Si hay un modelo que ha sufrido cambios con el paso de sus generaciones ha sido este. Arrancó como un todo terreno puro y duro, y el paso del tiempo le ha hecho acercarse cada vez más al asfalto siendo ahora un SUV con intención de llegar al mayor número de clientes posible. Ahora con la cuarta generación en el mercado ha dado un salto en calidad en todos los aspectos. Para conocerlo de cerca, contamos con la versión que más gusta a los vendedores no solo de Ssangyong sino de cualquier marca, tracción delantera y caja automática. Es lo que el cliente final busca con mas ahínco. Menos costo que las tracciones totales y mas cómodo a la hora de conducir que el cambio manual. Nuestra unidad, era un acabado Urban, el del segundo nivel de equipamiento, con motor de gasolina y color Silent Silver. Lo recogimos con 1974 kilómetros. Exteriormente, es diferente a todo lo que se ve rodando por nuestras carreteras. Respecto de la anterior generación, es más largo (4,45 metros), más ancho y más bajo, por lo que salvo por una altura libre que supera los dieciocho centímetros, la apariencia es la de un turismo. Pero no un turismo cualquiera. Tiene una fuerte personalidad y desde luego no se parece a ningún modelo de la competencia. Las líneas horizontales mandan y destacan los marcados pasos de rueda que dan imagen de firmeza y robustez. Las llantas de acertado diseño son de 17 pulgadas con neumáticos M+S, existiendo en opción de 18. No trae rueda de repuesto pero se puede pedir como opción. Tan solo nos disgustó el hecho de que la antena se desenrosque, por lo que puede acabar en manos de los amigos de lo ajeno con facilidad. Interiormente, el salto cualitativo es aun más importante. Los materiales son muy agradables y el ajuste es impecable. También lo horizontal destaca, con un color negro y el cromado dominándolo todo. El espacio está bien aprovechado y los asientos son cómodos, y no solo para un rato sino para muchos kilómetros. Sujetan bien lateralmente algo de lo que no siempre se puede disfrutar. Las plazas traseras son generosas, pudiendo ir dos ocupantes cómodamente aunque tengan una talla considerable, con un espacio para las piernas de los que no se ve normalmente. Si son tres la anchura se compromete, pero seguiremos pudiendo colocar las piernas de forma holgada. El maletero, dispone de 551 litros de capacidad, con un sistema ingenioso para poder aprovechar el espacio según la carga. Dispone de dos paneles amovibles que permiten a discreción del usuario colocar bultos según tamaño sin que se muevan, o separar la carga en dos niveles. La bandeja se puede guardar en el fondo y si abatimos los asientos traseros aparte de contar con un buen fondo plano, tendremos una capacidad de carga de 1248 litros. En cuanto al motor es u n 1.5 de gasolina turboalimentado que da 163 caballos que anuncia un consumo medio de 8,4 litros. A nosotros que rodamos sin ganas de ahorrar pero a velocidades legales, siempre con dos personas y a veces con bastante equipaje se nos fue a casi uno más. Correcto en todos los frentes. En marcha, se mantiene el confort sin apenas ruidos aerodinámicos. En tráfico urbano, se muestra ágil y sin que se note la considerable longitud de la carrocería. La cámara trasera, ayuda en las maniobras y desde luego que se defiende como urbanita. Cuando escribíamos estas líneas se arrancaba la comercialización de la versión con GLP, lo que les permitirá rodar en ciudad en días de restricciones medio ambientales. En carreteras convencionales comportamiento suave y agradable, los tarados de suspensión son correctos con buen equilibrio entre dureza y confort, se nota que el Korando está pensado para gustar a la mayor horquilla posible de clientes finales. En vías rápidas, se rueda de forma cómoda y sin cansancio, tan solo si se solicita al propulsor apretando el acelerador con ganas, este se vuelve rumoroso, consecuencia sin duda del funcionamiento del cambio (hicimos dos trayectos de casi seiscientos kilómetros) Lo devolvimos con 4102 kilómetros 2128 más que cuando nos subimos a el por primera vez. En definitiva, estamos ante un vehículo que sin destacar especialmente en un aspecto, se defiende en todos los campos, está muy bien equipado de serie (incluyendo el sistema de ayuda a la conducción SASS), dispone de mucho espacio interior, maletero muy aprovechable y un precio contenido, ya que arranca desde los 17500 euros con todos los descuentos. Además, esta poco visto y seremos diferentes a la gran mayoría. En el monte, mejor 4×4. Comercialmente, se sigue vendiendo con tracción total, aunque el porcentaje de unidades 4×4 respecto a la versión “normal”, es mínimo. Sin embargo si queremos salir del asfalto con frecuencia o nos vamos a mover por carreteras nevadas o embarradas con asiduidad, debe ser nuestra opción. Se comercializa solo con cambio automático y aparte de contar con la tracción en ambos ejes, dispone de bloqueo de diferencial central.