ACTUALIZANDO EL LAND CRUISER. El modelo es una referencia para el sector. Muchos años en el mercado, muchos niveles de preparación y una modernización continua, que en algunos aspectos le ha hecho perder aptitudes todo terreno. En Tot Curses no lo pasan por alto y aplican soluciones específicas en varios aspectos.
EDICIÓN EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA 4X4.
Estamos ante uno de los modelos más conocidos por todos. El Land Cruiser lleva décadas comercializándose en los cinco continentes. Los puristas valoran versiones antiguas y sobre todo las que se venden en algunos mercados con puente rígido delantero y el equipamiento mínimo. A nuestro país han venido a través de la marca con el acabado de suspensión independiente delantera y siempre en versiones bien equipadas. Las últimas versiones, fueron sofisticándose paulatinamente: Mas electrónica, inserciones mayores de madera y cuero, rueda de repuesto bajo el maletero… No obstante, en un mercado cada vez más escaso de este tipo de modelos, el Land Cruiser sigue siendo una opción inmejorable tanto para desplazamientos cotidianos como para grandes viajes. Esta unidad nos ha gustado, ya que sin grandes alardes exteriores lleva interiormente una preparación muy seria, de muchas horas de taller y de muchas horas previas de diseño y creación. Los usuarios se quejan continuamente que los coches de ahora no son como los de antes. En Tot Curses están dispuestos a mantener lo mejor de cada modelo. Este es un buen ejemplo de cómo el paso del tiempo no tiene que afectar a un modelo.
NINGUN CABO SUELTO. Han sido numerosas las mejoras introducidas en este Land Cruiser. La más importante ha sido la modificación llevada a cabo en el tren delantero, en la que se ha buscado reforzar diversas partes y piezas comprometidas ante un esfuerzo excesivo. El preparador se explica: “La normativas en cuanto a seguridad, han hecho que los fabricantes contemplen la parte delantera de cualquier vehículo como una estructura deformable a fin de que en caso de impacto el propio coche amortigüe la gravedad del mismo. Esto ha supuesto que la parte delantera de los vehículos con chasis de largueros este construida con un acero de menor robustez. Esto hace que en un uso intensivo, puede llegar a sufrir desplazamientos no deseados sin que se haya llegado a producir impacto alguno. La zona debe revisarse y prepararse”. La solución que da José Luis León, pasa por reforzar diversos puntos de la zona como los anclajes del motor utilizando acero de alta resistencia. El protector de bajos se hace de más grosor (10 milímetros) en duraluminio así como la tornillería lo que convierte a la pieza en un refuerzo de toda la estructura. El motor recibe una centralita Adonis un escape Tecinox y toma de aire de admisión elevada. Ambas acciones hacen llegar al Toyota a los 230 c v de potencia. Siguiendo con la parte delantera, el paragolpes de origen se sustituye por un AFN que también se modifica antes de instalarse haciéndole perder profundidad a fin de conseguir un buen ángulo de ataque colocando en su parte central un cabestrante T-Max de 3.500 kilogramos con cable de plasma y mando inalámbrico. Dos faros suplementarios HP Lite de 5400 lumens 6000K quedan también anclados al paragolpes. La suspensión delantera está conformada por unos muelles King y un doble amortiguador, instalados sobre piezas especificas que mantienen el buen radio de giro, pese a que los trapecios manteniendo la misma filosofía que con el chasis son reforzados. El grupo delantero recibe un bloqueo ARB. Parece una sucesión de accesorios, pero son muchas las piezas llevadas a cabo a medida de forma artesanal y diversas las modificaciones y cambios de cotas originales, todo ello para hacer de este Land Cruiser un vehículo estructuralmente robusto y efectivo en utilización fuera del asfalto. En el tren trasero, lleva conjunto muelle amortiguador King, pero en este caso uno por rueda, ya que el propietario lo utiliza sin demasiada carga, por lo que el sistema doble quedo descartado. Ahora bien, el anclaje inferior queda reforzado y se colocan patines protectores. También el grupo trasero recibe un bloqueo ARB. Para posibles remolques leva bola trasera. Lateralmente, se han construido taloneras de acero para proteger la carrocería y poder utilizar el gato mecánico. Las llantas son Braid, hechas a medida, con un desplazamiento exterior mayor que las de origen siguiendo instrucciones y medidas del preparador y los neumáticos son específicos para utilización fuera asfalto.
Interiormente, los asientos de origen se han sustituido por unos baquet Sparco Pro 2002. Se han instalado: aparato de medición de distancias Terratrip 202, de navegación Garmin y de comunicación Yaesu FMT 350. La zona de carga, ha perdido la tercera fila de asientos para recibir un plano de carga metálico, un soporte para la sexta rueda, y una vaca interna, todo ello siguiendo las necesidades del propietario. Para trabajar en el habitáculo con buena luz se coloca iluminación interior suplementaria.
JOSE MARIA SERVIA, ADAPTADO A TODAS LAS NOVEDADES. El piloto, que trabaja estrechamente con José Luis León máximo responsable de Tot Curses, es el encargado de dar soluciones en muchos casos basadas en sus años de experiencia en la competición a preparaciones llevadas a cabo por el preparador aragonés afincado en tierras gerundenses. José María se muestra satisfecho del rendimiento del modelo”he tenido varios”, y no le hace ascos a la electrónica, “la de Toyota es buena, no tengo reparos”. Este coche le gusta y sabe como exprimirlo. Para la sesión fotográfica, recorrió diversas zonas trialeras, en las que hizo lo posible por poner al límite el Land Cruiser. En cruces de puentes lo suficientemente forzados, el que la dirección mantenga su radio de giro original ayuda a que los obstáculos sean más asequibles y el coche pueda con pasos a priori insalvables. El ángulo ventral, es una de las trabas a la hora de trialear, pero las protecciones de bajos integrales, permiten “dejarse las tripas” con garantías. No es un coche pensado para estar todo el día franqueando obstáculos, pero hay que reconocer que con la preparación llevada a cabo el coche gana muchos enteros. Servia, nos invita ahora a acompañarle y realizar un recorrido en un tramo de pista controlado por los hombres de Tot Curses para rodar con total seguridad al ritmo deseado. Tras colocarse el asiento y el volante a su gusto, nos dirigimos a una pista de buen piso, donde el Toyota muestra todo su aplomo y comodidad de marcha. El terreno se rompe y el coche mantiene el ritmo, sin rebotes desagradables y sobre todo con el tren trasero muy controlado, pese a que rodamos con solo dos personas a bordo sin carga y poco combustible. Casi sin querer, el ritmo aumenta y en sucesivas pasadas, pese a que José María no es el conductor habitual, lo lleva como si fuera suyo, cruzadas controladas y trazadas impecables. Este hombre llevaría deprisa hasta un carro del Pryca…