Este vehículo desde luego puede presumir de ser el único prototipo de competición que se construye enteramente en nuestro país, aunque su verdadera proyección y objetivo, son internacionales. EDICIÓN EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA 4X4. Javier Herrador lleva varias temporadas empeñado en construir un prototipo de dos ruedas motrices a imagen y semejanza de los que corren el certamen Score norteamericano pero bajo la normativa F.I.A. Comenzó adquiriendo dos prototipos en California a un preparador local, para posteriormente, hacerlos correr en España, bien con él mismo a bordo, bien con diferentes pilotos de la disciplina, poniendo en carrera así el Herrator. Primero con motores Ford y luego con propulsores Mitsubishi, llevaron a cabo diversas carreras en manos de pilotos de la talla de Selga o Blázquez. Pero no quedo convencido con la experiencia y decidió, construir una versión más elaborada y capaz, que es la que ilustra estas páginas. Sobredimensionando muchas de las cosas conocidas, ha conseguido construir varias unidades de una segunda versión del prototipo. La puesta en marcha, le ha llevado años, más tiempo del deseado, lo que llego a hacer pensar a más de uno que el Herrator II quedaría en un mero proyecto sin culminar, algo lógico por otra parte, ya que la infraestructura de Herrador Competición es la que es, y no es porque sean ellos sino porque la empresa es más sofisticada, compleja y difícil de llevar a cabo de lo que en un principio pudiera parecer. Hay detrás un trabajo muy meticuloso, ya que no solo se construyen vehículos, se llevan a cabo repuestos, piezas a medida bajo pedido, y personalizaciones especiales si es que el cliente así lo desea. Nuestros lectores más fieles, pudieron comprobarlo en el reportaje que sobre las instalaciones y el montaje del modelo apareció en esta tu revista favorita hace unos meses. UN DOS MOTRICES EN TODA REGLA. Se parte de una estructura tubular, que soportara mecánica y carrocería. Monta un motor General Motors denominado LS3 de 6.200 c.c. de ocho cilindros en V, y que con la brida reglamentaria alcanza los 400 caballos de potencia. La caja de cambios es una Fortin FRS 5 con convertidor de par de cinco velocidades. El apartado de suspensiones, queda en el tren delantero formado por dos trapecios en ángulo con amortiguadores King 2.0 coilover 2.5 bypass de 45 cm de extensión y el trasero formado por trapecios tirados y amortiguadores King 2.5 coilover 3.0 bypass también de 45 centímetros de extensión. Para parar el conjunto, dispone de unos frenos Wilwood de seis pistones con discos de 310 milímetros de diámetro y 20 de ancho en ambos trenes. Monta también un freno de mano bidireccional La dirección es también Fortin 2.5 hidráulica, el conjunto llanta-neumático es idéntico en ambos trenes siendo en el primer caso de la marca Walker Evans en medidas 15”x 8”, con sistema anti desllantado y en el segundo de unos Cooper 35 x 12,5 x 15 disponiendo también de sistema de inflado-desinflado automático desde el puesto de conducción. Lleva dos ruedas de repuesto. La mecánica es refrigerada en cuatro piezas principales, motor, cambio, dirección y convertidor de par. Más datos: monta dos depósitos de combustible de 170 y 230 litros respectivamente y dos gatos hidráulicos, que son capaces de elevar el coche en cualquier circunstancia y… accidente del terreno, capacidad que pudimos comprobar personalmente, ya que en primer lugar el vehículo se levanto en plano, para a continuación, repetir la operación en una zona escarpada, adaptándose las bases de ambos elevadores a los accidentes del terreno para que el prototipo no perdiera la verticalidad. En el interior, poco se puede inventar, ya que las medidas de seguridad F.I.A. deben ser acatadas en materia de asientos, cinturones, sistemas de extinción y demás elementos que están en contacto permanente con los deportistas. Un par de concesiones al lujo, por un lado la luneta térmica que impide que el parabrisas se empañe y por otro el aire acondicionado que en carreras con altas temperaturas es siempre bien recibido por pilotos y copilotos y que permite una calidad de vida a bordo incomparable con las vicisitudes que se pasan con el calor. Exteriormente se ha elaborado una atractiva carrocería en fibra de vidrio en varias piezas, lo que permite una inmejorable accesibilidad mecánica. Las medidas definitivas son: 4,90 metros de longitud, 2,2 metros de anchura, 1,70 de altura y una batalla de 2,90 metros. La altura libre alcanza los 38 centímetros. Según el propio Herrador y Pedro López, quien supervisa personalmente el montaje de los coches, el plazo de entrega de un vehículo una vez formalizado el pedido se cifra en un trimestre de trabajo. La cifra nos parece corta, ya que hasta ahora los plazos de entrega han sido