MOTOR

Es la quinta generación del Subaru Outback, y pese a que se ha modernizado y adecuado a los nuevos tiempos, mantiene su ADN de familiar aventurero. Nuestra unidad corresponde al 2.0 TD Executive Plus Lineartronic. El mayor cambio es la parrilla cromada delantera, de gran tamaño y los grupos ópticos tanto delanteros como traseros. Su línea mantiene la habitual de ranchera familiar, pero con “algo más” ya que las barras del techo y los diferentes cromados y protecciones dan un toque de robustez y personalidad formando estos parte de los retoques recibidos.  Tiene 2,5 centímetros más de longitud que su antecesor, llegando a los 4,81 metros. También es dos centímetros más ancho manteniendo la altura y la distancia entre ejes. El peso de 1751 kilos nos parece contenido para el coche que es. Estructuralmente la rigidez torsional es un 67% superior.   Interiormente, sigue habiendo espacio de sobra para cinco adultos y carga con 559 litros de capacidad del maletero. En este encontramos una sorpresa, dados los tiempos que corren !TIENE RUEDA DE REPUESTO! Y… ¡DE LAS DE VERDAD! Esto es algo a destacar, ya que muchos modelos con pretensiones de rodar fuera del asfalto no la traen de serie o si la tren es de moto de repartidor de pizzas, un plus de tranquilidad a la hora de viajar.   Siguiendo con el interior, la postura de conducción es buena con varias posibilidades de  reglaje tanto en el asiento como en el volante y el tacto del cuero agradable, aunque en días de calor con el coche al sol… Suavidad de manejo y  sonido exterior mínimo cuando se está a bordo, pudiéndose disfrutar de una pantalla táctil de siete pulgadas y el sistema Eyesight, dispositivo que con dos cámaras situadas a ambos lados del retrovisor central ayudan a evitar alcances por colisión a menos de 50 km/h y colaboran con el cron tol de velocidad activo y el asistente de cambio involuntario de carril. (El sistema solo está disponible en los acabados con cambio automático). El propulsor sigue siendo un bóxer 2.0 y 150 c.v. optimizado en sonoridad, vibraciones y consumo, anunciando un gasto medio de 6,1 litros /100 km. A nosotros sin ir a ahorrar se nos fue a un litro más. La estructura del motor, baja el centro de gravedad y eleva la altura mínima hasta los 20 centímetros también en la parte donde está el motor. El cambio es de seis marchas automático pudiéndose utilizar de manera secuencial con levas en el volante, lo que ayuda cuando estemos dispuestos a llevar a cabo una conducción mas deportiva de lo normal. El sistema de tracción sigue siendo el Symmetrical AWD que reparte la tracción en un 60% al eje delantero y un 40% al trasero llegando al 50/50 en condiciones extremas. Este sistema unido a la mayor resistencia a la torsión le hace muy efectivo en tramos virados y carreteras de montaña y en apoyos en virajes abiertos en vías rápidas haciéndonos olvidar que estamos en un vehículo con mayor altura de la normal. Además el control de estabilidad frena la rueda interior izquierda ayudándonos en las trazadas en curvas muy cerradas. En campo, las pistas de buen firme son su hábitat natural y tan solo deberemos adecuar nuestro ritmo a las condiciones del camino, para no dañar el vehículo. Si el firme desliza, el Outback mejora ya que es muy difícil ponerle contra las cuerdas, siendo su punto débil el dibujo de los neumáticos muy de asfalto. Tan solo tendremos que tener cuidado con los ángulos característicos, que por línea y concepto no son para moverse por terrenos abruptos. LA OPINION DE DAVID NADAL. “MEJOR DE LO QUE ESPERABA”. Uno de los desplazamientos con el vehículo lo realizamos hasta las instalaciones de Masia Pelarda en Teruel, donde en manos de uno de sus propietarios, David Nadal, no dudó en ponerse al volante, y hacernos llegar sus opiniones sobre el coche. Primero se dirigió a una zona de pistas de buen piso donde lo primero que hizo fue comprobar que la tracción total del vehículo funcionaba de forma impecable. Posteriormente, probó el cambio automático utilizando las levas, dejando el motor caer de vueltas para ver si el sistema buscaba una marcha inferior con solvencia. Vistas las bondades del Outback  en condiciones “normales”, nos dirigimos con el Subaru a las zonas de diferentes obstáculos que tiene la finca, haciéndole pasar por lugares a priori imposibles para un vehículo de estas características. El coche se adapta bien y tan solo los ángulos característicos y el dibujo de los neumáticos le penalizan. Sorprendido se baja del coche y nos dice: “Va mejor de lo que me esperaba, se nota la calidad japonesa en todo y su comportamiento en pista es impecable. Con mayores recorridos de suspensión iría mejor. Supera de largo a muchos  S.U.V. con mayor apariencia, que se quedan muertos en cuanto les sacas de la carretera al camino. MEJORAS RAZONABLES. Con esta base, se pueden sustituir algunas cosas para ganar en comportamiento fuera de asfalto, siempre centrados en temas básicos y que por supuesto no requieran tener que pasar I.T.V. El fabricante contempla en su gama de accesorios para el modelo protecciones metálicas que sustituyen a las de serie, a todas luces más robustas y prácticas. No llegan a los 200 euros de costo y en un coche de estas características si se sale del asfalto son imprescindibles. Otro aspecto a considerar es la sustitución de los neumáticos de origen 225/65/17 por unos mas camperos, unos Cooper A/T3 en una medida más de ancho 235/65/17, esto hará subir nuestro Outback unos milímetros ya que el diámetro de origen de 724 pasará a los 737 de la Cooper, ganaremos en agarre sobre todo en el monte y estaremos dentro de la tolerancia que prescribe la ley del 3% arriba/abajo, ya que la modificación lo varia en tan solo 1,76%. Así no solo ganaremos en estética, sino en eficacia. Puestos a pedir, recomendaríamos adquirir la versión inmediatamente inferior olvidándonos