Fiat, ha echo crecer a su modelo hasta convertirlo en todo un crossover con posibilidades de rodar fuera del asfalto con ciertas garantías. Nos gusta el diseño que mantiene los rasgos del modelo original, convenientemente actualizados. La altura libre se nos antoja escasa, no llega por muy poco a los 18 centímetros, aunque los ángulos característicos dan mejores cifras(21-22,3-30,1 respectivamente ataque, ventral y salida).
El interior es agradable a la vista y con un diseño juvenil y atractivo, con partes del salpicadero en el color de la carrocería. Buen tacto en los materiales y facilidad de uso. En el centro de la consola esta el interruptor que permite pasar de conducción en asfalto a la de «todo terreno». En cuanto a motores, existen dos de gasolina de 110 y 120 c.v. y diésel de 120 y 140 c.v. Las cajas de cambio pueden ser manuales de seis velocidades o automáticas de nueve.
En marcha se mostró ágil y de fácil manejo, con un buen comportamiento general. En unos pocos kilómetros de rodaje por un camino de buen piso, el 500X mantuvo las cualidades que demostró en asfalto. Pudimos rodar rápido, con un buen compromiso en la suspensión. El trial no es lo suyo, pero se pueden abordar pasos complicados, ya que el poco peso es un buen aliado.
Comercialmente, el precio mínimo con todos los descuentos, queda en 13.500 euros para la versión mas sencilla en tracción a un eje y 29590 para el cross plus 4×4. Ademas, el fabricante ofrece cuatro años de garantía y dos años de seguro a todo riesgo.