La decana de las citas del sector alcanzaba su décima edición primaveral, rozando ya la veintena de las que ha organizado Teknisportmotor en tierras marroquíes. Con el cupo máximo de inscritos completo, hubo que lamentar ausencias de última hora por diversos contratiempos en la salud de pilotos y copilotos, por no hablar de las adversidades mecánicas que dejaron sin poder competir a un par de equipos que estuvieron presentes eso sí, con vehículos modernos haciendo el recorrido fuera de clasificación. Factor importante volvió a ser el carácter solidario de la competición, que llevo en algunos casos a equipos a llevar una furgoneta de asistencia, con más de una tonelada de material escolar incluyendo hasta fotocopiadoras. El recorrido fue realmente exigente, sobre todo la segunda jornada con una difícil navegación, no solo por lo complicado del terreno en varias de las seis etapas celebradas (la séptima debió ser anulada por las adversas condiciones meteorológicas) sino por lo justo de algunos controles horarios que obligaban a llevar medias difíciles de cumplir. Para poner aun más difíciles las cosas, las tormentas de arena acompañaron a ratos a la caravana, y el tráfico en las pistas y caminos fue a menudo considerable. Baste un dato, muchos de los puestos de podio fueron ocupados por ganadores de anteriores ediciones o por equipos destacados en las mismas. La carrera tuvo como ganadores en la al Suzuki Vitara de Solis-Casanas, quienes llegaron a terminar a cabo cuatro etapas a cero, muy finos y efectivos, luchando hasta el final buscando bonificaciones por remolcar rivales en los últimos kilómetros. De paso se impusieron en su categoría la de todo terrenos de más de 20 años. Los García padre e hija cuentan sus actuaciones por puestos en el podio y esta vez de no haber tenido una mala segunda etapa, se habrían hecho con una incontestable victoria, ya que fueron con diferencia los mejores de la segunda parte de la carrera a bordo de su Range Rover. El tercer cajón fue para un antiguo ganador de la carrera, el Jeep de Serra-García, también retrasado en la fatídica segunda etapa remontando posteriormente hasta quedar a espaldas de sus predecesores. Su experiencia no fue suficiente para repetir victoria. Cuarto lugar para el Galloper de López-González, siendo la piloto gallega muy eficaz pese a ser debutante. Como a la mayoría de rivales, la fatídica segunda etapa supuso el lunar en su expediente semanal. Quinto, el Nissan de Cobos-Sánchez, quienes si bien en la primera mitad de carrera, estuvieron discretos, llevaron posteriormente una brillante remontada. A continuación se clasifico del primer 4×4 “veterano”, el Daihatsu de los Espinosa padre e hijo, quienes comenzaron flojos, pero acabaron cogiendo el ritmo de competición de forma impecable. Dentro de esta categoría, el segundo clasificado consiguió meterse entre los diez primeros, el Suzuki de otro tándem familiar, los Piñar, que si bien penalizaron en la mayoría de las etapas consiguieron acabar la ultima a cero. El podio de los todo terrenos más antiguos lo consiguió el Lada de Baltrons-Mallorqui, dos lugares más atrás en la general, sacando todo el partido al vehículo ruso. Con otro Niva, pero ya mas penalizado en puntos consiguiendo meterse entre los veinte primeros se clasificó otro equipo familiar el de los Vidosa. Quintos entre los de más de treinta años Hacha-Bernal, penalizados por el peso de la ayuda solidaria que transportaban, algo que mediatizó su actuación De entre los turismos brillantísima actuación de Lucas-Cifuentes, veteranos de la carrera y ganadores de su categoría anteriormente, acostumbrados a mezclarse con los más capaces vehículos de tracción total con su afinado Volkswagen Golf. Esta vez aparte de imponerse entre los turismos mas veteranos, los que superan la treintena, se auparon hasta el segundo lugar de la general, escapándoseles el triunfo absoluto algo que hubiera sido histórico por un mínimo fallo en la tercera jornada. Entre los 4×2 de más de veinte años, se impuso el equipo portugués Ferreira-Andrade, rapidísimos y siempre al ataque con su Citroën AX, consiguiendo meterse entre los veinte primeros de la general, demostrando el mejor de los espíritus deportivos.