Verdaderamente cuando lo ves puedes estar seguro de que por tamaño, el EV9 no se queda atrás. Son más de cinco metros de longitud, lo que unido a su anchura y altura, lo hacen sencillamente descomunal. Habrá sitio para todo seguro. Exteriormente, en la marca han querido dar un toque de nave espacial, y desde luego que lo han conseguido. Recuerda incluso al de la serie de ciencia ficción de los ochenta La Fuga de Logan.
Las líneas cuadradas predominan en el diseño, que tiene un frontal especialmente diferente. Las ópticas están casi escondidas para no restar espacio a la carrocería, mínimas entradas de aire y un capo, que empieza de forma ascendente para quedar plano al llegar al parabrisas.
La trasera, algo más convencional también tiene las ópticas reducidas aprovechando las curvas del final de las aletas. El portón, también de buen tamaño permite una altura de carga cómoda, contando con un discreto spoiler superior que alberga una de las cámaras exteriores.
El lateral, atesora una gran superficie acristalada y generosas puertas. Las barras de techo y los aletines en los pasos de rueda, refuerzan su imagen de SUV. Unas bonitas llantas casi lenticulares de 20 pulgadas completan el conjunto.
La manecillas de las puestas son escamoteables, y quedan enrasadas al cerrar el vehículo. Otro toque de modernidad el de este KIA.
La zona delantera es un lujo en cuanto a espacio y calidad en los materiales y acabados. Asientos grandes, cómodos y envolventes y todo muy a mano. Todo digitalizado y la manivela de arranque y dirección como si fuera la del limpiaparabrisas junto a la caña de la dirección. Eso permite muchos huecos para objetos sobre todo en la consola central.
Se viaja como en un verdadero salón rodante con el plus de que el aislamiento hace que no haya ruidos de ningún tipo. El retrovisor central se puede usar de forma convencional o activar con un interruptor la cámara trasera, muy recomendable si vamos a tope de pasaje y no queremos perder visibilidad.
Los traseros se pueden configurar en diferentes posiciones de longitud de banqueta, algo que sobre todo agradecerán los de la tercera fila. Hay sitio para todo y son muy confortables también. Se puede adquirir con banco corrido para tres o con solo dos butacas.
La última fila no es el típico “ahitepudras” que solo vale para niños, dos adultos pueden viajar con dignidad y sin que se les queden las piernas agarrotadas de por vida.
El maletero cubica con la última fila ocupada 333 litros, quedando un hueco bajo la tapa de carga para el kit repara pinchazos.
Si abatimos la tercera fila, algo que se hace de forma eléctrica llegaremos a los 828 litros y si con la palanca que abate la segunda fila lo dejamos para plena carga tendremos nada menos que 2318. Todo un contenedor.
En la parte delantera disponemos de un cofre de 52 litros que tiene su mejor uso en guardar todo el cableado, ya que cabe completo y justo.
Nos llamo la atención que la palanca de apertura del capó delantero esta protegida con una tapa algo que unca habíamos visto en un coche.
En marcha, lo primero que notamos son las prestaciones del motor. ¿Del motor? No. De los motores, porque este KIA monta uno por eje que suman 384 caballos. Acelera como un tiro, te deja pegado al asiento lo que aparte de permitir rodar muy rápido hace que las maniobras de adelantamiento sean fulgurantes. No es un deportivo pero lo parece.
En general el comportamiento es impecable, con muy buen andar en cualquier tipo de vías, pero ¡ojo!, en tráfico urbano donde por ley se mueve como el mejor, el tamaño puede ser un problema para según qué recorridos si las calles son estrechas. Las cámaras se hacen imprescindibles para no tocar con nada. Otro dato a tener en cuenta es que por tamaño, alguna plaza de garaje se le quede pequeña.
Poseer un EV9 en el único acabado que se comercializa el GT Line, supone un desembolso de más 85000 euros. Es una cifra considerable, pero contaremos con un familiar de verdad, sitio de sobra, las mejores calidades y autonomía eléctrica superior a la media.
Más posibilidades que una navaja suiza.
Nos referimos al completo juego de cableado que tiene el coche, que permite hacer cargas desde todo tipo de tomas en ambos sentidos. Todas caben y encajan perfectamente en el cofre delantero.
Esto permite recargar en cualquier circunstancia desde las tomas domesticas hasta las más profesionales y avanzadas. Hay que tomarse su tiempo para conocer cada caso.
Hay múltiples tomas para recargar pequeños aparatos eléctricos incluida una de 220v. Un cafelito, o una luz auxiliar estarán garantizados.
Terminal de carga.
Si eso es lo que tiene el EV9. En nuestra prueba hicimos el recorrido Madrid-Herrera del Duque y vuelta. Son más de 250 kilómetros por trayecto. Recogimos el EV9 en las instalaciones donde se guarda la flota de prensa de la marca coreana, con algo más de 300 kilómetros de autonomía.
A la ida, rodando a no consumir, con la retención al máximo y cumpliendo con la señalización en cuanto a velocidad máxima (buenas pitadas nos llevamos de los que corrían de más), consumimos alrededor de 150 kilómetros de autonomía con dos pasajeros y mucho equipaje a bordo. A la vuelta, sin correr mucho más pero sin preocuparnos por el gasto, con dos ocupantes sin peso añadido, casi alcanzamos los 200.
Entre medias, llevamos una carga completa en los dispositivos que el Ayuntamiento de la capital de la Siberia Extremeña ha puesto en el centro de la localidad y que funcionan de forma gratuita. Una vez terminada la operación, disponíamos de 534 kilómetros de autonomía, algo más de lo que anuncia el fabricante.
En el monte, vida ocasional.
De acuerdo que contamos con tracción total, instantánea y buena, pero no olvidemos que movemos más de dos toneladas y media., ángulos característicos discretos sobre todo el ventral y una altura libre de manos de 18 centímetros. Las superficies deslizantes y alguna pista o camino en buen estado será a lo máximo a lo que se puede aspirar.