Si es una carrera africana como mandan los cañones y nuestro camión va como T-4, cualquier avería en plena especial, se convertiría en una anécdota, coche arriba, y al final de etapa. Si va como T-5 lo mismo una vez que los vehículos se junten. Bien pensado se pueden ahorrar un montón de horas de sueño a los deportistas en la cantidad de kilómetros de tiempo muerto que se vive en muchas competiciones, por no hablar de los transportes “hasta y desde” la base de la prueba. Ni que decir tiene que un viaje en barco así, supera con creces la calidad de transporte de hacerlo con ambos vehículos por separado. Para el coche de competición no hay más que beneficios.
PABLO RODRIGUEZ: “HAY QUE OPTIMIZAR EL USO DEL CAMION”
Según el piloto navarro, cuando pasea por un parque cerrado, ve que los camiones tienen muchas veces espacio sin utilizar, no solo de forma esporádica, sino de por vida. “Bastantes de ellos, utilizan como máximo dos terceras partes de su volumen de carga” afirma. Su razonamiento es claro, “veo material a bordo que no se va a utilizar, y parecen mas un almacén que un camión de asistencia”. Por eso lo tuvo claro a la hora de animarse a disponer para su equipo de un camión. “! Que mejor que meter el propio coche de carreras!”. “Pienso que es preferible el utilizar la totalidad de capacidad de carga del camión llevando el coche dentro evitando el uso del remolque con todos los inconvenientes que lleva. Otra de las finalidades es que dependiendo de que tipo de carreras poder economizar en el tema de los alojamientos y os desplazamientos hasta los mismos” concluye.