Partiendo de España y dirigiéndose a Mongolia, la expedición Ruta Gengis Khan acaba de cruzar Transnistria, un misterioso y desconocido… ¿país? Realmente nos encontramos con un «no-país» muy militarizado, con pocas libertades, con un presidente «electo» y «vitalicio» (una contradicción pero así es) y rindiendo culto a la época de la Unión Soviética y toda su simbología. Esta pequeña porción de territorio a orillas del Dniester y encajada entre Moldavia y Ucrania se declaró unilateralmente independiente de Moldavia con la disolución de la Unión Soviética. Por supuesto… hubo guerra, muchos muertos, altos el fuego no respetados, destrucción, ruina,… Totalmente prorrusa pidieron ayuda a los rusos, los rusos aparecieron con nada menos que un batallón y… se acabó la guerra. Crearon su propia moneda, sin curso legal, no tienen pasaporte al ser un «no-pais» (como pro-rusos, la mayoría tiene pasaporte ruso y otros ucraniano, que aunque no son amigos, con el caos de la disolución de la Unión Soviética pidieron esa nacionalidad y a muchos se les concedió por el lío de fronteras que había en la época). Ningún país del mundo les reconoce como estado, ni siquiera sus amigos rusos la reconocen pero han dejado allí un batallón como «muestra de amistad».
Cuando cruzamos la frontera con nuestro todoterreno no sabíamos exactamente que iba a ocurrir. No conocíamos a nadie que hubiese cruzado esa frontera con coche propio. Sólo habíamos leído unas pocas noticias de europeos que lo habían hecho en bus en una visita relámpago de diez horas desde Moldavia o Rumania. Incluso cabía la posibilidad de que no nos dejasen entrar con nuestro vehículo pero afortunadamente el paso de la frontera discurrió sin dificultad después de pagar 40€ por algo que firmamos en ruso sin entender exactamente lo que era pero si nos dejaban entrar… dábamos ese dinero por bien empleado. Y así fue, una hora después estábamos avanzando por este pequeño pero guerrero “no país”. Con mucha prudencia con las fotos y circulando con mucho cuidado para no tener ningún percance. Ningún país tiene ninguna embajada por lo que si ocurría «algo»… estábamos solos. El culto a la antigua Unión soviética es palpable con la gigantesca estatua de Lenin delante del edificio del Soviet Supremo, con los símbolos de la hoz y martillo por doquier y un tanque con una llama eterna encendida por los caídos que recuerda el enfrentamiento. Sólo hablan ruso porque la lengua moldava es la del “enemigo” y cuando se cerraron colegios de habla moldava, los padres que protestaron fueron detenidos. Sólo tiene 4.163 Km2 pero como ocurre en Moldavia, dan mucha importancia a la agricultura y los campos de cereales, hortalizas y frutales tapizan su pequeño territorio, el río Dniester da riqueza a estas tierras y marca la «no-frontera”.
Es muy difícil comunicarse porque realmente casi nadie habla inglés tan sólo alguno que otro en la “capital”, Tiraspol, chapurrean algunas frases o palabras…. Ha sido una etapa muy importante en la Ruta de Gengis Khan al ser un “no país” del que prácticamente nadie conoce su existencia y hemos tenido la oportunidad de entrar en él. Nuestra próxima etapa transcurrirá por Ucrania y entrar en Bielorrusia supone otro desafío, su visado es muy complicado de obtener por tratarse de un país muy hermético con otro presidente «vitalicio» que dirige el país a su antojo. Toda esta ruta se puede seguir en directo por Facebook en @RutaGengisKhan y en la página web www.ruta-imperios.com
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