El vehículo japonés, es una excelente opción de compra.
Con el máximo esfuerzo por parte del fabricante por agradar al cliente final, se puso en el mercado este modelo, y en general, podemos afirmar que el objetivo está cumplido.
Exteriormente, el CX-5 tiene un diseño atractivo y enfocado a quienes gustan de este tipo de vehículos, con pasos de rueda muy marcados y un frontal muy personal. La unidad que probamos es de un azul eléctrico muy llamativo, pero a buen seguro con un color más claro que contraste mas con los detalles mates presentes en todo el coche, resultara incluso más deportivo.
El interior está muy bien concebido con asientos envolventes en la parte delantera, aunque la quinta plaza, la central trasera puede quedar muy angosta para un pasajero de envergadura. El maletero tiene un generoso tamaño, pero se echa de menos una rueda de repuesto convencional. Toda la instrumentación está muy a mano y es agradable al tacto así como los acabados y los materiales utilizados. Nos ponemos en marcha y nos dirigimos a una vía rápida. El vehículo tiene un tarado firme de suspensión más de lo que cabria esperarse, lo que nos gusta, es algo de lo que adolecen muchos modelos de la categoría. En carretera de montaña, esto se agradece aun más. Mecánicamente es muy correcto, pero a la hora de exigirle al motor, no parece que tenga los 160 c.v. que anuncia, ya que es muy progresivo y parece que no acaba de “empujar”. Llegamos la localidad cordobesa de Montilla, y podemos comprobar en su complicado casco urbano, que la manejabilidad es excelente. La dirección asistida de dureza variable, que tan firme nos ha parecido en carretera, se convierte en un paradigma de suavidad, tanto en giros como aparcamientos. Nos movemos posteriormente por pistas y caminos entre la citada localidad y la vecina de Espejo. El terreno esta húmedo y con vegetación en las roderas, pero el Mazda avanza sin problemas. Tan solo le penalizan unos neumáticos totalmente enfocados al asfalto. El comportamiento es bueno y el sistema de tracción funciona de forma eficaz.
Nos atrevemos con algunas trialeras, concretamente las que aparecen en una de las imágenes que acompañan la prueba, y descendiendo echamos en falta un sistema de control de bajadas, ya que la primera marcha, es larguísima para este cometido. Por el contrario el sistema de arranque en pendiente es eficaz y nos ayuda a subir algunos tramos, aunque para culminar deberemos atacar algunos pasos con suficiente inercia, ya que el dibujo de los neumáticos impide avanzar con garantías. El consumo medio se quedo en siete litros y medio. Si queremos un SUV completo eficaz de calidad, y algo diferente, este es nuestro coche.