El certamen recalaba en tierras polacas en la séptima cita correspondiente al internacional y tercera del europeo. Raquítico esquema de fin de semana con una prologo de ocho kilómetros el viernes, que daba paso a una especial de 175 a la que se daban dos pasadas. Para el domingo otras dos especiales de ¡9! y ¡17!, (si han leído bien) que se hacían también dos veces completaban el recorrido. La última jornada era un rallysprint, algo que debería ser inadmisible en una carrera internacional de todo terreno. El terreno, pese a que se había acondicionado durante los días previos a la competición, se mostro muy sensible a las lluvias que cayeron durante la carrera. Victoria para los ídolos locales, Holowczyc-Kurzeja, quienes sacaron el máximo partido a su conocimiento del terreno para imponer su Mini.
Segundos, el Toyota de Al Rhaji-Orr, a cierta distancia de los ganadores, pensando más en el certamen que en la carrera.
Con idéntica montura, el podio lo cerraron Vanagas-Palmeiro, quienes pelearon por el segundo puesto hasta el final.
Los buggies ligeros de serie, volvieron a ser más rápidos que los preparados, con los locales Gozalc-Goleniewsky como mejor clasificados, siendo además sextos absolutos con su Can Am.
Un puesto más atrás, también con Can Am los hermanos Re, que llevaron a cabo una carrera inteligente, defendiendo su liderato en la acumulada.
El mejor de los nuestros en meta, fue el OT3 de Santiago Navarro-Marc Sola, undécimos absolutos y con posibilidades de imponerse entre los buggies ligeros preparados hasta el último kilometro siendo finalmente segundos.
Miguel Valero-Jaqueline Ricci, consiguieron no sin sufrimiento acabar la carrera. Rodaron sobre un terreno destruido por sus predecesores y por lo menos consiguieron traerse unos buenos puntos para la general acumulada. Jesús Fuster. Manuel Macho, quedaron inéditos al romper en la prologo el motor de su Herrator.