La disciplina no es que no sea nueva, es que fue de los primero que había para correr hace un siglo. La velocidad en ruta y los circuitos la desterraron de la popularidad, como las carreras al índice, pero nunca desapareció totalmente. El resurgir, se debe a los clásicos e históricos que encontraron en ella, una forma de competir con costos y riesgos contenidos. Desde hace unas pocas temporadas, su auge es imparable y ha permitido mantener vivos muchos vehículos olvidados hasta la fecha. La moda ha llegado hasta el Dakar, donde han tenido categoría propia y la organización les ha dado su sitio, creando un efecto llamada que prevé que para la edición 2022, el aumento de inscritos sea brutal. Esta empresa supone disponer de un vehículo anterior a este siglo, bien preparado y mantenido, y tener un presupuesto que permita pagar la inscripción, ya de por si elevada, hacer acopio de recambio, contratar asistencia en el campamento y a poder ser en pista.
Repasemos que costaría aproximadamente estar en la salida de los diferentes certámenes que contemplan vehículos todo terreno al amparo de las correspondientes Federaciones. Los precios son los de 2020, por lo que cara a esta temporada, pueden sufrir variaciones. Son números a groso modo, sin contar con el vehículo, su preparación, ni los aparatos de navegación y cronometraje. Por lo menos se puede contar con tres niveles para poder adecuarnos a nuestras posibilidades, el internacional, el nacional y el autonómico.
El Dakar Classic, requiere de un todo terreno completamente preparado con medidas de seguridad F.I.A. y sin escatimar en calidad en cuanto a materiales y accesorios. Solo de papeles, necesitaríamos alrededor de 50000 euros en base a un coche de carrera más uno de asistencia. Esto incluye campamento, comidas, atención de la organización etc. Habría que añadir, vuelos, alojamiento los días anteriores y posteriores a la carrera, el combustible, posibles incidencias, grúas, gastos personales etc., sin olvidar las licencias, ropa y demás. El vehículo entra en una horquilla muy amplia con modelos históricamente brillantes que alcanzan más del cuarto de millón de euros, como ex oficiales y demás o simples vehículos que cumplen la edad, pero que necesitan ser desmontados y comenzar con ellos prácticamente de cero. Menos de 40-50000 difícil salvo chollos. La carrera se pone en un pico, pero la publicidad para el Dakar en pequeñas cantidades se puede conseguir y el resto, como casi siempre del bolsillo de los interesados.
Para quienes no tienen tantos billetes, está el Nacional de Regularidad dentro del Campeonato de España de Rallies Todo Terreno. Aquí la edad del coche no se tiene en cuenta. Se puede correr con cualquier todo terreno. Las licencias cuestan 135 euros por persona y la de concursante puede ser cedida por una Escudería de forma gratuita haciéndonos llegar una de sus copias. La inscripción a cada carrera, cuesta 350 euros. El desplazamiento, una media de 500 entre el hotel/hostal y la manutención. También hay que tener en cuenta las reparaciones y el mantenimiento entre carreras. El kilometraje, equivale a la mitad del de velocidad aproximadamente y exige a la mecánica, por lo que conviene participar con un 4×4 preparado mínimamente, llevar repuesto y tener en cuenta la logística de los desplazamientos a nivel de alojamientos y manutención. Según el vehículo que utilicemos el desembolso variará ostensiblemente, no vale cualquier cosa, ya que hay que viajar rodando con él y hay que tener un mínimo de calidad de vida durante todo el fin de semana. Por menos de 10000 euros, salvo ocasiones o “herencias” podremos encontrar modelos capaces. Hay que instalar un extintor fijo de dos kilos y contar con cascos que no tienen por que ser homologados.
El escalón de acceso, en competiciones oficiales está en el Campeonato Madrileño de Rallies de Tierra en el que tras la caravana de velocidad, la hay de regularidad. Contempla dos categorías, Clásica para quienes tiene coches de más de 25 años y Sport agrupados en más de 20 o 30. Las medias por reglamento son respectivamente de 50 y 65 kilómetros por hora, y no varían al ser tramos cortos. El vehículo como en el Nacional, solo debe incorporar extintor fijo de dos kilos y los deportistas portar casco que no tiene por qué ser homologado. Son pruebas de una mañana, con buen piso, y que tienen un costo de inscripción de 120 euros por carrera, celebrándose todas en la Comunidad de Madrid. Hay que añadir los costos de licencia 135, euros por persona y conseguir también una de concursante de las que algunas escuderías regalan copias. Cualquier todo terreno en buen estado y bien calzado sirve. Así por muy poco podremos iniciarnos. Bien organizados y si tenemos la base relativamente cerca, con un buen madrugón se puede participar sin gastar en alojamiento. Los mantenimientos y averías se reducen a la mínima expresión. Por menos de 3000 euros podemos encontrar modelos validos y matar el gusanillo con un gasto más que contenido. Subir peldaños como se ha visto, es otra historia.