia en pistas, lo mejor será hacernos con una versión menos deportiva del modelo, que traerá neumáticos de mas perfil y llantas de menos diámetro, lo que nos permitirá rodar con más garantías en ese medio. Seat ha enfocado buena parte de sus esfuerzos al segmento SUV y aquí han echado el resto. Consumo. El primer dato a tener en cuenta es que en todas las gasolineras de Marruecos, salvo alguna pequeña y recóndita, tienen bidones de Ad Blue, por lo que reponer de este producto a cualquier diesel moderno, no supone ningún problema. Hemos llevado a cabo, siete repostajes por aquello de no apurar el depósito. La horquilla de consumos va desde los