No se puede acercar más la competición al público La principal avenida de Lorca, recibe a la caravana para la ceremonia de podio. Impresionan los vehículos de competición rodando entre tiendas de moda y paseantes.
Bien lo sabe Henrique Damasio que esta vez no tuvo tiempo para echarse la siesta. En tierras murcianas se dedico a hacer fotos a las mujeres lorquinas que querían posar junto a los prototipos.
Otros prefirieron merendar en condiciones como Lluis Boldu y Fernando Giménez, quienes no dudaron en atacar un jamón con su correspondiente cortador para reponer fuerzas.
La prueba tiene un considerable respaldo político y son muchas las fuerzas vivas de la ciudad que apoyan la Baja. Es de las citas con futuro más sólido dentro del Nacional de Todo terreno.
Tremendo trabajo el del Automóvil Club de Lorca, porque todo rodara en condiciones. Como poco la carteleria era generosa en tamaño y calidad. Cuentan con mucho voluntariado y la asistencia es de las mejor equipadas del certamen.
En la carrera coincidieron entre los inscritos dos veteranos ilustres. Luis Climent que ha reaparecido esta temporada y Manolo Plaza que nunca se aleja de la disciplina. Un lujo para todos. Además están aun como dos junior de Karting.
Aun más veteranos, Lluis Rodríguez y Guillermo Mogni, son un pozo de sabiduría y buenos consejos, y están presentes muy pendientes de la actuación de sus “niños”. Imprescindible charlar con ellos en cada carrera.
De padres a madres. Es desde luego la mejor recompensa para un piloto, ni victoria ni trofeo. Que tu madre te abrace en la meta, no tiene parangón. No hay más que ver la cara de José María Naranjo.
Los cuerpos sufren y los fisioterapeutas de Venturi lo saben. Esta carpa en el parque de trabajo es el consuelo para tanto bache acumulado.
Buen recorrido y buena aceptación de los vecinos que ya se han acostumbrado a que un grupo de coches de carreras levanten polvaredas durante un fin de semana.