PRUEBA POLARIS RZR XP 4
El fabricante americano lanza en nuestro mercado la versión de 4 plazas de su exitoso RZR. El vehículo no solo ha ganado en capacidad, mejora en muchos más aspectos.
EDICION EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA 4X4.
Los buggies ligeros están entrando en nuestro mercado de forma imparable. Polaris es con diferencia líder en el sector, pero lejos de relajarse, han dado una nueva vuelta de tuerca con la incorporación a su catalogo del RZR de cuatro plazas, lo que permite abrir el abanico de posibilidades de uso.
CONCEPTO PRÁCTICO.
Con el RZR Polaris dio en el clavo para acabar de convencer a todos los que tenían interés en un modelo de estas características, ya que permitía a dos ocupantes rodar sin problemas evitando la delicada conducción de los quads y la postura motera de los atv. Ahora se soluciona un problema más, lacapacidad, ya que cuatro adultos pueden viajar cómodamente, o hacerlo dos con todo el equipaje o carga necesarias. Esto en cuanto al espacio, ya que en cuanto a su manejo, la mayor batalla augura un comportamiento más estable y eficaz.
La imagen del modelo no ha perdido nada de su atractivo, es más, la versión larga lo presenta como más grande en todas las cotas aunque solo haya aumentado en longitud. Los ángulos característicos son inmejorables y tan solo el ventral es lógicamente inferior, debido a la batalla. Los acabados generales son buenos y muchas de las soluciones que adopta se las ve consecuencia directa de la experiencia fuera asfalto de años de la marca. El arco antivuelco es suficiente para garantizar nuestra integridad, pero tanto el fabricante como el sentido común imponen la utilización de casco en cualquier circunstancia… Las cuatro plazas tienen un tamaño más que correcto para cuatro adultos de buen tamaño. En la configuración de serie, una red exterior por ocupante garantiza que no saquemos ni brazos ni piernas de forma accidental. Dos tapaderas de fácil accionamiento cubren los vanos delantero y trasero respectivamente, pero no permiten guardar nada más que pequeña herramienta. El copiloto puede regular la distancia del asidero de manos o eliminarlo totalmente. Los interruptores son claros y de fácil utilización, siendo la sencillez la protagonista. Esto también sin duda está concebido para que el agua y la humedad no sean problema. En este aspecto las piezas vulnerables están bien protegidas, la toma de admisión del motor se halla por encima de la aleta trasera izquierda con un filtro y tapa muy fáciles de quitar y limpiar. Una plancha cubre los bajos en su totalidad, lo que La accesibilidad es total, pudiéndose llegar a cada rincón mecánico del vehículos sin problemas y de forma rápida. Muchas de las piezas se encuentran al aire lo que facilita la detección de averías y fallos. Quien tenga conocimientos sobre reparaciones, no tendrá que pasarse por el taller para nada, ya que la contrastada fiabilidad de la marca unida a un buen mantenimiento hará nuestro Polaris eterno. Otro de los valores positivos es la posibilidad de incorporar multitud de accesorios que mejoraran nuestra vida a bordo. Techos rígidos, parabrisas puertas cajas para el equipaje neumáticos específicos…Por no hablar de los enfocados al uso fuera asfalto intensivo: cabestrantes, planchas o neumáticos específicos por pones unos ejemplos, convertirán a nuestro Polaris en un vehículo imbatible en cualquier tipo de camino.
EN MARCHA, DISFRUTE TOTAL.
El acceso, es cómodo y la posición de conducción, agradable, aunque hay que tener en cuenta que no hay regulación posible. Una vez en marcha, lo habitual, parece que rodamos más deprisa de lo que realmente vamos, pero esta vez con más confianza. El motor se oye menos, no en vano lo tenemos más “lejos” El vehículo es muy noble y parece que no se cansa de acelerar nunca. Esto en buen piso, pero cuando rodamos por pistas mas rotas, el ritmo se puede mantener sin problemas, el vehículo absorbe bien las irregularidades, (no hay que olvidar que es una unidad de estricta serie, tal y como se adquiere en cualquier concesionario de la marca) por lo que con el paso de los kilómetros aun nos gusta más. Las zonas destrozadas se pasan con facilidad, (el poco peso ayuda) y en los tramos trialeros sus inmejorables ángulos característicos permiten atreverse con todo. Las suspensiones aquí trabajan también correctamente y permiten salir al monte con todas las garantías. Este Polaris es un perfecto compañero, incluso para grandes recorridos. Si le forzamos, es difícil hacer que se descomponga, sin duda en aplomo supera con creces a la versión corta. Si siguen siendo tan solo dos los ocupantes, las posibilidades de utilización alcanzan cotas impensables para un vehículo de este tipo, deposito de mayor tamaño, posibilidad de llevar bastante equipaje, material de acampada, comida repuestos… lo que nos permitirá abordar viajes y rutas de mayor envergadura y kilometraje. La unidad probada es la denominada internacional, que difiere de la denominada americana en el color y en que no incorpora dirección asistida algo que cuesta 3.000 euros.
IDEAL PARA LA COMPETICION.
Salvador Servia ha utilizado desde siempre una aseveración:” un coche corto es como una bola y uno largo como una bala”. En el vehículo que nos ocupa, la frase se cumple a la perfección. Si se está pensando en adquirir una unidad para destinarla a la competición, debe decantarse por el chasis largo. Es mucho más efectivo y rápido. Algunos podrán argumentar que tiene mayor peso, pero esta circunstancia queda compensada por el mejor paso por todo tipo de curvas mejor estabilidad y por poder mantenerse un ritmo más alto en zonas rápidas. En su país de fabricación, son numerosos los equipos que utilizan los Polaris “largos” a plena satisfacción.