Los participantes estiran el fin de semana todo lo posible ya desde el viernes se dejan ver vehículos venidos de toda la península por las calles y plazas de la población, que dado sus interés histórico y cultural ha incluido entre las actividades un recorrido guiado por los monumentos y edificios más emblemáticos, siendo responsable de la misma el arqueólogo Raúl Bustamante oscense de nacimiento y autentica enciclopedia viviente de la vida de la zona desde tiempo inmemorial.
Todo complementa el impacto económico que la ruta deja en la zona, ya este se considera el evento más importante del año por número de visitantes, ocupaciones hoteleras y consumo de combustible. La climatología fue más benévola que en años anteriores lo que dio aun más brillo al fin de semana.
Se comenzó con los actos oficiales a media mañana del sábado con la formalización de inscripciones, para a media tarde llevar a cabo el acto de agradecimiento a las instituciones que colaboran en el buen desarrollo de la ruta, Bomberos, Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil. Mientras tanto los asistentes pudieron disfrutar de una zona comercial con varias empresas expositoras del sector.
A continuación se llevo a cabo el breafing a cargo de Javier Gómez, Presidente del Club Huescar 4×4 en el que se daban los pormenores y variantes de los rutometros a utilizar. Este acto comenzó con un minuto de silencio en memoria de Julen Roselló, el niño que cayó al pozo en Málaga y cuyo cadáver se rescató horas antes del arranque de la actividad.
Con puntualidad británica, a las 19h se dio la salida a la caravana de ¡223! Todo terrenos se puso en marcha saliendo en pequeños grupos para abordar los casi cien kilómetros de ruta, que llevo a la caravana por los alrededores de la localidad, con varios pasos complicados y alguna que otra dificultad en la navegación. Tras culminar el recorrido esperaba el caldo y la barbacoa para reponer fuerzas.
A primera hora de la mañana del domingo se ponían en marcha dos actividades en paralelo. La primera otra ruta por la zona para poder contemplar los paisajes de la zona, llegando al umbral de la cota de nieve del blanco elemento caído en días anteriores. 170 vehículos aceptaron el reto. La segunda consistía en unas zonas trialeras que los más valientes, alrededor de una docena, a discreción abordaron en las canteras existentes al oeste de Huescar.
Con el típico arroz campero se despidió a los participantes que alcanzaron los 253 inscritos, no sin antes celebrar que la recaudación obtenida superó los 5515 euros, cifra autenticamente de record con lo que el objetivo un años más estaba cumplido. Ya se trabaja en la octava edición, en la que se intentará mejorar en lo posible la presente.