Llegamos a primera hora a Nador. Una vez pasamos la frontera nos dirigimos hacia Fez. El paisaje verde asombra a los todos que se esperaban un paisaje más árido. El cambio de ferry nos permite pasar todo el día en Fez. Paseamos por una de las medinas más auténticas que tiene Marruecos mientras bajamos hasta los curtidores y los tintoreros. Es un buen lugar para hacer compras y así lo aprovechan todos entrando en las famosas negociaciones. Al principio da un poco de reparo, pero después todo es ponerse y encontrarle la diversión. Nos pasamos todo el día paseando por la medina y ya se nos hace la hora de cenar y aprovechamos y paramos en una de las carnicerías que por la noche se transforman en bares con parrillas improvisadas. Allí es donde comemos un auténtico kebab por tan sólo 20dh, que al cambio son 2€. Realmente delicioso. El primer día lo terminamos con mucho éxito y esto sólo acaba de empezar. Mañana toca una etapa larga así que toca ir a dormir temprano.
Nos levantamos de noche para poner dirección a Boulmane Dades. Empezamos por la pista de los meteoritos y los increíbles cráteres y pasamos a los simpáticos macacos del Bosque de los Cedros. Lo cierto es que cada vez están más acostumbrados a las personas y ya no es difícil ver a unos cuantos y que incluso te pidan comida. Seguimos camino, un poco lleno de polvo, pero pistas rápidas que se agradecen a la hora de hacer kilómetros. Cuando llegamos al lago Tislit ya está anocheciendo pero siempre pensamos que vale la pena parar. Todavía nos queda un poco y al final pasamos por las Gargantas de Todra de noche con ese aire misterioso que da pasar de noche mientras encendemos todos las luces y barras led. Es una visión distinta y porque no, que también recomendamos. ¡En Aventurame tenemos que ser distintos! Ya entrada la noche, llegamos a la kasbah donde nos espera una buena cena caliente. Después de una agradable ducha, a descansar. Ha sido un día largo pero lleno de emociones. Hemos visto cráteres, hemos jugado con monos y atravesado unas misteriosas montañas.
Al día siguiente toca ir más al sur, nuestro destino es Zagora. Después de un buen desayuno, toca atravesar el Saghro. Son pistas lentas y pedregosas que al final pueden cansar un poco pero las vistas valen la pena. En un momento parece que estés en medio del cañón del Colorado. Marruecos tiene un contraste de paisajes que es increíble. Paramos a comer en un valle donde un paisano nos ofrece unos cuantos dátiles. Seguimos por las pistas que van subiendo y bajando, valles y crestas, que nos van llevando hasta Zagora. Una vez llegamos, tenemos visita obligatoria al taller de Jacoub para que de un repaso a todos los vehículos.
A primera hora de la mañana ya estamos todos listos con los 4×4 preparados. Parece que tenemos ganas de arena. Lo primero que nos encontramos al coger pista es el Oasis Sagrado. Hacemos una parada de rigor entre turistas y cabras. Seguimos por pistas rápidas que hacen que pongamos al límite nuestros vehículos con una auténtica sensación de libertad, hasta llegar al Lago Iriki. Lago seco famoso por las velocidades que se pueden coger siempre con cautela. Nos lo pasamos en grande jugando un rato con los coches. Salimos hacia M’hamid y nos encontramos con el primer Erg, el Erg Chegaga. Como primer desierto está bien porque no tiene las dunas tan altas como el Erg Chebbi así que aprovechamos para dunear un poco. Entre una cosa, otra y algún coche atascado, llegamos al hotel a la hora de cenar. Parece que no, pero también llegamos cansados y todavía queda mucho viaje para disfrutar. Al día siguiente nos toca una de las pistas más famosa de Marruecos, la pista prohibida, vigilada por militares por la proximidad en la que está Argelia.