mayores, pero según los propios responsables, las primeras unidades fueron más laboriosas de poner en marcha, pero ahora el proceso se ha acortado notablemente. En un continuo proceso de actualización, cada nueva unidad montada es mejorada en lo posible, al incorporar modificaciones en todo lo que es susceptible de mejora. El precio del vehículo supera los 300.000 euros y varía en función de los acabados y capacidades contratadas. En una de las imágenes lo aparcamos junto a un vehículo de calle para que el lector pueda tener una idea fidedigna del tamaño que el Herrator tiene. ANTONIO FORTUNY, HABITUAL DEL NACIONAL. El piloto valenciano, que en la imagen aparece departiendo con Luis Climent, sobre las características del Herrator, es propietario de la unidad que hemos probado, que es la que más facilidad tendrá el aficionado para ver rodar ya que piensa participar en algunas carreras del Nacional, y si el vehículo está suficientemente probado y conforme, participar en el Dakar americano 2.015. Estaremos pendientes. EN MARCHA, MAS QUE SERIO. El coche ya en parado tiene una planta espectacular, con líneas llamativas y detalles muy de carreras. Acababa de llegar de la presentación del Dakar americano en Barcelona y estaba recién pintado y decorado. Para rodar con garantías contamos con la inestimable colaboración de la escuela de conducción de Luis Climent, que nos cedió las instalaciones del circuito 4×4 que se encuentran en el circuito de Cheste para poder realizar la prueba. Ratonero y muy roto, no parecía el lugar ideal para probar semejante “aparato”, pero el Herrator se nos anuncia desde su constructor como capaz de rodar rápido en cualquier tipo de pista y camino. Impresiona solo con ponerlo en marcha, ya que el sonido del motor, aunque es conocido por ser la monta de otros prototipos, sigue siendo muy de carreras, grave y ronco. Poco combustible, rudas nuevas ¡que lujo! Y del asfalto al circuito. El que conduce es Fortuny, que no para de comentarme las cosas que le gustaría más que mejorar, personalizar a su gusto. El vehículo esta impecablemente terminado y mucho más elaborado que las unidades que conocimos en las instalaciones del fabricante. Huele a nuevo como cualquier coche de estreno y esta, pese a tener una carrera encima absolutamente impoluto, lo que habla a favor del buen hermetismo del habitáculo. Tras reconocer el tramo preparado con un 4×4 convencional, comprobamos que es muy estrecho lento y con abundante vegetación y maleza, por lo que es previsible una sesión de “desbroce”. Efectivamente, Antonio rodando las primeras vueltas a muy baja velocidad, roza con la carrocería en varios puntos del trazado, casi sin darnos cuenta aumenta el ritmo y aquello se pone serio. El sonido del motor lo inunda todo y también el continuo repiqueteo metálico de los amortiguadores King, que son marca de la casa y que ratifican que están trabajando correctamente. Mucho balanceo en todo, desde en aceleración donde el tren trasero se hunde notablemente hasta el paso por cualquier curva, donde el coche se inclina de forma clara. Todo normal, es la manera de rodar del prototipo, que pos contra, parece que está rodando sobre asfalto, ya que en pasos donde con un 4×4 de verdad rodábamos en cortas con precaución, se pasa como si nada. Aumento del ritmo por parte del piloto, y mejores sensaciones aun, trasmitiendo mayor confianza cuanto más rápido vamos. Ocupar el asiento del conductor es fácil, al desmontar el volante, sintiendo aun más sensación de competición, con un puesto de conducción más de un cazabombardero que de un coche de carreras. A un ritmo infinitamente más lento que el del propietario, comprobamos que hay que estar concentrado en todo momento conduciendo este vehículo, ya que el sobreviraje es claro en cuanto se aprieta el acelerador y hay que tenerlo siempre en cuenta. Más pequeño de lo que parece desde fuera, es amable en cuanto se le coge el truco y nos permite rodar con continuas insinuaciones a ir más deprisa, la pista que ha sido “ensanchada” por Fortuny no nos parece pequeña, y lo que es mejor pese a las piedras y lo roto del terreno no sentimos la mas mínima irregularidad. Evidentemente los espacios abiertos son su lugar natural, pero se le ve capaz y competitivo en cualquier circunstancia. Definitivamente es una opción ideal para los privados que gustan de los buggies 4×2 y que quieran lo último de lo último a la hora de abordar una carrera de varias etapas. EN CARRERA. Las actuaciones del modelo en competición se ciñen a la participación en el Touareg Rally de Túnez y el Rally Tierras Altas de Lorca. Las unidades que han recibido el resto de clientes, deberán debutar a lo largo de la temporada, pero será en el Dakar americano en 2.015 cuando se pueda ver el mayor grupo de Herrator en un parque cerrado.