Este modelo engaña. Bajo la apariencia de un familiar convencional, se esconde un vehículo muy capaz, de gran calidad y comportamiento intachable, tanto en asfalto como fuera de él. La unidad que nos cede la marca es de color blanco. Esto lo hace parecer más grande a la vista, y desde luego que lo es.
El aspecto es discreto para lo que atesora mecánicamente, pero es atractivo y actual. Lo más destacado, la altura libre, 22 centímetros, más que la de muchos modelos de mayores pretensiones, en la parte del motor el hecho de que este sea bóxer, ayuda a mantener esas cotas.
Interiormente, la calidad de la marca nos llega desde el primer momento. Espacio para todo y buenos acabados. A nivel equipamiento, aparte del climatizador y de la pantalla de navegación de generoso tamaño, encontramos un sistema de pantalla con multitud de posibilidades de visualización, destacando una que nos da el radio de giro de los neumáticos, algo que ayuda en algunos pasos complicados rodando por el monte.
Mecánicamente, el cumplir la normativa Euro 6 ha obligado al fabricante a instalar un nuevo sistema de inyección directa, también el turbo esta mejor refrigerado y es más eficiente, perdiendo un caballo respecto de la última versión quedándose en 148.
El cambio es de 7 marchas Lineartronic, de uso agradable y eficaz. El sistema de tracción total, Symmetrical AWD reparte en condiciones normales la tracción en una proporción del 60% para el tren delantero y 40% para el trasero.
El conjunto según el fabricante permite rebajar el consumo de media a los 6,1 litros a los 100 km. A nosotros que no fuimos precisamente a ahorrar nos bajo de 8 por poco. A destacar el sistema X-Mode, que controla el rendimiento del motor, la caja de cambios, las ayudas electrónicas a la conducción activando de paso el control de descenso.
En vías rápidas, tiene un comportamiento intachable, cómodo, con el habitáculo bien insonorizado y con espacio suficiente para cinco adultos. En carreteras viradas mantiene su efectividad y si el asfalto se rompe mejor. Los caminos y pistas en buen estado, no son problema, pero si empeora el piso, ¡mejor! El Forester mantiene el tipo sin problemas.
LA OPINIÓN DE IÑIGO OSSET: “SI NO LO VES NO LO CREES”.
Buscando sitio donde probar el Forester, nos dirigimos a la Finca Molino del Manto, establecimiento del que Iñigo es gerente. Con muchas temporadas en circuitos, también se puede decir que es de los nuestros ya que hizo sus pinitos en raids, siendo segundo absoluto incluso en un Montes de Cuenca. Le proponemos probar el coche y acepta encantado.
Como buen circuitero, se dirige primero a rodar con el por asfalto, por la carretera que une la finca con Chinchón. Esto incluye varias horquillas y luego curvas enlazadas y tramos más rápidos. Tras hacerse con el tacto de los pedales y el cambio de levas, nos demostró que sigue en forma y llevo al Forester al límite. “Va muy bien. Tacto agradable y respuesta inmediata del cambio. Buena estabilidad y aplomo”. Inmediatamente después, se mete en un camino de buen piso, y más de los mismo, apura las marchas sin compasión y se mete en las curvas a buena velocidad, dirigiéndose sin demora hacia una larga trialera en subida. “A ver aquí”, comenta. El coche sube sin problemas, pese a que la pendiente aumenta el porcentaje en su parte final. “No sé si tirarlo por aquí”, comenta ante una bajada aun más inclinada y con fuertes escalones y cruces de puentes.
Activado el sistema X Mode, comienza a descender y el coche puede con todo, tan solo estorba el ABS que entra pese a lo lento del andar del Forester en cuanto lo roto del terreno deja alguna de las ruedas con baja adherencia. “El dibujo del neumático también influye, con algo de taco no pasaría” continua. “¿Subira por aquí?”, pregunta ante una rampa muy corta de inclinación aparentemente imposible de superar salvo que llevemos reductora y ruda de tacos, un poco de inercia y…arriba, el coche sube y pasa la cresta sin problemas. Iñigo se anima, y ataca diversos pasos de diferente dificultad sin el más mínimo problema. “Si no lo veo no lo creo”, nos dice. “Cuando lo he visto por primera vez, pensé en uno de esos todo camino de ahora que si los sacas del asfalto se mueren”, pero me ha sorprendido, va bien en todo. Además es espacioso cómodo y perfecto para una familia aventurera”, concluye.
MEJORAS RAZONABLES.
Quienes nos siguen, sabrán que el fabricante dispone de protecciones de bajos metálicas de la parte delantera de la mecánica, sustituirlas por las de plástico de origen se nos antoja imprescindible si es que queremos salir al monte con cierta frecuencia. No llegan a los 200 euros de costo.
En cuanto al los neumáticos trae de origen unos 225/55R18 enfocados totalmente al asfalto. Como mejora nos decantamos por unos Michelin Cross Latitude en medida 235/55R18. Ganaremos medio centímetro de altura sin tener problemas en la I.T.V. ya que aumentan las medidas un 1,54% dentro del 3% legal. Haríamos la compra de cinco y una llanta más que las cuatro de origen, ya que en el maletero retirando la separación intermedia nos cabe de sobra. Si queremos nos quedamos con la de galleta que trae de origen y la utilizaremos de sexta rueda. Los neumáticos estarán alrededor de los 140 euros por unidad y la llanta rondara los 600 euros. Puede parecer un montante considerable, pero podremos así cruzar las cinco y ganar en años de uso. Ni que decir tiene que fuera del asfalto nuestro Forester será otro.
EN DEFINITIVA.
Práctico y actual. El Forester es de lo mejor que se puede encontrar en el mercado. Si quitamos los pick-up, el número de modelos con capacidad de moverse con garantías fuera del asfalto, se reduce a unos pocos casos aislados. Este no tendrá reductora o chasis macizo, pero bien calzado y sabiéndolo mover, estará a la altura de cualquier todo terreno convencional. Estamos convencidos.
