Y es que con esta cuarta generación, el fabricante coreano ha puesto en el mercado un vehículo muy completo, equipado y capaz que hará las delicias de muchas familias incluso numerosas ya que cuenta con siete plazas homologadas. Existen diversas opciones de compra, incluyendo hibridación ligera, pero hemos optado por el propulsor diésel que sigue teniendo mucho público. En concreto nuestra unidad era un CRDI 2,2 4×4 DCT Style.
Exteriormente el Santa Fe impresiona, por tamaño y proporciones. Un frontal particular, con generosas tomas de aire que parecen capaces de comerse todo lo que se les ponga por delante es lo primero que nos llega. Las ópticas también marcan su modernidad. Lateral fluido con generoso tamaño en las puertas lo que garantiza una buena accesibilidad y trasera aunque más convencional, atractiva, con el escape camuflado.
No hay que olvidar que estamos ante un modelo que se acerca a los cinco metros y (algo que no nos cansamos de repetir), en colores claros, en este caso un blanco glaciar (es el nombre dado por el fabricante) con matices de brillos acaba de rematar el hecho de corroborar que es un coche, hermoso, familiar, pero con un toque vanguardista.
El interior, con la piel bicolor, resulta espectacular y elegante. Una vez sentados, podemos comprobar que espacio no nos va a faltar. Asientos cómodos y tacto agradable en todo lo que tocamos. Perfecta la consola central, con conmutadores huyendo de lo digital, algo que se agradece. La mayoría de los controles a mano y sabiendo si están o no activados sin tener que quitar la vista de la carretera. Contamos con una pantalla de 10, 25 pulgadas suficiente para el navegador y demás menesteres visuales.
Multitud de huecos de diverso tamaño se reparten por el habitáculo y permiten guardar todo tipo de objetos. Desde un bolso de señora hasta uno para teléfono móvil que impide que este se mueva lo mas mínimo. Es desde luego un lujo estar a bordo de un vehículo que no solo ha crecido en tamaño sino también en detalles.
Los asientos traseros no le van a la zaga y hasta tres adultos, si no son de complexión demasiado grande pueden viajar cómodamente. Existe tercera fila de asientos, en la que niños y adultos de escasa envergadura podrán viajar cómodamente si no abordamos demasiados kilómetros.
El maletero es generoso con más de 600 litros de capacidad para cinco ocupantes (con siete asientos se queda en escasos 180). Si abatimos las dos filas de pasajeros tendremos superaremos con creces los 1600 litros de. La boca de carga es correcta y esta enrasada con una tapa pensada para ello, que acoge diversas herramientas y un gato.
¿Gato? Si, debajo del fondo de maletero encontramos lo que lamentablemente es ya es una especie en extinción. Se agradece y da más confianza si salimos del asfalto.
En marcha, lo primero que comprobamos es que la insonorización está conseguida y el motor diésel no se hace sentir. Es un 2.2 CRDI de 202 caballos de ocho válvulas que da 202 caballos.
Las dimensiones a bordo se notan en tráfico urbano, aunque las cámaras ayudan en las maniobras. Hablando de cámaras, las del cuadro de mandos, facilitan controlar los laterales que son la zona más a vigilar por la batalla que estamos moviendo.
Viajar con el Santa Fe, es cómodo, confortable y agradecido. Da gusto tener kilómetros por delante. El motor empuja siempre, y el cambio electrónico es eficaz. En Hyundai han acertado. El precio va en consonancia y hay que desembolsar más de 55000 euros para hacerse con uno, aunque existen versiones más sencillas y contracción a un solo eje.
En el monte, mejor de lo que parece.
Estamos ante un modelo de generosas dimensiones, peso elevado y ángulos característicos no muy favorables y escasa altura libre (18,5 centímetros). Sus creadores no han pensado en un uso intenso del Santa Fe fuera del asfalto, pero el modelo tiene posibilidades.
En la consola central, la rueda de modo de uso contempla tres posibilidades, nieve, barro y arena, que hacen trabajar al Hyundai perdiendo la menor tracción posible. En pistas y caminos incluso bacheados, se comportó bien, sin cabeceos o inclinaciones exageradas. Tan solo deberemos tener en cuenta el peso y el tamaño que movemos para no tener problemas.
En nuestro acabado, monta llanta de 20 pulgadas, lo que limita las opciones de encontrar neumático mixto pero con ello mejoraríamos el agarre y las prestaciones en el monte. Si no nos complicamos la vida, será un perfecto compañero de aventuras.
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