NOTABLE DIFERENCIA
¿Un cabestrante interior? ¿Para que? La respuesta salta a la vista, una vez que se conoce el truco que alberga la idea. El hueco enorme que quedaba en la parte trasera de la caja ha servido para dar cobijo al propio coche de carreras. Bien fijado y correctamente ubicado para que no sufra daños por muy mal que este el terreno por donde circule el camión. El cabestrante lleva a cabo la función de subir y bajar el prototipo cómodamente a lo que ayudan dos enormes rampas de generosa longitud, para que la inclinación de las mismas sea minima y permita llevar a cabo la maniobra con la mayor comodidad posible. La operación completa tanto de subida como de bajada dura un par de minutos escasos y una vez libre el hueco, la caja se convierte en una perfecta habitación para llevar a cabo cualquier tipo de actividad paralela a la de la propia competición, como reparaciones, reuniones, comidas etc. Si no queremos ocupar esa parte, una gran carpa se puede montar como en el resto de equipos que disponen de camión. Pero con malas condiciones climatológicas, poder estar al abrigo de las propias paredes de la caja se agradece sobremanera. Como dormitorio tampoco tiene desperdicio.
CONCEPTO ESPECÍFICO
El haber adoptado una solución de estas características, ha sido un tema más que pensado. De acuerdo que se sacrifica una enorme capacidad de espacio de carga, que serviría para transportar mayor cantidad de herramientas y repuestos, pero a cambio nuestro vehiculo viajara mas que protegido y el camión se moverá de forma mas dinámica que arrastrando el engorroso remolque. Por otra parte en carreras de varias jornadas de competición, donde a veces es mayor el kilometraje de enlace que el de la propia carrera, el vehiculo de competición, sus componentes y sobre todo sus consumibles, se ahorraran la “paliza” (siempre y cuando el reglamento lo permita).
