Prueba. Opel Grandland Hybrid 4. Polivalente y con versión 4×4.
Estamos ante una opción de compra que cumple con muchos de los deseos de los clientes finales. Tamaño generoso, inmejorable habitabilidad, buenos materiales y acabados, completo equipamiento, etiqueta ECO, y… tracción total. Un caramelo. Exteriormente, tiene una imagen moderna y atractiva. La carrocería en dos colores es una opción que le queda muy bien. Estamos ante casi cuatro metros y medio de longitud y casi dos de anchura. El Grandland tiene un tamaño considerable y muy buena presencia. En el frontal destacan los LED matriciales adaptativos, algo que permite una visión optima en toda circunstancia adaptándose a la carretera y los giros que se nos presentan y no deslumbrando al resto de conductores. También incorpora un sistema de visión nocturna que permite que los obstáculos que se nos presenten sean detectados de inmediato. El resto de líneas maestras muy de la casa, que incluyen detalles deportivos como tomas de refrigeración de frenos aunque sean meramente decorativas. La trasera, más convencional es sencilla y destacan los spoiler superior e inferior que dan un toque deportivo. Las llantas complementan perfectamente el conjunto. El interior, es muy agradable a la vista y al tacto. Los asientos son cómodos de verdad, con buena sujeción lateral. La posición al volante siempre será correcta. Las pantallas digitales están muy bien integradas sobre todo la central. Las plazas traseras van en consonancia con el exterior del modelo y en este caso hasta tres adultos viajaran sin excesivas aperturas, sobre todo por la ausencia del túnel del cambio para quien vaya sentado en el centro Maletero correcto para llevar doble fondo. Este, tapa el motor que mueve el eje posterior. Su capacidad con los asientos en su posición original es de 390 litros. Si los abatimos, alcanzaremos unos estupendos 1528. Los motores, porque tiene dos, alcanzan en conjunto una potencia de 300 caballos, proporcionados por un propulsor térmico que activa el eje delantero. El eléctrico de complemento, hace lo propio con el trasero. Contaremos con cuatro modos de conducción: Eléctrico, Hibrido, Sport y 4×4. En eléctrico se garantiza una autonomía de cerca de sesenta kilómetros, en el Hibrido, si le damos nuestro destino al navegador, optimizará su utilización, en el Sport tendremos unas prestaciones más brillantes. En marcha, todo un salón rodante. Nos sorprendió la buena insonorización y el agradable andar del Grandland. Las diferentes posibilidades de utilización permiten adaptar el uso de según cuál de los dos propulsores a nuestras necesidades o ambos en conjunto. Es desde luego un “coche para todo”, y colmará las necesidades de muchos usuarios. El acabado de nuestra unidad de pruebas el GSi, arranca en los 43000 euros. Es lo que cuesta tener un SUV de última generación, completamente equipado, con buen espacio interior, y calidades de segmentos superiores. En el monte, posibilidades reales. Si nos gustó el comportamiento general de este Opel, fuera del asfalto, se defendió. El mayor problema puede ser el peso o la escasa altura libre. Evidentemente buenos caminos y carreteras con escasa adherencia por el agua o la nieve, son su escenario perfecto. A la hora de la verdad, pudimos comprobar que es efectivo y siempre tendremos tracción. Hicimos la prueba de vaciar la batería eléctrica y pretender seguir avanzando. El Grandland, hace que el motor térmico alimente el eléctrico para que el eje trasero siga en marcha. Ningún problema.