LA ETERNA CANCION.
Por Javier Gutiérrez
Se acaba de celebrar la carrera mas larga del año. La burgalesa Baja Tierras del Cid, con un tramo de seiscientos kilómetros contra el crono sin paradas, supone el recorrido en ruta con diferencia de mayor longitud no solo de los que se disputan en nuestro país,
sino que también de los que se celebran en todo el continente. Este tipo de carreras, tal y como se disputaban en los ochenta y los noventa han puesto en primera línea uno de los mayores inconvenientes que acarreaban y que los tramos cortos en los que se basan los esquemas de los actuales rallies todo terreno habían hecho olvidar: los adelantamientos. El primer mandamiento de los raids, siempre ha sido “coche alcanzado, coche rebasado”, es decir, cuando un participante por ritmo de carrera se acercaba al que le precedía con posibilidades de superarlo, este debía apartarse y facilitar el adelantamiento. En esta Baja se han producido situaciones a la inversa, con pilotos que no miran el retrovisor y que no escuchan el claxon del vehiculo que tienen pegado. Lo peor es que la situación no fue puntual, sino que en algunos casos se dio durante muchos kilómetros, comprometiendo las actuaciones deportivas de algunos equipos, que perdieron mucho tiempo en las estelas de polvo, por no hablar de que al intentar adelantar fuera pista, dañaron irremediablemente sus vehículos. Por encima de estos datos esta otro de mayor importancia, la seguridad. En una situación así, se pueden llegar a producir accidentes graves si los vehículos llegan a tocarse. Que esto no se siga produciendo debe ser objetivo de todos los implicados, empezando por adoptar medidas que penalicen a todos aquellos equipos que no tengan actitudes deportivas. Los Comisarios Deportivos tiene instrumentos para detectar estas situaciones y actuaciones ejemplarizantes permitirían desterrar las malas intenciones de algunos pilotos. Solo por seguridad se debe actuar enérgicamente. El beneficio deportivo vendrá a continuación.