-José María: ¿Cómo empezastes a apoyar deportes del motor?
-La verdad es que lo del patrocinio venia de lejos con apoyos al balonmano, el hockey sobre patines y la vela, pero cuando Rosa Romero decidió participar en el Dakar africano, me decidí a apoyarla. Posteriormente, su inminente maternidad, dejo la colaboración sin finiquitar, por lo que acabo cediéndosele a su marido Joan Roma, y desde entonces no hemos dejado de estar con varios deportistas, colaborando con sus proyectos. Tras los Roma vino lo del camión de Jordi Juvanteny, José Luis Criado y Fina Román, Laia Sanz, Isidre Esteve y finalmente la Formula 1 desde principios de temporada.
-¿Como surge lo de la categoría reina y que diferencias tiene con otras especialidades?
-El salto es brutal. Cuando me entere de que Pedro de la Rosa entraba a formar parte de HRT, le llame ya que mantenemos amistad tanto vecinal como personal y le dije que quería estar en el equipo con mi marca. La verdad es que es otro mundo para todo, ya que por supuesto por contrato no puedo ni decir cuanto invierto, las medidas de los logotipos se miden al milímetro, y cualquier modificación es muy, muy pensada, pero tiene su compensación, de puertas para dentro se me tiene muy en cuenta ya que fui la primera firma española que se decidió a apoyar económicamente al equipo y de puertas para fuera el retorno no tiene comparación con ninguna otra disciplina, además de abrir a mi compañía puertas comerciales que de otro modo serian infranqueables. Sin ir más lejos, gracias al manager de Karthikeyan, y sus contactos hemos entrado rápida y fácilmente en las cadenas de supermercados de la India, y todos las carreras celebradas en oriente permiten establecer relaciones con quienes mueven los hilos de la distribución en cada país.
-Lo de Esteve es algo más que patrocinio.
-Si. Sabiendo de sus dificultades físicas me propuse dar con la solución, por lo que creo que lo del cojín tenía su fundamento y el tiempo me ha dado la razón. Si tras la Baja no hay contraindicaciones, estaré feliz de haberle devuelto a la competición.
No se contenta con el despacho, en la carrera aragonesa estuvo pegado a Isidre todo lo que pudo, para confirmar que sus esfuerzos no habían sido en vano y que todo iba bien.
La pena es que no haya unos pocos mas como él. Mas que unos pocos, docenas. La vida seria más fácil para todos.