Por Pilar Nieto y Milagros Beiro.
Sabíamos que íbamos a un rally, teníamos claro que sería duro, que nos requeriría un esfuerzo físico adicional, que teníamos que ser fuertes mentalmente para sobreponernos a las dificultades en un entorno que no era el nuestro. Desde el primer momento que surgió la idea de participar nos movió la perspectiva solidaria, poder llevarla nosotras mismas desde Fuente el Saz y Cobeña hasta los mismos niños del desierto que nos estaban esperando para recibirla.
¿Qué se les ha perdido a una directiva del mundo de la consultoría y una psicóloga en un Rallye por el desierto de Marruecos? Esta era la pregunta que todo el mundo al que contábamos nuestra intención, tenía en su cabeza. Lo que buscábamos y hemos encontrado es la solidaridad, aventura, superación y sobre todo demostrarnos a nosotras mismas nuestra capacidad de afrontar y resolver situaciones más allá de nuestro entorno profesional y familiar
Este reto comenzó a finales del mes de mayo, encontrar el coche de la mano de Manolo Plaza de Plazaventura, ponerlo a punto gracias a Marcos de Marcos Motor en Fuente el Saz, buscar patrocinadores como Ana de Terraconti y Joaquin Yagüez del master de BCSM cuyos alumnos recaudaron ellos mismos más de 20 kilos de material escolar, decorar el coche gracias a Dani y Eva de Spot color que hicieron que “nuestro Jimny” luciera más bonito que nunca en su vida, Pilar y Marcial de Paralelo 20 (Radio Marca) que alzaron nuestras voces y nuestro proyecto a nivel nacional y Angel del Crónica Norte, que hizo que cientos de nuestros vecinos siguieran esta aventura.
Es curioso el destino, que quiso que conociéramos el Rallye de la mano de Womenalia y finalmente María Gómez Pozuelo y Pilar Roch eligieron al equipo 311 (nuestro equipo) para ser sus embajadoras en la 15ª Edición del Throphee Roses des Sables; todo un orgullo haber podido transmitir los valores Womenalia entre nuestras compañeras en el rallye, la organización y entre todas las personas que nos han seguido desde España y las que a partir de ahora nos siguen desde Marruecos y que nos han ayudado en momentos muy difíciles como Ali El Cojo Anaam cuyo apoyo nos sirvió para volver a la carrera tras una avería que dejo fuera al Suzuki Jimny.
Quizás la gente puede pensar que fue mala suerte que el coche se rompiera en el momento que lo hizo, pero la realidad es que gracias a ese terrible percance hemos vivido una experiencia que solo podemos calificar de fantástica, dura, pero excepcional. Recordamos con mucho detalle los esfuerzos que tuvimos que hacer con la ayuda de varios equipos de francesas que nos ayudaron, hasta conseguir sacar el coche de la arena…..con las planchas, empujando con todas nuestras fuerzas, con eslinga…..hasta finalmente terminar presionando aquel “botón naranja” del geolocalizador que implicaba quedarnos fuera de esa etapa, ser penalizadas en puntuación y sobre todo un escenario de incertidumbre a partir de ese momento……rabia y luego lágrimas, tristeza y más lágrimas….los miembros de la organización dándonos ánimo y el helicóptero retirándose tras confirmar que ese día el equipo 311 quedaba fuera de la carrera.
En ese momento miramos al coche, los vinilos con los logotipos de todos nuestros patrocinadores, el esfuerzo de todos ellos que estaban en España esperando noticias sobre nosotras y nuestro reto no podía terminar ahí. Eran las 17:00 de la tarde del 11 de octubre y en ese instante comenzó un nuevo rallye para nosotras; comenzamos a mirar a nuestro alrededor observar el privilegio del entorno desértico en el que estábamos y la oportunidad de disfrutar juntas de una de las puestas de sol más impresionantes de nuestras vidas….eso sí solas en medio del desierto y teniéndonos que quedar allí hasta que la grúa llegara a recogernos…..ganó el positivismo, la exaltación de la amistad, la búsqueda de soluciones y resistencia a la frustración, y sobre todo sabíamos que nos estábamos solas, nuestras familias, amigos y detrás de cada una de aquellas pegatinas del coche teníamos a alguien que había apostado por nosotras y no podíamos defraudarles bajo ningún concepto. El equipo 311 de Womenalia tenía que volver a la carrera y tenía que llegar a la meta el día 16 en Marrakech fuera como fuera.
Y ahí comenzó el segundo rallye; un equipo con piloto y copiloto sin coche pero con más ganas que nunca de volver a ponerse los cascos, encender las luces del coche y tomar la salida de una nueva etapa. Era la primera vez que tras 15 años de campeonato del Trofeo de las Rosas de la Arena un equipo les pedía volver a la carrera con un coche diferente. Cuando lo planteamos por primera vez su primera respuesta fue que no era posible, que nunca se había hecho, pero no nos convenció esa respuesta y pedimos valorar esa alternativa una vez más, hasta que nos dieron una respuesta positiva; ….”si sois capaces de buscar un coche nuevo con vuestros propios medios podéis volver a la carrera, eso sí quedaréis fuera de la clasificación general porque no volveremos a realizar la calibración del coche……”…. No nos importó; estaríamos clasificando en cada etapa y haríamos para que todo el esfuerzo contara.
Cualquiera podría pensar que encontrar un 4×4 en el desierto de Merzouga a los pies de las impresionantes dunas del Erg Chebbi tiene que ser fácil….¡¡¡complicado se queda corto!!!! Pusimos en marcha toda una cadena de llamadas y favores que finalmente hizo que el “Mago de las Dunas, nuestro gran amigo Alí el Cojo” nos consiguiera el Isuzu con el que volvimos a la carrera…..y una vez más el destino o las casualidades de la vida quiso que la Isuzu viniera marcada de otro Rallye con el mismo número de nuestro equipo: el 311. Impresionante
Fue fantástico tomar de nuevo la salida, estábamos felices, orgullosas de nosotras por volver a estar ahí y veíamos las miradas de los miembros de la organización y de nuestras compañeras que nos miraban con orgullo y admiración por volver a estar ahí y continuar luchando por lo que habíamos ido hasta allí. Ese día no importaba nada lo difícil que fuera a ser la etapa, queríamos atravesar ríos, cruzar lagos de arena, respirar polvo del desierto y queríamos ¡¡dunas!!. Esa etapa salimos las últimas del campamento de Et Taous y llegamos a la meta las número 24. No fue velocidad lo que utilizamos, ese día nos movió la pasión.
Es curioso como una experiencia de este tipo te vuelve a hacer colocar las cosas en la perspectiva adecuada y afrontar cada nuevo día ahora pensando en cada problema como un nuevo rio de arena que cruzar o una duna por subir.
Ahora de nuevo en Fuente el Saz y Cobeña volveremos a poner a punto a nuestro Jimny, su vida no va a terminar aquí, es un coche anciano que nos ha enseñado muchas cosas y nos ha demostrado unas posibilidades de conducción totalmente nuevas para nosotras. El equipo 311 volverá a estar compuesto por Pilar, Milagros y el Jimny muy pronto y os brindaremos la posibilidad de poder conocer nuestra historia y nuestros nuevos retos el 21 de enero en la sala Cats de Madrid, en la que tenemos pensado realizar una fiesta para terminar de recaudar fondos y comenzar a trabajar en nuevas experiencias de nuestra Asociación de Mujeres con Retos. Si quieres venir puedes confirmar tu asistencia en info@mujeresconretos.org. Este ha sido sin lugar a dudas el Trofeo del Destino. Ha sido el primero, pero seguro que no el último.