En esta pista localizamos el monolito que le han hecho a Mohamed el Gordito y nos hacemos alguna foto para el recuerdo. Muy buen detalle. Esos amortiguadores dicen mucho de él. Justo después nos esperan 100km de pista rápida y aunque la escasez de lluvia hace que haya mucho polvo, son pistas que se disfrutan mucho. Incluso es un buen momento para poner a prueba los amortiguadores. A lo lejos ya vemos el Portal de Belén, el valle donde pasaremos la noche. Hoy toca acampada así que al llegar, plantamos mesas y sillas y sacamos las tiendas. Es una de las mejores noches, bajo el cielo estrellado comiendo nuestros típicos huevos con chistorra. Son de estas noches que dan sentido al 4×4 que te hacen llegar donde otros no llegan y dormir en un lugar tan inhóspito como este. Hacemos fuego y gozamos de la luna llena mientras la noche va pasando. Por la mañana, un buen café nos despierta y nos hace ver el fabuloso sitio donde hemos pasado la noche. Increíble. Seguimos pista y nos vamos a la Ciudad Perdida cruzando antes el Ramlia. Un poco de arena que hace que nos divirtamos un rato y que practiquemos para el día que llegamos el Erg Chebbi. Después de la Ciudad Perdida toca la montaña de la Tagine. Al principio parece una montaña con un nombre curioso pero cuando la ves, te das cuenta que realmente parece una tagine marroquí. Como vamos bien de tiempo, decidimos ir a comer a la pizzería de Erfoud. Al llegar a Erfoud lo que nos espera es una buena tormenta de arena que nos comenta que ya lleva días dando guerra. Por suerte, al llegar a la pizzería para y podemos comer tranquilos e incluso y a comprar unos dátiles después de comer. Por la tarde, después de una ducha, disfrutamos de las maravillosas vistas que nos ofrece el Aubergue du Sud tomando un té al pie de las dunas.
Se puede decir que hoy es el día grande. Nos espera el majestuoso Erg Chebbi. Empezamos el día con tormenta pero poco a poco nos vamos adentrando al desierto. La idea es llegar al Oasis de Oubira. Es un buen grupo, así que llegamos antes de lo previsto al oasis. Vemos que todavía queda algo, aunque ya no todo lo que había montado en fin de año. Tomamos un té y hablamos un rato con el hijo de Ibrahim. Después de una mañana intensa, decidimos ir a comer una pizza a Khamlia. Las pizzas berebers y las omelette que hacen son realmente deliciosas. Después de comer nos acercamos al MNAM para ver los coches del jeque árabe, y sus excentricidades que van desde un Jeep doble o medio Jeep hasta un coche anfibio. Hoy toca ver el anochecer en las dunas, así que a media tarde estamos preparados para subir a lomos de un dromedario. Da igual las veces que subas, siempre es un trayecto lleno de risas. Una vez en la cresta simplemente toca esperar a que la naturaleza coja el protagonismo y llega ese momento en el que todo el mundo se queda callado para dar paso a un anochecer de película. Un recuerdo que se queda grabado para siempre. Esta noche toca dormir en una auténtica haima. Se que un hotel tiene mayores comodidades pero hemos venido a la aventura y a pasarlo bien así que disfrutamos de la noche. Dejamos ya las pistas arenosas y nos dirigimos hacia la Cárcel Portuguesa. Después de las fotos de rigor al borde del acantilado, nos vamos hacia Rissani. Realmente es la ciudad comercial más auténtica. Al poco de entrar ya nos dan la bienvenida y encargamos ya para comer kalia, pizza y te en el famoso restaurante Panorama. Pasemos un rato por las calles del zoco, viendo como los gremios están agrupados. Quizás lo que no encuentres en Rissani, no lo encuentres en ningún sitio, por eso lo llaman la puerta del desierto. Comemos tranquilamente y hasta nos da para echarnos un rato mientras algunos hacen las últimas compras. Todavía nos quedan cosas por ver, así que tomamos pista en dirección a los monumentos. La primera parada es la Escalera hacia el Cielo, después vemos la Ciudad de Orión y de lejos el Espiral Áurea.
Es una pena que ya no puedas acercarte a verlos. Quizás algún día vuelvan a abrirlos. Al volver a tomar pista, nos encontramos con un vadeo que hace feliz a más de uno. Como ya es oscuro, tampoco queremos arriesgar y seguimos camino. Llegamos a Errachidia donde dormiremos en un riad. En este viaje hemos tenido todos los alojamientos que hay en Marruecos, ¿no es genial? Ya es el día de regreso y se nota algo en el ambiente pero antes nos queda una pista magnifica a través de un cañón que nos lleva hasta Midelt. Cuando queda muy poco para llegar, uno de los vehículos tiene una avería. Después de ir a Midelt a por la pieza, después de unas horas, conseguimos ponernos en marcha de nuevo pero tenemos que darnos prisa si no queremos perder el ferry. Al final, llegamos al ferry y nos encontramos que están embarcando los de la Morocco Desert Challenge que hace que acabemos embarcando 3 horas más tarde de lo establecido. Haciendo un pequeño resumen de lo que ha sido este viaje, hemos tenido de todo, tanto por terrenos como por emociones. Ha sido un grupo fantástico como todos los que hemos tenido y nos vamos con la gran satisfacción de haber conseguido unir a un grupo creando nuevos amigos, transmitir todo nuestro amor por Marruecos.