En un año complicadísimo como consecuencia de la situación socio sanitaria, las pruebas en ruta de todo terreno tenían el futuro negro zaino. De siete citas programadas, no se había hecho ninguna y entrado el otoño, solo Cuenca y Badajoz se mantenían en el calendario. Finalmente la capital manchega parecía que podría arrancar las carreras de la especialidad, pero todo se complicaba. Las cifras procedentes de las diferentes autoridades competentes eran negativas en el tema salud, y parecía que el trabajo de un año se iba al garete. Máximas restricciones, tramos espectáculo eliminados, controles exhaustivos…. (Por resumir la cascada de adversidades que surgían eran premisas que llegaban a la organización y que ponían en peligro la celebración de la prueba.
El culmen lo provocó la negativa por parte del Ayuntamiento de la capital conquense a utilizar su término municipal, comunicándolo ¡en la semana de celebración de la carrera! Había que buscar un plan B. En otras circunstancias o con otro equipo humano, la toalla estaría tirada, pero los de Cuenca son duros y pelearon por encontrar una nueva sede cercana y valida. Finalmente el Club de Golf de la ciudad situado en el término municipal de Villar de Olalla a media docena de kilómetros de Cuenca, acogió el movimiento que el Nacional de Todo Terreno necesita. Satisfechos, parte del núcleo duro de la organización con Víctor Alijas de pie, aparecen en la foto de apertura de este articulo cuando ya relajados se habían hasta entregado los premios.
El desarrollo de la actividad, tuvo de todo, desde reclamaciones por aspectos reglamentarios, que afectaron a muchos equipos, (en la imagen Antonio Naranjo, responsable del equipo JMP, en plena pelea documental con los Oficiales Federativos), hasta la confirmación de que no habría aglomeraciones de público y que este cumpliría con las normas establecidas en los tiempos que corren.
En las fechas de carrera hizo fresco, por lo que no hubo que insistir con el tema mascarilla. La afición conquense lleva más de tres décadas viendo carreras de todo terreno y poco tienen que aprender. Se mantuvieron en grupos mínimos y sin aglomerarse.
En la medida de lo posible, se llevaron a cabo los actos protocolarios, por lo que se pudo mantener el nivel habitual y se hizo. Importante cantidad de trofeos, que además se diferencian de los que se entregan normalmente.
Tampoco falló el apoyo político y en la entrega de premios celebrada al aire libre, Doña Sonia Isidro Muñoz, Delegada Provincial de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Castilla La Mancha no solo se los entregó todos, sino que además, el día anterior colaboro en persona en el rescate de la Amarok de Fernando Álvarez, que con una rueda arrancada, tenía dificultades para salir del recorrido.
Con estos mimbres el Club Cuenca motor 4×4, han corroborado lo que se esperaba de ellos, que son los más preparados cuando las cosas se ponen feas. Esperamos y deseamos que para futuras ediciones tengan un proceso más amable y sin tanto escollo. Se lo merecen.