Ha sido una carrera complicada con una prologo y cinco etapas de más de doscientos kilómetros contra el crono cada día, con la arena como protagonista, altas temperaturas y complicada navegación. Nasser Al Attiyah-Eduard Boulanger, conseguían la victoria, la primera del catarí con el BRX, complicándose la vida lo justo ante la manada de Toyotas que les perseguían.
De estas, la mejor fue la de Yazeed Al Rhaji-Timo Gottshalk, quienes se clasificaron a más de un cuarto de hora de los ganadores.
La de Seth Quintero-Dennis Zenz, completó el podio a diez minutos de sus predecesores.
A continuación, el primero de los nuestros, Oriol Mena, copilotando a Austin Jones, consiguiendo la victoria entre los buggies ligeros con su Can Am. Fue el mejor de los nuestros.
También con Can Am justo un puesto más atrás y a pocos minutos otro Oriol, Vidal cuajaba también muy buena carrera navegando a Rockas Baciuska.
Pau Navarro aun en plena recuperación, participo con el veterano Andreas Schulz en el asiento de la derecha conseguía meterse entre los diez primeros y ser quinto prototipo en meta, pese a no tener aun su muñeca bien, lo que le hacía perder tiempo cada día con el paso de los kilómetros.
Ricardo Ramilo a quien acompañó en esta ocasión el portugués Fausto Mota, .comenzó en puestos de podio, pero la mecánica de su Can Am le fue fallando en días sucesivos, haciéndole caer hasta el vigesimonoveno puesto absoluto.
El motor de su Taurus fue un calvario para Cristina Gutiérrez y Pablo Huete, ya que sus reiterados fallos les hundieron en alguna etapa, aunque fueron capaces de imponerse en otras, siendo trigésimo terceros en meta.
Circunstancias similares a las de Laia Sanz, a la que sigue acompañando el italiano Maurizio Guerini. Tenían ritmo para estar arriba, pero la mecánica no les perdonó y les retrasó sin remedio.
Peor aún le fueron las cosas al argentino Juan Yacopini, al que acompaña nuestro Daniel Oliveras. En un mismo día sufrieron un mal aterrizaje y un posterior accidente al golpearse con un rival. Con su Toyota muy dañada, se vieron obligados a abandonar.
Quien más ha sufrido ha sido Armand Monleón, copiloto del brasileño Lucas Moraes. Acabando una de las especiales, su Hilux ardió por completo salvándose los deportistas de las posibles quemaduras al abandonar el vehículo a toda prisa.