El «Crucero Amarillo» en su centenario. Citroën, llegando al mar de China.
Fue la tercera gran expedición del fabricante francés, que ya había atravesado el Sahara en la primera y el continente africano en la segunda. Para esta ocasión se quiso unir el Mar Mediterráneo con el mar de China. El 4 de abril de 1931, catorce vehículos y cuarenta personas tomaban la salida, unos desde Beirut y otros desde Tientsin. Por delante, mas de 12000 kilómetros de recorrido, Atravesando toda Asia incluido el desierto del Gobi y el Himalaya, ya que se tuvo que rodear Afganistán que estaba en guerra. Un recorrido todo terreno de verdad. La expedición estaba compuesta aparte de mecánicos en su gran mayoría, por médicos y telegrafistas como miembros de la organización y por geólogos, paleontólogos, anticuarios, naturalistas y pintores, para la toma de muestras y certificación de lo descubierto. Los vehículos utilizados eran de tracción por orugas, con el C6F de cuatro toneladas de peso 40 caballos y 45 km/h de velocidad punta y el C4F de menor tamaño y potencia, 30 caballos. De lo complicado del camino, da cuenta que se tuvieron que desmontar por completo para superar los pasos más complicados y estrechos. La expedición llegó a su destino el 12 de febrero de 1932. Lamentablemente, tan solo se conserva uno de los vehículos utilizados en uno de los viajes a motor mas espectaculares llevados a cabo.