La zona pese a ser paso obligado de carreras rutas y viajes es menos conocida de lo que se merece. Ahora ofrece más y mejores atractivos
Texto: Ángel Montalbán. Fotos Ángel Montalbán José Manuel Guillen y 4×4 facil.com
Ha sido desde hace décadas puerta de entrada de muchos aficionados a los viajes por el norte de África, pero el ansia de estos de llegar cuanto antes a los grandes espacios abiertos y a los cordones de dunas, no permitía a la mayoría ni un minuto de atención a la zona.
Con el puesto fronterizo cerrado desde hace años por las diferencias políticas entre Marruecos y Argelia, la zona parecía condenada al olvido, pero diversas empresas constructoras españolas vieron un filón en la costa, ya que una playa salvaje de más de veinte kilómetros de longitud, en pleno Mar Mediterráneo y con muchos días de sol al año parecían un escenario perfecto para construir en los años del desorbitado crecimiento inmobiliario. El Parón de este último, ralentizo el proceso y en algún caso incluso lo detuvo completamente, pero lo edificado hasta la fecha y la reactivación actual, le han permitido crecer como destino turístico. Los comienzos no fueron fáciles, ya que el servicio de hostelera debía “occidentalizarse” y esto llevo su tiempo. No todo funciono en los primeros meses como se espera de unos resorts de ese nivel. El tiempo y el esfuerzo de empresarios y trabajadores, han mejorado ostensiblemente la situación, y a decir verdad, una vez allí, el movimiento de extranjeros, sobre todo venidos del norte de Europa hace pensar al visitante que se podría encontrar en cualquier zona turística mediterránea. La oferta está pensada para agradecer a cualquier público, desde familias completas hasta grupos de amigos, pasando por parejas o viajeros solitarios. Piscinas de todo tipo, instalaciones playeras variadas, multitud de restaurantes, animación la 24 horas del día…La oferta habitual que buscan los que quieren que se les de todo hecho.
Los noctámbulos, también tienen su hueco, ya que en la playa de Saidia en su parte más cercana a la población tiene toda una serie de establecimientos en la misma playa al más puro estilo occidental en cuanto a instalaciones, ambiente y selecciones musicales. Además, diversas firmas marroquíes organizan periódicamente conciertos en la playa tanto con grupos locales como con bandas extranjeras.
La zona en definitiva está pensada para el descanso. Los que gustan de este tipo de turismo, encontraran definitivamente lo que buscan. Los que prefieren los resort todo incluido sin tener que atravesar el Atlántico, también. Los que quieran descansar unos días tras darse la “paliza” recorriendo Marruecos, acertaran, pero sobre todo aquellos núcleos familiares en los que la afición al 4×4 no ha calado en todos los miembros, disfrutaran sin moverse del sitio se al poder elegir diferentes opciones de ocio, y todos contentos.
RECORRIDOS ATRACTIVOS
El primer recorrido atractivo es la propia llegada a la zona. Desde Málaga o Almería, la travesía en barco es agradable (3 horas) y tras llegar a Nador o Melilla (en este último caso, habrá que atravesar la frontera), llevando a cabo posteriormente el último tramo de buena carretera hasta la zona de hoteles.
Una vez instalados, los que quieren 4×4 a toda costa, lo tienen muy fácil. Lo primero, recorrer la playa con nuestro vehículo, algo totalmente ilegal en otros países mediterráneos incluido el nuestro. Deberemos evitar, las zonas de hoteles que están en los extremos de la misma, aunque si nuestra intención es hacerlo de noche, pasando con máxima cautela por esos puntos, el recorrido es inolvidable. Es importante reseñar que la playa al ser salvaje y no estar cuidada nada más que en las franjas frente a los hoteles está llena de maleza y restos vegetales que arrastra el río Mouluya hasta su desembocadura y que el mar devuelve a la playa. Algunos troncos pueden llegar a dañar irremediablemente un neumático. Conducir con atención evitara disgustos. Otro dato obviamente a tener en cuenta son las mareas, ya que con la alta en algunos casos el paso puede ser impracticable al llegar el mar hasta algunas zonas de acantilados. El recorrido se puede llevar a cabo de este a oeste o viceversa, y deberemos ser prudentes en cualquier caso y cuidar también nuestro momento de acceso y salida a la costa, para que el vecindario no se sienta “intimidado”. El Cabo del Agua dispone de un mirador con vistas impresionantes y nos podremos acercar casi andando.