PURO RESORTE
La amortiguación, se ha convertido en uno de los puntos principales a la hora de poner a rodar un 4×4 con pretensiones. En Ohlins lo saben, pero en su filial en España HRG, están más que convencidos.
Texto y fotos. Ángel Montalbán.
Lo primero que llama la atención de la compañía es su sede. En una zona residencial de las afueras de la localidad barcelonesa de Sant Vicent de Castellet, nada hace presagiar ante un discreto esquinazo que nos hallamos ante las instalaciones centrales en nuestro país de una de las marcas históricamente de referencia en lo que a amortiguación de altas prestaciones se refiere. Un total de diez personas forman el grupo humano de la empresa.
INSTALACIONES EJEMPLARES
En la planta alta, de 350 metros cuadrados de extensión, lo primero que destaca es una recepción, donde se atiende al visitante y se envían y recogen pedidos. Varios expositores muestran novedades y referencias para que los que llegan se «aclimaten» rápidamente a lo que se «cuece» en las estancias contiguas. Justo detrás, en la estancia mas pequeña, en la mesa más pequeña, está el despacho del «jefe».
En un pasillo a modo de «baúl de los recuerdos» se ha dispuesto todo el histórico de los productos de la casa desde sus comienzos. Las primeras realizaciones, con piezas originales, fotos de los vehículos compitiendo, evoluciones, la diversificación, la actualización… hasta llegar a nuestros días. También, perfectamente colocados en una vitrina hermética para que no entre polvo se puede contemplar una completa colección de vehículos de colección a escala 1:43, casi todos de competición, bastantes de los cuales utilizaron los servicios de HRG en su vida deportiva a escala real.
Lo siguiente en aparecer es una habitación plagada de recambios originales, destacando un fondo de estanterías con multitud de muelles de todos los tamaños, (en condiciones normales en las instalaciones hay 1.800 unidades) varillajes y piezas de todo tipo se disponen perfectamente colocadas y referenciadas en cajones realizados a medida para este fin.
Pasando a la habitación contigua, tenemos dos máquinas de extracción de aceite y vaciado de amortiguadores junto con otras dos dedicadas a la comprobación del buen funcionamiento de las piezas terminadas. Son sin duda parte importante del proceso de puesta en marcha de cada conjunto muelle-amortiguador. Paralelamente, encontramos una sala más grande donde varios puestos de trabajo son el lugar natural donde los operarios desmontan y limpian cada amortiguador que llega para ser revisado o reparado. Esta habitación al final se divisa tras una separación acristalada para amortiguar el sonido, varias máquinas de mecanización, que incluyen desde los último en tecnología para construir lo necesario para acabar cualquier pieza, hasta un veterano torno. Esta primera planta se completa con el espacio para aparcar a buen recaudo el camión-taller. Este último se aparca fuera, quedando la sala convertida en aula de formación para los distintos distribuidores y colaboradores, quienes periódicamente pasan por HRG para recibir charlas y cursos de reciclaje y actualización.
En la planta inferior, del mismo tamaño que la principal, se ubican bidones de aceite, (una tonelada del mismo es la cantidad que siempre se almacena por lo que pueda pasar) amortiguadores sueltos (700), para no dejar a nadie de-satendido, conjuntos montados procedentes de la fábrica central, para servir directamente al cliente final, piezas que en su día rompieron clientes directos o sus contrincantes en carreras por todo el mundo y que han servido de escuela, una docena de motos de campo de todos los tipos y modelos…
JÓVENES, PERO SOBRADAMENTE EXPERTOS
La empresa se funda de la mano de Felipe Higuera a finales del siglo pasado. Suena antiguo pero, desde entonces, han pasado sólo quince años. Felipe venía del mundo de las motos, concretamente de las carreras de enduro y aparte del lógico trabajo mecánico, comenzó a especializarse en todo lo que a suspensión se refiere. Al principio de un modo totalmente artesanal, contando con la colaboración de Jaume Ribalta, quien en su torno daba luz a todo aquello que Felipe le solicitaba, amen de interminables paseos por ferreterías buscando retenes de hidráulica, que era lo que se estilaba en aquellas fechas. Junto con su hermano Jordi, poco a poco fueron acumulando experiencia y conocimientos, lo que les supuso crecer en el sector hasta conseguir dos cosas que cambiaron para siempre la estructura y el futuro de la empresa. Por un lado la firma sueca Ohlins, quien les confíó la representación exclusiva para España, y por otro la colaboración con el equipo oficial de competición de SEAT. Los primeros no han dejado de tener en HRG su imagen en nuestro país, han reafirmado temporada tras temporada su compromiso, e incluso en el campo de los vehículos 4×4 es más bien la casa madre la que va a remolque de la filial española. Esto ha supuesto un aumento de la facturación y de la clientela. Lo de SEAT fue su entrada en el mundo de la competición por la puerta grande. David pudo con Goliat, y la toda poderosa compañía española debió someterse al sistema de trabajo de HRG que no quiso abandonar sus instalaciones, siendo el único proveedor que SEAT Sport tenía fuera de la fábrica de Martorell. Nada menos que cinco temporadas dentro del Mundial de Rallyes permitieron a la compañía llegar y mantenerse en la punta de lanza del automovilismo. No todo han sido buenas noticias, ya que Felipe falleció en accidente de tráfico en 2.004. Su recuerdo se mantiene vivo a lo que ha colaborado el hecho de que el tono familiar siga con la incorporación de jóvenes miembros familiares.
EN CARRERA
Quienes han confiado en la marca a la hora de preparar su vehículo de competición, tienen un servicio posventa más que completo. De momento, cualquier actuación de HRG en carrera es completamente gratuita y de por vida, siempre que se cumpla el programa de mantenimiento. Así los problemas que surjan en competición no supondrán gasto añadido. El grado de confianza en el producto por parte de Higuera ha generado esta situación. Para este menester, disponen de un camión perfectamente equipado para llevar a cabo cualquier tipo de reparación, puesta a punto o mantenimiento necesario, por muy recóndito que sea el escenario de la competición. Si ésta alberga un menor número de clientes, o el desplazamiento es más sencillo o cercano tienen un furgón más pequeño. Logísticamente, incluso Higuera utiliza su propio 4×4 con material listo para sustituir o reparar si el cliente final en carrera es alguien muy localizado.
CLIENTES FIELES
Cerca de 3.000 es el número de equipos que figuran como clientes de HRG. No todos están vivos, en este caso la cifra baja, por debajo de los 2.000. El abanico de vehículos a los que proveen es de lo más variopinto. Desde World Rally Car como el Peugeot 206 que el mejicano Triviño utiliza en el Nacional de rallyes de tierra hasta motos de campo clásicas (un grupo en total auge según Jordi). En todoterreno, varios equipos con participaciones internacionales, nacionales y regionales, son consumidores asiduos. Plaza, Segura, Viudez, Hinojo…Utilizan los sistemas comercializados y distribuidos por HRG. No obstante, el grueso de usuarios pertenece al mundo de la moto. En un futuro, todos los equipos que confían en HRG, podrán disfrutar de la diversificación de la compañía, ya que Jordi tiene muy avanzada la puesta en el mercado de una cerveza de elaboración propia. Esa será, sin duda, otra historia…
